Manuel Díaz Aponte |
La República Popular China es inmensa en diferentes dimensiones aunque sobresale su número poblacional de mil 355 millones de habitantes. Es una superpotencia económica, tecnológica y militar de una diversidad cultural milenaria e histórica imposible de ignorar en el mapa.
¿Por dónde anda China en estos momentos? Además de trabajar intensamente por la estabilidad y expansión de su sólida economía, ahora promueve una iniciativa extraordinariamente positiva como es la búsqueda de la paz en el mundo.
En medio de tanta violencia, asesinatos y crueldades en el universo, la disposición del gigante asiático merece el apoyo de la colectividad mundial.
Así los ministerios de Cultura y Relaciones Exteriores están promoviendo cursos, talleres y charlas entre diferentes instituciones de China con el objetivo de crear conciencia sobre la importancia de una cultura de paz.
La cultura, religiosidad, filosofía y tradiciones de vida de los chinos es bien respetada y admirada por los habitantes de los diferentes continentes. Nadie cuestiona que en el ámbito culinario, por ejemplo, han tenido notables predominios entre los comensales más exigentes.
La tradición familiar china transmite por generaciones profundo respeto, admiración y cariño hacia las personas mayores a tal punto que éstas son consultadas para escuchar sus orientaciones sobre aspectos que involucran a los hijos, economía de los hogares y la convivencia social.
Pude observar en mi visita a Beijing, capital de la República Popular China, en noviembre del 2008, el profundo cuidado que brindan los habitantes de ese país asiático a los envejecientes.
En las calles y avenidas de China hay paseos exclusivamente para las personas en edades avanzadas que se trasladan de un lugar a otro en bicicleta. Es común ver a un anciano de 80 y hasta 90 años pedaleando en su bicicleta móvil.
Misión de Paz
Ahora las autoridades de China a la cabeza de su presidente Xi Jinping están proyectando el mensaje de paz hacia otros continentes. Desde 2010 se inicia la entrega del Premio Confucio de la Paz a través del Centro de Estudios Internacionales de China para la Paz, institución no gubernamental.
Hasta el año pasado había sido entregado a las siguientes personalidades:
2010- Lien Chan, ex Premier de Taiwán, por su contribución al desarrollo de las relaciones entre los dos lados del estrecho de la República Popular China y Taiwán.
2011- Vladimir Putin, por su posición contra la invasión a Libia por países occidentales encabezados por Estados Unidos, Inglaterra y Francia.
2012- Kofi Anann, ex secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), por sus esfuerzos en reformar a esa institución y su papel de mediación jugado en Siria. Ese mismo año, también recibió el Premio Yuan Longping, científico agrícola por sus aportes en alcanzar un histórico avance en la reproducción del arroz hibrido esencial en la seguridad alimentaria de China.
2013- Yi Cheng, maestro del budismo por su promoción de la paz y de servir a la humanidad.
2014- Fidel Castro Ruz, ex presidente de la República de Cuba, por su contribución a la resolución de conflictos internacionales.
2015- Robert Mugabe, presidente de Zimbabue, por su contribución a la paz mundial y auspiciar el panafricanismo.
“China siempre ayuda a mantener la paz mundial, contribuye al desarrollo global y a mantener el orden en el mundo (…) La comunidad internacional se beneficia del desarrollo de China y China está dispuesta a ayudar al desarrollo internacional”, expresó Xi Jinping quien también es presidente del Partido Comunista de China durante la conmemoración reciente del 95 aniversario de su fundación.
Es el país más poblado del planeta con 1,355 millones de personas según la revisión demográfica de junio del 2016.
Paso Trascendental
Habrá quienes no confíen en los planteamientos y esfuerzos de China en promover la paz en el mundo, pero es un paso trascendental que una superpotencia hable precisamente en los actuales momentos de crisis y violencia mundial, de abrir las ventanas al entendimiento y la distensión.
Que se recuerde es la primera vez después de la Segunda Guerra Mundial finalizada en 1945, que un país tan preponderante en lo político, económico, estratégico, militar y poblacional promueva la paz.
Mientras tanto, hagamos un ejercicio con las siguientes interrogantes que ojalá se traduzcan pronto en una feliz realidad.
¿Será la antesala del surgimiento de un espacio social de desarrollo y bienestar para los habitantes del universo?
¿Podremos ver en este siglo 21 un ambiente de respeto, cooperación, acercamiento e intercambio comercial mutuo entre las grandes economías del mundo?
¿Se aplicarán las políticas sociales necesarias para crear el bienestar económico e inclusión de la mayoría de la población?
¿Alcanzaremos un mundo separado de las guerras y de la violencia que destruye a la humanidad?
En un eventual triunfo del candidato presidencial por el Partido Republicano, Donald Trump en las elecciones de noviembre en Estados Unidos, el mundo podría vivir grandes acontecimientos políticos.
A la República Popular de China no se le puede dejar sola en su iniciativa de paz, por tanto, las demás potencias económicas y militares deben sacar la cabeza de manera unificada para adherirse a tan noble proyecto.
Recordemos que ISIS y Al Qaeda siguen causándonos muchos daños y dolores de cabeza. ¿Verdad que sí?