El uso de la marihuana recreativa ocasiona efectos dañinos a largo plazo en el cerebro de quienes la consumen y supone además un riesgo de adicción, según un estudio divulgado hoy por la Universidad Internacional de Florida (FIU, por su sigla en inglés).
Estos hallazgos son contrarios a la creencia “errónea” de que la marihuana es una droga segura, detalló el Centro para Niños y Familias de FIU, en Miami (EE.UU.).
El estudio, realizado entre más de un centenar de jóvenes de 20 años, a quienes se les escaneó el cerebro mientras jugaban, determinó que aquellos que fumaban más marihuana mostraron una menor actividad en el cerebro en respuesta a alguna recompensa, comparados con aquellos que la consumían menos.
De esta forma, los primeros son además más propensos a buscar drogas más frecuentemente para contrarrestar su débil respuesta a las recompensas naturales de la vida.
“Todos nacemos con una tendencia innata a participar en comportamientos que se sienten gratificantes y nos dan placer”, expresó la psicóloga Elisa Trucco, una de las autoras del estudio.
Trucco dijo que ahora hay evidencia convincente de que “el uso regular de la marihuana impacta la respuesta natural del cerebro a estas recompensas” y a largo plazo este consumo “compulsivo” de la droga pone a estas personas en riesgo de adicción.
Aquellos que no usaron marihuana mostraron mucha actividad en la parte del cerebro que responde a las recompensas, mientras que en los usuarios de la droga esta respuesta fue aplacada, lo cual, según los investigadores, puede abrirlos a más riesgo de convertirse en adictos a esta u otras drogas.
“Lo que vimos fue que, con el tiempo, el consumo de marihuana se asoció con una menor respuesta a una recompensa monetaria”, dijo la neuróloga Mary Heitzeg, de la Universidad de Michigan, autora principal del estudio.
Heitzeg explicó que algo que podría ser muy satisfactorio para la mayoría de la gente ya no resultó gratificante para aquellos que consumen marihuana.
Ello “sugiere, pero no demuestra, que su sistema de recompensa ha sido ‘secuestrado’ por la droga, y que necesitan la droga para sentirse recompensados, o que su respuesta emocional ha sido amortiguada”, precisó.
Los investigadores señalaron que el centro de recompensas del cerebro controla y regula la capacidad de una persona de sentir placer, lo cual motiva a las personas a repetir comportamientos que son esenciales para su existencia.
En la actualidad, el consumo de marihuana recreativa es legal en cuatro estados de EE.UU. y el Distrito de Columbia, donde se encuentra la ciudad de Washington, y por lo menos otros once podría legalizarlo en un futuro próximo.
A estos se suman otros 23 estados que han aprobado su uso medicinal y otros cuantos analizan esta posibilidad, entre ellos Florida, que lo votará este año en un referendo en la presidenciales de noviembre próximo.