DALLAS (AP) — Un ex soldado negro molesto por la muerte de hombres negros por parte de la policía, decidido a exterminar a policías blancos, mató el jueves a cinco agentes en un ataque estilo francotirador que reavivó la ansiedad en un país que ya estaba dividido sobre el control de armas y el trato que reciben los negros de la policía.
Micah Johnson, que se había equipado con un chaleco blindado y utilizó un rifle semiautomático de estilo militar, murió el viernes por una bomba colocada en un robot, poniendo fin a un asedio que comenzó con los tiroteos del jueves por la noche. Fue el día más mortal para las fuerzas de seguridad estadounidense desde los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.
En total, 12 agentes fueron baleados. El tiroteo ocurrió apenas a unas cuadras del lugar donde el presidente John F. Kennedy fue asesinado en 1963
Las autoridades en Georgia, Missouri y Tennessee informaron de civiles armados que dispararon contra agentes en ataques individuales, después que dos hombres negros murieran esta semana a manos de policías en Louisiana y Minnesota. Dos agentes resultaron heridos, uno de gravedad.
“América llora”, dijo el representante G.K. Butterfield líder del Congressional Black Caucus, reflexionando sobre la creciente angustia por los incidentes violentos.
El presidente Barack Obama y el gobernador de Texas, Greg Abbott, pidieron a la gente que orara. En una carta publicada el viernes, Abbott afirmó que “todas las vidas importan” e instó a los texanos a unirse.
“Al final”, escribió, “el mal siempre fracasa”.
Johnson, de 25 años, había acumulado un arsenal personal en su vivienda de Mesquite, un suburbio de Dallas. Allí guardaba material para fabricar bombas, blindados, fusiones, municiones y un diario de tácticas de combate, dijeron autoridades el viernes.
El sospechoso seguía a grupos milicianos negros en medios sociales, incluido uno que el miércoles difundió un mensaje llamando a la violencia contra la policía.
Johnson fue soldado raso de primera clase con especialidad en carpintería y albañilería, según las Fuerzas Armadas. Sirvió en la Reserva del Ejército durante seis años a partir de 2009 y fue destinado en Afganistán de noviembre de 2013 a julio de 2014.
Bradford Glendening, abogado militar, dijo que una soldado acusó a Johnson de acoso sexual en Afganistán. Johnson fue enviado de vuelta a Estados Unidos con la recomendación de que fuera licenciado con una clasificación “distinta a la de honorable”, aunque más tarde fue licenciado con honores, informó Glendening.
Además de los cinco policías fallecidos, siete agentes y dos civiles resultaron heridos en el ataque en Dallas.
El tiroteo comenzó el jueves por la tarde cuando cientos de personas protestaban por las muertes de dos hombres negros: Philando Castile, que fue baleado por un policía cerca de St. Paul, Minnesota, y Alton Sterling, abatido por dos policías blancos que lo habían placado contra el suelo en Baton Rouge, Louisiana.
Después del ataque, Johnson trató de refugiarse en un estacionamiento e intercambió disparos con los policías, afirmó el jefe policial David Brown.
Durante negociaciones con las autoridades habló sobre sus motivaciones y dijo que había actuado solo y no estaba afiliado a ningún grupo, dijo Brown. La policía había sospechado en un principio que había más de un tirador.
El sospechoso dijo que quería matar a blancos, “especialmente agentes blancos”, según las autoridades.
En Washington, la máxima responsable de las fuerzas de seguridad del país, la fiscal general Loretta Lynch, pidió calma y afirmó que no debe permitirse que los recientes episodios de violencia “se precipiten como la nueva normalidad”.
Lynch dijo que los manifestantes preocupados por las muertes a manos de la policía no deben desalentarse “por aquellos que emplean sus acciones legítimas como cobertura para su repugnante violencia”.
En uno de los ataques posteriores contra la policía, un hombre de Georgia que según las autoridades había llamado al 911 para denunciar un allanamiento emboscó después al agente que acudió a investigar. Eso provocó un tiroteo en el que tanto el agente como el agresor resultaron heridos, aunque se esperaba que ambos sobrevivieran.
En un suburbio de St. Louis, un conductor hizo al menos un disparo contra un agente cuando el policía volvía a su auto durante una parada de tráfico, afirmó la policía. El agente fue hospitalizado en estado crítico.
Y en Tennessee, un hombre acusado de disparar de forma indiscriminada a los autos que pasaban y a la policía en una autopista dijo a los investigadores que estaba enfadado por la violencia policial contra negros, según las autoridades.
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Por WILL WEISSERT y NOMAAN MERCHANT