Friday, November 22, 2024
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Santo Domingo, República Dominicana. En su reunión de política monetaria del mes de junio de 2020, el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) decidió mantener su tasa de interés de política monetaria en 3.50 % anual

Héctor Danilo Sánchez, Special-Reporter

La decisión sobre la tasa de referencia se basa en el análisis exhaustivo del impacto de la actual incertidumbre sobre la estabilidad macroeconómica y la evolución futura de la inflación. En ese sentido, la inflación mensual de mayo fue de -0.11 %, mientras que la inflación acumulada durante los cuatro primeros meses del año fue -1.25 %. Por otro lado, la inflación interanual, es decir de mayo de 2019 a mayo de 2020, se moderó hasta 0.99 %, por debajo del rango meta de 4.0 % ± 1.0 %, al tiempo que la inflación subyacente, que refleja las condiciones monetarias, alcanzó 3.10 %. Hacia adelante, el sistema de pronósticos del BCRD señala que la inflación se recuperaría de manera gradual, ubicándose al cierre del año en torno al límite inferior del rango meta, lo cual otorga los grados de libertad al BCRD para mantener una postura de política monetaria expansiva orientada a mitigar el impacto adverso del COVID-19 sobre la economía dominicana.

En el entorno internacional prevalece una alta incertidumbre, a pesar de que, en aquellas economías que han superado las fases más críticas de la pandemia, se han empezado a levantar las medidas de contención que obligaron el cese de actividades productivas y que han deteriorado la actividad económica de forma generalizada. En este sentido, Consensus Forecasts y el Fondo Monetario Internacional (FMI) redujeron significativamente las proyecciones de crecimiento mundial, estimando contracciones de 4.7 % y 4.9 % en 2020, respectivamente. En respuesta al debilitamiento del crecimiento global, los bancos centrales alrededor del mundo continúan implementando medidas de flexibilización monetaria y de provisión de liquidez con el objetivo de apoyar las demandas internas de sus países.

En Estados Unidos de América (EUA), el FMI proyecta que la actividad económica se contraería durante el presente año, al pasar de una expansión de 2.3 % en 2019 a -8.0 % en 2020. En efecto, el crecimiento de la economía de EUA se moderó a 0.3 % interanual durante el primer trimestre, a la vez que se deterioró el mercado laboral durante este período. No obstante, en los meses recientes distintos indicadores comienzan a mostrar señales de una recuperación, incluyendo la reducción en el desempleo de 14.7 % en abril a 13.3 % en mayo, así como los repuntes de las ventas minoristas y del consumo de bienes durables. En este contexto de bajo crecimiento y ausencia de inflación, la Reserva Federal (Fed) ha adoptado un grupo de medidas monetarias expansivas, previéndose que la tasa de fondos federales se mantendría en el rango de 0 % – 0.25 % hasta el año 2022. Asimismo, la Fed continúa implementando distintos programas de flexibilización cuantitativa inyectando liquidez a través de Repos, compras de títulos públicos y privados en el mercado secundario y programas de canalización de crédito para las micro, pequeñas y medianas empresas.

En cuanto a la Zona Euro, se proyecta que el COVID-19 provocará una contracción aún mayor en este bloque de países, que pasaría de un crecimiento de 1.3 % en 2019 a -10.2 % para 2020, de acuerdo al FMI, afectado por la caída de la producción industrial y las disrupciones del comercio internacional. Como respuesta a este difícil panorama, el Banco Central Europeo (BCE) mantiene la tasa de depósitos de corto plazo (Overnight) en -0.50 % anual, a la vez que flexibilizó las condiciones del programa de canalización de crédito privado a través de las entidades financieras y amplió el programa de compra de títulos públicos y privados en el mercado secundario.

Por otro lado, la alta incertidumbre ocasionada por la pandemia ha provocado un incremento en la volatilidad de los flujos de capitales y afectado las perspectivas de crecimiento de las economías emergentes, motivando una depreciación generalizada de sus monedas frente al dólar estadounidense. En particular, América Latina, que ya enfrentaba una situación económica debilitada, ha sido afectada por los menores precios de los commodities y por la paralización del flujo turístico mundial, provocando que el FMI proyecte una contracción regional de -9.4 % para 2020. En este contexto, los bancos centrales de la región se mantienen implementando de forma generalizada programas de provisión de liquidez y de canalización de crédito al sector privado.

En relación a las materias primas, el precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) presenta una tendencia gradual al alza, influenciada por el recorte de producción de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados. De esta manera, las proyecciones indican que el precio promedio del WTI para 2020 se ubicaría en torno a los US$ 35 dólares el barril, por debajo del valor de unos US$60 por barril inicialmente previsto en el Presupuesto Nacional. Por otro lado, el precio del oro permanece por encima de los US$ 1,700 dólares por onza troy, al ser utilizado como refugio de valor en un contexto de alta incertidumbre. El comportamiento de los precios de los bienes primarios beneficia los términos de intercambio para la República Dominicana, lo cual compensaría parcialmente, a través de la factura petrolera y de las exportaciones de oro, el impacto negativo que ha tenido la pandemia sobre las actividades del sector externo debido a la contracción de la economía mundial.

Es importante destacar que, al momento de adoptarse las medidas de contención contra el COVID-19 en República Dominicana, la economía se encontraba en una posición cíclica favorable, caracterizada por un crecimiento en torno al potencial y bajas presiones inflacionarias. Estos sólidos fundamentos macroeconómicos han otorgado la flexibilidad para la adopción de medidas monetarias expansivas para acomodar el choque adverso. En efecto, información preliminar del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) indican que la actividad económica se ralentizó significativamente en marzo y abril en relación con el ritmo de expansión observado en los meses de enero y febrero, registrando así una variación interanual promedio acumulada de -7.5 % en los primeros cuatro meses de 2020.

En este contexto, el Banco Central continúa implementando un conjunto de medidas monetarias y financieras orientadas a mitigar los efectos del coronavirus a través de un incremento en el financiamiento para los sectores productivos y los hogares, a menores tasas de interés. En particular, del total de RD$ 120 mil millones que han sido puestos a disposición de las entidades de intermediación financiera (equivalente a un estímulo monetario de unos 3 puntos porcentuales del PIB), se han canalizado unos RD$ 80 mil millones a través de distintas facilidades, quedando disponibles unos RD$ 40 mil millones para continuar apoyando a la actividad productiva y contribuir a una rápida recuperación de la demanda interna durante el resto del año.

Como resultado de las medidas monetarias, se ha observado una reducción significativa en las tasas de interés de los préstamos otorgados por la banca múltiple y un mayor dinamismo en los agregados monetarios. Asimismo, las condiciones monetarias favorables han contribuido a una aceleración del crédito al sector privado en moneda nacional que se expande por encima de 14.0 % interanual, destacándose la canalización de préstamos a los sectores de Manufactura, Hoteles y Restaurantes, Comercio y Construcción.

Por otro lado, la pandemia ha afectado significativamente a las finanzas públicas, debido a una caída de los ingresos fiscales por la ralentización económica y por las facilidades de alivio tributario, así como al incremento del gasto público asociado a programas sociales orientados a preservar el empleo y a la implementación de medidas sanitaras. En ese sentido, se proyecta que el déficit del Gobierno Central aumentaría de -2.2 % del PIB en el presupuesto original a -5.0 % del PIB, de acuerdo a las estimaciones actualizadas contenidas en la modificación presupuestaria aprobada por el Congreso Nacional.

Por otro lado, se debe resaltar que las medidas de provisión de liquidez en moneda extranjera por unos US$ 622 millones y las intervenciones en el mercado cambiario que se han realizado durante este año han contribuido a suplir el menor flujo de divisas asociado a la paralización del turismo, la reducción de las remesas y la moderación de las exportaciones y de la inversión extranjera directa, en un contexto en el cual se ha incrementado notablemente la demanda de dólares por motivos precautorios ante la alta incertidumbre. Adicionalmente, se destaca que los altos niveles de Reservas Internacionales del Banco Central permitirán que la institución pueda seguir apoyando al mercado cambiario, de tal forma que sean cubiertas las necesidades en divisas de los agentes económicos y del público en general, contribuyendo a mantener la estabilidad relativa del tipo de cambio ante un convulso entorno internacional.

El Banco Central de la República Dominicana reafirma su compromiso de conducir la política monetaria hacia el logro de su meta de inflación y el buen funcionamiento de los sistemas financiero y de pagos, contribuyendo así al mantenimiento de la estabilidad macroeconómica. En ese sentido, la institución se mantendrá dando especial seguimiento al impacto del COVID-19 sobre la economía dominicana, encontrándose preparada para continuar reaccionando de forma oportuna ante factores que puedan poner en riesgo el objetivo de inflación y afectar la estabilidad macroeconómica.

Santo Domingo, República Dominicana. En su reunión de política monetaria del mes de junio de 2020, el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) decidió mantener su tasa de interés de política monetaria en 3.50 % anual. Asimismo, la tasa de interés de la facilidad permanente de expansión (Repos a 1 día) permanece en 4.50 % anual, mientras que la tasa de interés de depósitos remunerados (Overnight) se ubica en 2.50 % anual.

La decisión sobre la tasa de referencia se basa en el análisis exhaustivo del impacto de la actual incertidumbre sobre la estabilidad macroeconómica y la evolución futura de la inflación. En ese sentido, la inflación mensual de mayo fue de -0.11 %, mientras que la inflación acumulada durante los cuatro primeros meses del año fue -1.25 %. Por otro lado, la inflación interanual, es decir de mayo de 2019 a mayo de 2020, se moderó hasta 0.99 %, por debajo del rango meta de 4.0 % ± 1.0 %, al tiempo que la inflación subyacente, que refleja las condiciones monetarias, alcanzó 3.10 %. Hacia adelante, el sistema de pronósticos del BCRD señala que la inflación se recuperaría de manera gradual, ubicándose al cierre del año en torno al límite inferior del rango meta, lo cual otorga los grados de libertad al BCRD para mantener una postura de política monetaria expansiva orientada a mitigar el impacto adverso del COVID-19 sobre la economía dominicana.

En el entorno internacional prevalece una alta incertidumbre, a pesar de que, en aquellas economías que han superado las fases más críticas de la pandemia, se han empezado a levantar las medidas de contención que obligaron el cese de actividades productivas y que han deteriorado la actividad económica de forma generalizada. En este sentido, Consensus Forecasts y el Fondo Monetario Internacional (FMI) redujeron significativamente las proyecciones de crecimiento mundial, estimando contracciones de 4.7 % y 4.9 % en 2020, respectivamente. En respuesta al debilitamiento del crecimiento global, los bancos centrales alrededor del mundo continúan implementando medidas de flexibilización monetaria y de provisión de liquidez con el objetivo de apoyar las demandas internas de sus países.

En Estados Unidos de América (EUA), el FMI proyecta que la actividad económica se contraería durante el presente año, al pasar de una expansión de 2.3 % en 2019 a -8.0 % en 2020. En efecto, el crecimiento de la economía de EUA se moderó a 0.3 % interanual durante el primer trimestre, a la vez que se deterioró el mercado laboral durante este período. No obstante, en los meses recientes distintos indicadores comienzan a mostrar señales de una recuperación, incluyendo la reducción en el desempleo de 14.7 % en abril a 13.3 % en mayo, así como los repuntes de las ventas minoristas y del consumo de bienes durables. En este contexto de bajo crecimiento y ausencia de inflación, la Reserva Federal (Fed) ha adoptado un grupo de medidas monetarias expansivas, previéndose que la tasa de fondos federales se mantendría en el rango de 0 % – 0.25 % hasta el año 2022. Asimismo, la Fed continúa implementando distintos programas de flexibilización cuantitativa inyectando liquidez a través de Repos, compras de títulos públicos y privados en el mercado secundario y programas de canalización de crédito para las micro, pequeñas y medianas empresas.

En cuanto a la Zona Euro, se proyecta que el COVID-19 provocará una contracción aún mayor en este bloque de países, que pasaría de un crecimiento de 1.3 % en 2019 a -10.2 % para 2020, de acuerdo al FMI, afectado por la caída de la producción industrial y las disrupciones del comercio internacional. Como respuesta a este difícil panorama, el Banco Central Europeo (BCE) mantiene la tasa de depósitos de corto plazo (Overnight) en -0.50 % anual, a la vez que flexibilizó las condiciones del programa de canalización de crédito privado a través de las entidades financieras y amplió el programa de compra de títulos públicos y privados en el mercado secundario.

Por otro lado, la alta incertidumbre ocasionada por la pandemia ha provocado un incremento en la volatilidad de los flujos de capitales y afectado las perspectivas de crecimiento de las economías emergentes, motivando una depreciación generalizada de sus monedas frente al dólar estadounidense. En particular, América Latina, que ya enfrentaba una situación económica debilitada, ha sido afectada por los menores precios de los commodities y por la paralización del flujo turístico mundial, provocando que el FMI proyecte una contracción regional de -9.4 % para 2020. En este contexto, los bancos centrales de la región se mantienen implementando de forma generalizada programas de provisión de liquidez y de canalización de crédito al sector privado.

En relación a las materias primas, el precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) presenta una tendencia gradual al alza, influenciada por el recorte de producción de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados. De esta manera, las proyecciones indican que el precio promedio del WTI para 2020 se ubicaría en torno a los US$ 35 dólares el barril, por debajo del valor de unos US$60 por barril inicialmente previsto en el Presupuesto Nacional. Por otro lado, el precio del oro permanece por encima de los US$ 1,700 dólares por onza troy, al ser utilizado como refugio de valor en un contexto de alta incertidumbre. El comportamiento de los precios de los bienes primarios beneficia los términos de intercambio para la República Dominicana, lo cual compensaría parcialmente, a través de la factura petrolera y de las exportaciones de oro, el impacto negativo que ha tenido la pandemia sobre las actividades del sector externo debido a la contracción de la economía mundial.

Es importante destacar que, al momento de adoptarse las medidas de contención contra el COVID-19 en República Dominicana, la economía se encontraba en una posición cíclica favorable, caracterizada por un crecimiento en torno al potencial y bajas presiones inflacionarias. Estos sólidos fundamentos macroeconómicos han otorgado la flexibilidad para la adopción de medidas monetarias expansivas para acomodar el choque adverso. En efecto, información preliminar del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) indican que la actividad económica se ralentizó significativamente en marzo y abril en relación con el ritmo de expansión observado en los meses de enero y febrero, registrando así una variación interanual promedio acumulada de -7.5 % en los primeros cuatro meses de 2020.

En este contexto, el Banco Central continúa implementando un conjunto de medidas monetarias y financieras orientadas a mitigar los efectos del coronavirus a través de un incremento en el financiamiento para los sectores productivos y los hogares, a menores tasas de interés. En particular, del total de RD$ 120 mil millones que han sido puestos a disposición de las entidades de intermediación financiera (equivalente a un estímulo monetario de unos 3 puntos porcentuales del PIB), se han canalizado unos RD$ 80 mil millones a través de distintas facilidades, quedando disponibles unos RD$ 40 mil millones para continuar apoyando a la actividad productiva y contribuir a una rápida recuperación de la demanda interna durante el resto del año.

Como resultado de las medidas monetarias, se ha observado una reducción significativa en las tasas de interés de los préstamos otorgados por la banca múltiple y un mayor dinamismo en los agregados monetarios. Asimismo, las condiciones monetarias favorables han contribuido a una aceleración del crédito al sector privado en moneda nacional que se expande por encima de 14.0 % interanual, destacándose la canalización de préstamos a los sectores de Manufactura, Hoteles y Restaurantes, Comercio y Construcción.

Por otro lado, la pandemia ha afectado significativamente a las finanzas públicas, debido a una caída de los ingresos fiscales por la ralentización económica y por las facilidades de alivio tributario, así como al incremento del gasto público asociado a programas sociales orientados a preservar el empleo y a la implementación de medidas sanitaras. En ese sentido, se proyecta que el déficit del Gobierno Central aumentaría de -2.2 % del PIB en el presupuesto original a -5.0 % del PIB, de acuerdo a las estimaciones actualizadas contenidas en la modificación presupuestaria aprobada por el Congreso Nacional.

Por otro lado, se debe resaltar que las medidas de provisión de liquidez en moneda extranjera por unos US$ 622 millones y las intervenciones en el mercado cambiario que se han realizado durante este año han contribuido a suplir el menor flujo de divisas asociado a la paralización del turismo, la reducción de las remesas y la moderación de las exportaciones y de la inversión extranjera directa, en un contexto en el cual se ha incrementado notablemente la demanda de dólares por motivos precautorios ante la alta incertidumbre. Adicionalmente, se destaca que los altos niveles de Reservas Internacionales del Banco Central permitirán que la institución pueda seguir apoyando al mercado cambiario, de tal forma que sean cubiertas las necesidades en divisas de los agentes económicos y del público en general, contribuyendo a mantener la estabilidad relativa del tipo de cambio ante un convulso entorno internacional.

El Banco Central de la República Dominicana reafirma su compromiso de conducir la política monetaria hacia el logro de su meta de inflación y el buen funcionamiento de los sistemas financiero y de pagos, contribuyendo así al mantenimiento de la estabilidad macroeconómica. En ese sentido, la institución se mantendrá dando especial seguimiento al impacto del COVID-19 sobre la economía dominicana, encontrándose preparada para continuar reaccionando de forma oportuna ante factores que puedan poner en riesgo el objetivo de inflación y afectar la estabilidad macroeconómica.

El Sistema de Pagos: Importante aliado en tiempos del COVID-19 para las operaciones financieras

Departamento de Sistemas de Pagos

El desarrollo alcanzado por el sistema de pagos ha sido una herramienta indispensable y eficaz para contrarrestar las limitaciones impuestas por las políticas de confinamiento establecidas para mitigar el COVID-19 y garantizar el flujo normal de recursos monetarios en la economía.

Un sistema de pagos es un conjunto de instrumentos de pago, procedimientos y sistemas de transferencia de fondos que aseguran la circulación del dinero en una economía. Dichos sistemas poseen un administrador y diferentes entidades participantes.

En este ámbito, nuestro país cuenta con el Sistema de Pagos y Liquidación de Valores de la República Dominicana (SIPARD), posicionado entre los más modernos de la región latinoamericana, siendo a su vez, desde el año 2011, gestor del Sistema de Interconexión de Pagos de Centroamérica y República Dominicana (SIPA), que permite realizar transferencias de fondos entre los clientes bancarios de los países de la región de forma rápida, segura y a bajo costo. El desarrollo y perfeccionamiento del SIPARD ha sido impulsado por el apoyo provisto por el Banco Central, a través de un marco regulatorio moderno y una plataforma de liquidación de pagos en tiempo real, así como por la diversidad de sistemas e instrumentos de pago1 creados por las entidades de intermediación financiera y otros proveedores privados de servicios de pago.

Como parte integral del SIPARD, desde abril del año 2008 contamos con el Sistema de Liquidación Bruta en Tiempo Real (LBTR), plataforma electrónica en tiempo real que permite la transferencia de fondos entre sus participantes y el propio Banco Central; actualmente cuenta con 73 participantes, entre entidades de intermediación financiera, intermediarios de valores y otras entidades públicas y privadas.

Desempeño del Sistema de Pagos durante la crisis sanitaria

Para mitigar el impacto de las políticas de confinamiento por el COVID-19 sobre los agentes económicos y el público en general, el Banco Central y la Junta Monetaria dispusieron desde el mes de marzo de 2020 un conjunto de medidas monetarias y financieras con el objetivo de contrarrestar el impacto recesivo de dichas políticas de confinamiento. En ese tenor, las medidas de provisión de liquidez al sector financiero han sido canalizadas directamente en las cuentas corrientes de las entidades de intermediación financiera en el Banco Central, a través del Sistema LBTR. El contar con un sistema de pagos inclusivo y de amplia cobertura, así como canales robustos y seguros, facilita la rápida implementación de los instrumentos de política monetaria.

En ese tenor, a pesar del cierre de casi todos los sectores productivos de la economía y la reducción del horario hábil bancario, el Banco Central mantuvo operando con normalidad el Sistema LBTR, el Sistema de Compensación de Cheques y los servicios de procesamiento

de operaciones de los sistemas de pago privados, auxiliándose para ello de su plataforma tecnológica y su excelente capital humano.

A tal efecto, para garantizar el flujo de fondos en la economía durante el período de confinamiento por el COVID-19, en el trimestre marzo-mayo del 2020, a través del Banco Central se procesó un promedio diario de operaciones de sistemas de pago de RD$$131,115.9 millones y US$418.2 millones, superior en 18.4% y 37.7%, respectivamente, a igual período del año anterior.

Asimismo, el sistema LBTR, con su servicio de pagos al instante los 365 días del año, en horario de 7:00 a.m. a 11:00 p.m., ha sido un canal eficiente para que el público en general realice transferencias de fondos y pago de préstamos y tarjetas, con acreditación en pocos minutos. Para el trimestre marzo-mayo de 2020, se efectuaron 1,682,151 transacciones, de las cuales 1,599,203 fueron en pesos dominicanos y 82,948 en dólares estadounidenses, por montos totales de RD$256,341.7 millones y US$843.9 millones, respectivamente. El uso intensivo de los pagos al instante resulta más evidenciable al comparar con el número total de operaciones de este tipo efectuadas en el trimestre marzo-mayo del 2019, que fue de 836,112, para un extraordinario incremento de 101.2%.

Del mismo modo, por medio del sistema LBTR han sido procesadas las transacciones realizadas a través de cajeros automáticos y terminales de puntos de venta (POS), con las tarjetas de crédito, débito y prepagadas de la marca Visa y MasterCard, las cuales ascendieron a RD$86,858.0 millones en el trimestre marzo-mayo del 2020, inferior en 9.8% al monto procesado en el año 2019. Esto como resultado de la reducción de las transacciones con tarjetas, debido al cierre de los comercios, lo cual empezó a revertirse en la última semana del mes de mayo con el inicio de la apertura gradual de las tiendas en plazas comerciales y conjuntamente con las festividades del Día de las Madres, cuando se efectuaron transacciones con tarjetas por RD$9,215.9 millones, para un incremento de 20.4% con relación a igual semana del año 2019, indicativo de la reactivación del consumo y la actividad comercial.

Con relación a las compras nacionales e internacionales con tarjetas a través de internet y vía telefónica en el trimestre marzo-mayo del 2020, estas alcanzaron RD$23,540.4 millones, para una reducción de 11.6%, con relación a igual período del año 2019, precisamente motivadas en las restricciones de movilidad y cierre de comercios en el período señalado.

Asimismo, los servicios de transferencias de fondos a través de débitos y créditos directos (ACH) y pagos móviles, se han mantenido disponibles para los usuarios de los canales electrónicos de pago. Sólo a través del sistema de pagos móviles en el trimestre marzo-mayo del 2020, fueron realizadas más de 3.1 millones de transacciones por un valor de RD$2,730.6 millones, un 41.5%, superior a similar período del año pasado.

Un indicativo del aumento de la preferencia por parte de los dominicanos de los canales electrónicos para fines de realizar transferencias y pagos sin necesidad de desplazarse de sus hogares, lo constituye la existencia de 4,829,612 usuarios de Internet Banking de las entidades de intermediación financiera, así como 1,049,459 usuarios del sistema de pagos móviles, al mes de mayo del 2020, para aumentos de 13.8% y 7.1%, respectivamente, con respecto a mayo del 2019.

Del mismo modo, los 3,403 cajeros automáticos disponibles en el país han provisto de efectivo a la población en general, ante la reducción de los horarios de operación de las oficinas bancarias, contribuyendo a disminuir las filas en dichas oficinas y la demanda de fondos por ventanilla, sin menoscabo del ahorro de tiempo que esto implica para los clientes bancarios. Durante el período comprendido entre marzo y mayo 2020, se realizaron 20.5 millones de retiros de efectivo en cajeros automáticos por un monto total de RD$94,686.6 millones.

Asimismo, para reducir la interacción entre los dependientes de tiendas y los usuarios de tarjetas, los operadores de POS configuraron dichos dispositivos para la aceptación de pagos sin contacto, contribuyendo a la prevención sanitaria de los actuantes.

Sistema de Pagos y los Subsidios Sociales Gubernamentales

Es importante destacar el papel desempeñado por el Sistema de Pagos y Liquidación de Valores de la República Dominicana (SIPARD) para facilitar de forma eficiente la distribución focalizada de los subsidios sociales dispuestos por el Gobierno Dominicano a través del uso de tarjetas prepagadas, que han reemplazando mecanismos inseguros y proclives al dispendio, basados en la entrega de efectivo, cheques y otros. El surgimiento de la pandemia del Covid-19 y la adopción de medidas de confinamiento de la población, con el consecuente efecto sobre la actividad económica, el empleo y el nivel de ingreso de la población, derivó en la implementación del nuevo programa “Quédate en Casa”, dirigido a segmentos poblacionales que igualmente requieren de asistencia gubernamental, a través del cual fueron incorporados en los meses de abril y mayo del 2020, 709,964 nuevos beneficiarios de subsidios sociales, con respecto al mes de marzo de 2020.

Para el referido programa no se utilizan tarjetas físicas sino más bien credenciales virtuales de pago, las cuales se apoyan en el uso de la cédula de identidad y electoral como instrumento de pago. Dichas credenciales de pago han surgido en el mundo de los pagos para reemplazar los productos bancarios hasta ahora físicos, siendo éstas un código, número de identificación u otra credencial vinculada a una cuenta que permite a su titular hacer transacciones usando la plataforma de una red de pagos. Lo anterior demuestra que el futuro de los medios de pago ya está en el país.

Como resultado de lo anterior, se evidencia un significativo incremento en el volumen y valor de las transacciones con tarjetas de subsidios sociales en los meses de abril y mayo del 2020, con respecto a meses precedentes.

Por igual, el número promedio de compras pasó de 2 a 3 transacciones mensuales y el monto promedio por compra de RD$507.00 a RD$1,618.00, al mes de mayo de 2020, con respecto a igual mes del año 2019.

Expectativas promisorias

Las condiciones normativas, operativas y tecnológicas prevalecientes en el país han propiciado que las entidades de intermediación financiera introduzcan nuevos canales de acceso electrónico e instrumentos de pago novedosos, así como políticas de incentivo orientadas a un mayor uso de la tecnología por parte de sus clientes para realizar sus pagos y con ello sustituir el efectivo. Todo esto ha contribuido al aumento de la inclusión y bancarización en el país.

No cabe duda que el desarrollo alcanzado por el Sistema de Pagos y Liquidación de Valores de la República Dominicana (SIPARD) ha sido un importante valor añadido para contrarrestar las limitaciones impuestas por las políticas de confinamiento establecidas para mitigar el COVID-19 y garantizar el flujo normal de recursos monetarios en la economía. Queda la tarea de continuar haciendo uso de los instrumentos de pago y canales electrónicos disponibles en el país para nuestras compras y pagos de facturas, transferencias de fondos y retiros. La mejor forma de continuar cuidando nuestra salud y de nuestras familias, a la vez que retomamos de forma gradual el ritmo normal de las actividades económicas.

A tal efecto, el SIPARD ha sido determinante para evitar que las medidas de flexibilización de la política monetaria, a través de los recursos puestos a la disposición del público, provoquen una demanda innecesaria de billetes y monedas, así como permitiendo agilizar las operaciones financieras del país.

Al igual que en situaciones de crisis ocurridas en estadios diferentes de nuestra vida ciudadana, superadas gracias al compromiso conjunto de todos los sectores del país, indudablemente saldremos airosos como nación de esta crisis sanitaria generada por el COVID-19, que no sólo ha tocado a República Dominicana, sino a todas las naciones del mundo en mayor o menor grado. Frente a esto, el Banco Central se mantendrá vigilante del buen funcionamiento del Sistema de Pagos y Liquidación de Valores de la República Dominicana (SIPARD), para garantizar el buen fin de los pagos cursados a través del mismo y coadyuvar a la recuperación de la senda de crecimiento del país.

El Sistema de Pagos: Importante aliado en tiempos del COVID-19 para las operaciones financieras

Departamento de Sistemas de Pagos

El desarrollo alcanzado por el sistema de pagos ha sido una herramienta indispensable y eficaz para contrarrestar las limitaciones impuestas por las políticas de confinamiento establecidas para mitigar el COVID-19 y garantizar el flujo normal de recursos monetarios en la economía.

Un sistema de pagos es un conjunto de instrumentos de pago, procedimientos y sistemas de transferencia de fondos que aseguran la circulación del dinero en una economía. Dichos sistemas poseen un administrador y diferentes entidades participantes.

En este ámbito, nuestro país cuenta con el Sistema de Pagos y Liquidación de Valores de la República Dominicana (SIPARD), posicionado entre los más modernos de la región latinoamericana, siendo a su vez, desde el año 2011, gestor del Sistema de Interconexión de Pagos de Centroamérica y República Dominicana (SIPA), que permite realizar transferencias de fondos entre los clientes bancarios de los países de la región de forma rápida, segura y a bajo costo. El desarrollo y perfeccionamiento del SIPARD ha sido impulsado por el apoyo provisto por el Banco Central, a través de un marco regulatorio moderno y una plataforma de liquidación de pagos en tiempo real, así como por la diversidad de sistemas e instrumentos de pago1 creados por las entidades de intermediación financiera y otros proveedores privados de servicios de pago.

Como parte integral del SIPARD, desde abril del año 2008 contamos con el Sistema de Liquidación Bruta en Tiempo Real (LBTR), plataforma electrónica en tiempo real que permite la transferencia de fondos entre sus participantes y el propio Banco Central; actualmente cuenta con 73 participantes, entre entidades de intermediación financiera, intermediarios de valores y otras entidades públicas y privadas.

Desempeño del Sistema de Pagos durante la crisis sanitaria

Para mitigar el impacto de las políticas de confinamiento por el COVID-19 sobre los agentes económicos y el público en general, el Banco Central y la Junta Monetaria dispusieron desde el mes de marzo de 2020 un conjunto de medidas monetarias y financieras con el objetivo de contrarrestar el impacto recesivo de dichas políticas de confinamiento. En ese tenor, las medidas de provisión de liquidez al sector financiero han sido canalizadas directamente en las cuentas corrientes de las entidades de intermediación financiera en el Banco Central, a través del Sistema LBTR. El contar con un sistema de pagos inclusivo y de amplia cobertura, así como canales robustos y seguros, facilita la rápida implementación de los instrumentos de política monetaria.

En ese tenor, a pesar del cierre de casi todos los sectores productivos de la economía y la reducción del horario hábil bancario, el Banco Central mantuvo operando con normalidad el Sistema LBTR, el Sistema de Compensación de Cheques y los servicios de procesamiento

de operaciones de los sistemas de pago privados, auxiliándose para ello de su plataforma tecnológica y su excelente capital humano.

A tal efecto, para garantizar el flujo de fondos en la economía durante el período de confinamiento por el COVID-19, en el trimestre marzo-mayo del 2020, a través del Banco Central se procesó un promedio diario de operaciones de sistemas de pago de RD$$131,115.9 millones y US$418.2 millones, superior en 18.4% y 37.7%, respectivamente, a igual período del año anterior.

Asimismo, el sistema LBTR, con su servicio de pagos al instante los 365 días del año, en horario de 7:00 a.m. a 11:00 p.m., ha sido un canal eficiente para que el público en general realice transferencias de fondos y pago de préstamos y tarjetas, con acreditación en pocos minutos. Para el trimestre marzo-mayo de 2020, se efectuaron 1,682,151 transacciones, de las cuales 1,599,203 fueron en pesos dominicanos y 82,948 en dólares estadounidenses, por montos totales de RD$256,341.7 millones y US$843.9 millones, respectivamente. El uso intensivo de los pagos al instante resulta más evidenciable al comparar con el número total de operaciones de este tipo efectuadas en el trimestre marzo-mayo del 2019, que fue de 836,112, para un extraordinario incremento de 101.2%.

Del mismo modo, por medio del sistema LBTR han sido procesadas las transacciones realizadas a través de cajeros automáticos y terminales de puntos de venta (POS), con las tarjetas de crédito, débito y prepagadas de la marca Visa y MasterCard, las cuales ascendieron a RD$86,858.0 millones en el trimestre marzo-mayo del 2020, inferior en 9.8% al monto procesado en el año 2019. Esto como resultado de la reducción de las transacciones con tarjetas, debido al cierre de los comercios, lo cual empezó a revertirse en la última semana del mes de mayo con el inicio de la apertura gradual de las tiendas en plazas comerciales y conjuntamente con las festividades del Día de las Madres, cuando se efectuaron transacciones con tarjetas por RD$9,215.9 millones, para un incremento de 20.4% con relación a igual semana del año 2019, indicativo de la reactivación del consumo y la actividad comercial.

Con relación a las compras nacionales e internacionales con tarjetas a través de internet y vía telefónica en el trimestre marzo-mayo del 2020, estas alcanzaron RD$23,540.4 millones, para una reducción de 11.6%, con relación a igual período del año 2019, precisamente motivadas en las restricciones de movilidad y cierre de comercios en el período señalado.

Asimismo, los servicios de transferencias de fondos a través de débitos y créditos directos (ACH) y pagos móviles, se han mantenido disponibles para los usuarios de los canales electrónicos de pago. Sólo a través del sistema de pagos móviles en el trimestre marzo-mayo del 2020, fueron realizadas más de 3.1 millones de transacciones por un valor de RD$2,730.6 millones, un 41.5%, superior a similar período del año pasado.

Un indicativo del aumento de la preferencia por parte de los dominicanos de los canales electrónicos para fines de realizar transferencias y pagos sin necesidad de desplazarse de sus hogares, lo constituye la existencia de 4,829,612 usuarios de Internet Banking de las entidades de intermediación financiera, así como 1,049,459 usuarios del sistema de pagos móviles, al mes de mayo del 2020, para aumentos de 13.8% y 7.1%, respectivamente, con respecto a mayo del 2019.

Del mismo modo, los 3,403 cajeros automáticos disponibles en el país han provisto de efectivo a la población en general, ante la reducción de los horarios de operación de las oficinas bancarias, contribuyendo a disminuir las filas en dichas oficinas y la demanda de fondos por ventanilla, sin menoscabo del ahorro de tiempo que esto implica para los clientes bancarios. Durante el período comprendido entre marzo y mayo 2020, se realizaron 20.5 millones de retiros de efectivo en cajeros automáticos por un monto total de RD$94,686.6 millones.

Asimismo, para reducir la interacción entre los dependientes de tiendas y los usuarios de tarjetas, los operadores de POS configuraron dichos dispositivos para la aceptación de pagos sin contacto, contribuyendo a la prevención sanitaria de los actuantes.

Sistema de Pagos y los Subsidios Sociales Gubernamentales

Es importante destacar el papel desempeñado por el Sistema de Pagos y Liquidación de Valores de la República Dominicana (SIPARD) para facilitar de forma eficiente la distribución focalizada de los subsidios sociales dispuestos por el Gobierno Dominicano a través del uso de tarjetas prepagadas, que han reemplazando mecanismos inseguros y proclives al dispendio, basados en la entrega de efectivo, cheques y otros. El surgimiento de la pandemia del Covid-19 y la adopción de medidas de confinamiento de la población, con el consecuente efecto sobre la actividad económica, el empleo y el nivel de ingreso de la población, derivó en la implementación del nuevo programa “Quédate en Casa”, dirigido a segmentos poblacionales que igualmente requieren de asistencia gubernamental, a través del cual fueron incorporados en los meses de abril y mayo del 2020, 709,964 nuevos beneficiarios de subsidios sociales, con respecto al mes de marzo de 2020.

Para el referido programa no se utilizan tarjetas físicas sino más bien credenciales virtuales de pago, las cuales se apoyan en el uso de la cédula de identidad y electoral como instrumento de pago. Dichas credenciales de pago han surgido en el mundo de los pagos para reemplazar los productos bancarios hasta ahora físicos, siendo éstas un código, número de identificación u otra credencial vinculada a una cuenta que permite a su titular hacer transacciones usando la plataforma de una red de pagos. Lo anterior demuestra que el futuro de los medios de pago ya está en el país.

Como resultado de lo anterior, se evidencia un significativo incremento en el volumen y valor de las transacciones con tarjetas de subsidios sociales en los meses de abril y mayo del 2020, con respecto a meses precedentes.

Por igual, el número promedio de compras pasó de 2 a 3 transacciones mensuales y el monto promedio por compra de RD$507.00 a RD$1,618.00, al mes de mayo de 2020, con respecto a igual mes del año 2019.

Expectativas promisorias

Las condiciones normativas, operativas y tecnológicas prevalecientes en el país han propiciado que las entidades de intermediación financiera introduzcan nuevos canales de acceso electrónico e instrumentos de pago novedosos, así como políticas de incentivo orientadas a un mayor uso de la tecnología por parte de sus clientes para realizar sus pagos y con ello sustituir el efectivo. Todo esto ha contribuido al aumento de la inclusión y bancarización en el país.

No cabe duda que el desarrollo alcanzado por el Sistema de Pagos y Liquidación de Valores de la República Dominicana (SIPARD) ha sido un importante valor añadido para contrarrestar las limitaciones impuestas por las políticas de confinamiento establecidas para mitigar el COVID-19 y garantizar el flujo normal de recursos monetarios en la economía. Queda la tarea de continuar haciendo uso de los instrumentos de pago y canales electrónicos disponibles en el país para nuestras compras y pagos de facturas, transferencias de fondos y retiros. La mejor forma de continuar cuidando nuestra salud y de nuestras familias, a la vez que retomamos de forma gradual el ritmo normal de las actividades económicas.

A tal efecto, el SIPARD ha sido determinante para evitar que las medidas de flexibilización de la política monetaria, a través de los recursos puestos a la disposición del público, provoquen una demanda innecesaria de billetes y monedas, así como permitiendo agilizar las operaciones financieras del país.

Al igual que en situaciones de crisis ocurridas en estadios diferentes de nuestra vida ciudadana, superadas gracias al compromiso conjunto de todos los sectores del país, indudablemente saldremos airosos como nación de esta crisis sanitaria generada por el COVID-19, que no sólo ha tocado a República Dominicana, sino a todas las naciones del mundo en mayor o menor grado. Frente a esto, el Banco Central se mantendrá vigilante del buen funcionamiento del Sistema de Pagos y Liquidación de Valores de la República Dominicana (SIPARD), para garantizar el buen fin de los pagos cursados a través del mismo y coadyuvar a la recuperación de la senda de crecimiento del país.

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