Sunday, November 24, 2024
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El espinoso horizonte judicial de Trump tras dejar la Casa Blanca

La fórmula del auto indulto sobrevuela la etapa final del magnate neoyorquino en la Presidencia

El 20 de enero de 2021 Joe Biden se convertirá en el nuevo presidente de Estados Unidos. Entonces, y con efecto inmediato, concluirá el mandato de Donald Trump, que ya sin los galones presidenciales y sin la muleta del Departamento de Justicia deberá hacer frente en solitario a los posibles frentes judiciales que puedan surgirle, algunos de los cuales ya están abiertos.

Trump ha utilizado el título de presidente como una especie de armadura, legal y moral, para responder a cualquier tipo de crítica. El magnate neoyorquino ha denunciado desde el mismo momento en que se sentó en el Despacho Oval una “caza de brujas” en la que ha incluido a agencias federales, opositores políticos, gobiernos extranjeros y mujeres con las que supuestamente se había propasado.

Varios de los frentes judiciales que ya están abiertos tienen por escenario Nueva York, donde el abogado Michael Cohen llegó a declararse culpable por incumplir la normativa de campaña al reconocer que pagó 130.000 dólares a la actriz Stormy Daniels para que no revelase públicamente un ‘affaire’ en el que la aludida incluye a Trump. Los documentos judiciales citan como conspirador al “individuo 1”, que fue “candidato con éxito a la Presidencia” de Estados Unidos.

La Fiscalía también examina posibles delitos vinculados a la Organización Trump, el conglomerado empresarial que fundó el ahora presidente y sospechoso de falsificación registros, fraude fiscal o fraude en los seguros. Al contrario del caso abierto por la supuesta relación con Stormy Daniels, en esta vertiente sí se podría entrar en el terreno del delito federal, según NBC News.

Cohen, que ha pasado de aliado a enemigo del magnate tras su caída en desgracia, también ha acusado a Trump de manipular sus cuentas empresariales para, por una parte, poder presentar datos que le garantizasen la obtención de préstamos y, por otra, pagar la menor cantidad posible de impuestos. Trump se ha jactado de esta ingeniería públicamente.

El presidente ha evitado hacer públicas sus declaraciones, aunque ‘The New York Times’ ha publicado tras una ardua investigación que Trump no pagó impuestos federales durante un gran número de años y que, cuando lo hizo, apenas contribuyó a las arcas públicas con 750 dólares. Trump ha impugnado en los tribunales la entrega de dichos papeles y la decisión final previsiblemente quedará en manos del Supremo.

Por otra parte, la fiscal general de Nueva York, Letitia James, investiga cuatro proyectos inmobiliarios de la Organización Trump y su intento fallido de comprar el equipo de rugby de los Buffalo Bills. Las pesquisas son en este caso civiles, no penales, pero no se descarta que puedan derivarse a otros fiscales si surgen indicios.

VARIAS MUJERES CONTRA TRUMP

Si el terreno empresarial le puede deparar más de un quebradero de cabeza al Trump civil, también puede hacerlo el personal. Durante estos últimos años, han sido varias las mujeres que han acusado al presidente de incidentes de índole sexual, algo que el mandatario siempre ha negado, incluso burlándose públicamente de las supuestas víctimas.

El tiempo transcurrido desde los hechos alegados y las dificultades de defender el caso ante un juez han llevado a varias mujeres a utilizar los medios como altavoz, en lugar de los tribunales. Sin embargo, algunas sí han presentado denuncia, como la columnista E. Jean Carroll, que en 2019 acusó a Trump de abusar de ella en el probador de una tienda más de 20 años atrás.

En este caso, Carroll denunció a Trump por difamación, después de que el presidente dijese que la columnista no era su tipo y pusiese en duda la versión que daba en el libro. Trump encargó al Departamento de Justicia su defensa, algo que un juez tumbó en octubre con una simbólica sentencia en la que planteaba una línea clara entre las posibles responsabilidades pendientes del magnate y su cargo actual.

También está abierta una causa iniciada por una antigua concursante de ‘El Aprendiz’, Summer Zervos, que a principios de 2017 denunció por difamación a Trump, al que previamente había acusado de tocarle los pechos y besado sin su permiso. El presidente accedió inicialmente a testificar, pero sus abogados solicitaron un aplazamiento de la comparecencia y no está previsto que esta llegue al menos hasta 2021.

LA POSIBILIDAD DEL INDULTO

Trump visitará a Irlanda durante su viaje a Francia y Reino Unido en junio El presidente estadounidense, Donald J. Trump, participa en el Día Nacional de la Oración en el jardín de la Casa Blanca, Washington D.C (Estados Unidos), el jueves 5 de mayo de 2019. EFE/Archivo

Ante el horizonte convulso, Trump podría optar por un indulto preventivo, una opción que han planteado en estos últimos meses varios expertos legales pero que no tiene por qué sobrevivir en los tribunales. En cualquier caso, como presidente solo podría concederse la inmunidad en el ámbito federal, lo que deja abierto por ejemplo los procedimientos en curso en Nueva York a nivel estatal.

Trump, que esta misma semana dictó un perdón para su exasesor Michael Flynn, ya habría comenzado a preguntar en 2017 a varios asesores por la viabilidad del ‘auto indulto’, según fuentes citadas por la CNN. El presidente tampoco ha esquivado el tema en público: “Como me han asegurado numerosos juristas, tengo todo el derecho a perdonarme a mí mismo pero, ¿por qué lo haría si no he hecho nada malo?”, planteó en Twitter en julio de 2018.

La argumentación más clara al respecto la dio el Departamento de Justicia en agosto de 1974, cuatro días antes de que Richard Nixon dimitiese. Entonces, se estableció que “bajo la premisa fundamental de que nadie puede ser juez de su propio caso, el presidente no puede indultarse a sí mismo”.

Esta doctrina se ha quedado por ahora en el terreno político, ya que nadie la ha llevado a los tribunales, y no evitó que Nixon recibiese el consabido indulto, aunque este tuvo que estar firmado por su sucesor en la Casa Blanca, Gerald Ford, y no por él mismo.

Además, el documento de 1974 abriría la puerta a otro escenario al recordar que la Vigesimoquinta Enmienda de la Constitución establece que en caso de incapacidad temporal del máximo responsable del país corresponde a su ‘número dos’ asumir las riendas del país y “podría perdonar al presidente”. Una vez obtenido este indulto, el presidente “podría dimitir o reanudar los deberes propios de su cargo”.

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