Las encuestas le dan la victoria por mayoría absoluta, seguido por el expresidente Leonel Fernández
La situación en Haití, la crisis de inseguridad y la desigualdad económica, en el centro del debate electoral
La población de República Dominicana está llamada a las urnas este domingo para participar en unas elecciones presidenciales en las que el actual jefe de Estado, Luis Abinader, se perfila como principal favorito para hacerse con el triunfo, logrando un segundo mandato al frente de la nación caribeña.
Las principales encuestas del país brindan al presidente una holgada victoria, en la mayoría de casos con más del 60 por ciento de los votos. En este hipotético escenario, Abinader lograría la reelección sin necesidad de celebrar segunda vuelta, prevista para finales de junio.
El presidente dominicano, de 56 años y aspirante por el centrista Partido Revolucionario Moderno (PRM) que él mismo fundó, busca en estos comicios asentar sus políticas económicas y afianzarse como un importante actor regional, marcado por su contundente discurso contra la inseguridad y la situación en el vecino Haití.
Tras Abinader, las encuestas sitúan al destacado Leonel Fernández, quien ya ocupó la Presidencia dominicana entre 1996 y 2000, y más tarde desde el año 2004 hasta 2012. El expresidente, de 70 años, se postula bajo las siglas del progresista Partido Fuerza del Pueblo (FP) y ha cargado contra las políticas económicas del mandatario.
En tercer lugar y con poco más de un diez por ciento los votos, los estudios demoscópicos sitúan a Abel Martínez, abogado de 52 años que se presenta por las listas del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), que en el pasado encumbró a Fernández. Martínez fue fiscal de Santiago y en 2016 ascendió a la Alcaldía de la ciudad.
Junto a estos tres aspirantes, el listado de candidatos presidenciales lo completan otros seis nombres, entre los que destaca el del exministro de Exteriores Miguel Vargas, que se presenta por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), una de las principales formaciones políticas del país.
Además de escoger a quien será su presidente durante los próximos cuatro años, los 8,1 millones de dominicanos llamados a las urnas deberán elegir a los 32 senadores y 190 diputados que conforman el Congreso de la República. Además, República Dominicana renovará sus 20 representantes en el Parlamento Centroamericano (Parlacen)
CONSTANTE CRISIS EN HAITÍ
A lo largo de la campaña electoral, todos los candidatos, pero especialmente los tres que encabezan las encuestas, han centrado su discurso en la situación en Haití, país con el que República Dominicana comparte casi 400 kilómetros de frontera y que se encuentra inmerso un panorama de inestabilidad desde hace años.
Después del asesinato del presidente Jovenel Moise en julio de 2021, Haití entró en bucle de inseguridad por el auge de las bandas criminales. Esta situación alcanzó su pico a finales de febrero, cuando los grupos armados del país se levantaron en armas y amenazaron con tomar el poder.
La crisis social, política y económica de Haití, que además en los últimos años ha sufrido varios desastres naturales, ha provocado que la población haitiana trate de cruzar la frontera hacia República Dominicana en busca de mejores oportunidades. El Gobierno dominicano confirmó en 2023 la deportación de más de 250.000 haitianos.
Sumado a todo esto, República Dominicana y Haití protagonizan desde septiembre del año pasado una disputa en torno al río Masacre, que delimita parte de la frontera común. Las autoridades de Puerto Príncipe pusieron en marcha el desvío de parte del caudal del río, provocando malestar en Santo Domingo.
El presidente Abinader denunció que los hechos violaban el Tratado de Paz, Amistad y Arbitraje firmado hace décadas por ambas naciones, si bien desde Haití defendieron su “pleno derecho” a extraer agua del río. Santo Domingo terminó por decretar el cierre de la frontera y la construcción de un muro para evitar el ingreso de migrantes.
A pesar de lo polémico en la forma de proceder del presidente Abinader, esta política migratoria ha recibido el respaldo de los principales aspirantes a la Presidencia, que consideran que la situación en Haití es uno de los principales conflictos a los que hacer frente.
CRISIS DE INSEGURIDAD Y DESIGUALDAD ECONÓMICA
Más allá de la crisis de migrantes provenientes de Haití, otro de los asuntos clave que más afectan a la población dominicana son los datos de delincuencia y la inseguridad ciudadana. Según datos estadísticos del propio Gobierno de República Dominicana, a finales del año pasado, más del 66 por ciento de la población consideraba la delincuencia el principal problema a nivel nacional.
De acuerdo con aquellos datos, casi el 30 por ciento de los dominicanos sienten “mucho miedo” por la delincuencia en su barrio; mientras que más del 64 por ciento de la población evita salir de noche por miedo a la delincuencia y el crimen. En el caso de las mujeres este dato se eleva hasta casi el 70 por ciento.
Aunque en el primer trimestre de 2024 las cifras de delincuencia disminuyeron respecto al año anterior, la tasa de homicidios ha ido en aumento en República Dominicana hasta 2022, cuando se registraron más de 13 muertes violentas por cada 100.000 habitantes. Aunque en 2023 estas cifras se redujeron, motivo por el que Abinader ha sacado pecho, el resto de candidatos incide en que es un motivo de preocupación.
Por último, la situación económica en el país es otro de los aspectos que más protagonismo han cobrado a lo largo de la campaña electoral. La economía nacional creció un 2,5 por ciento en 2023, trés décimas más que la media de Latinoamérica, sin embargo, la tarea pendiente del gobierno de Abinader ha sido la de garantizar un reparto de la riqueza entre la población.
Según datos del Banco Interamericano de Desarrollo, la brecha de ingresos en República Dominicana alcanza cifras similares a las de Estados Unidos. Además, los empleos precarios y el alto coste de vida pone a gran parte de la población en situación de precariedad, si bien Abinader ha aprovechado los debates electorales para poner en valor su gestión.