Bautista abrió con triunfo sobre Lajovic (7-5 y 6-1), pero el número uno del ranking mundial sucumbió frente a un rival sublime (6-2 y 7-6[4]).
El tenista balear Rafael Nadal sucumbió por 6-2 y 7-6(4) contra el serbio Novak Djokovic en el segundo encuentro de la final de la ATP Cup, que se está disputando este domingo en Sídney (Australia), y el título tendrá que decidirse con el partido de dobles.
Sobre la pista del Ken Rosewall Arena, dentro del Sydney Olympic Park, Nadal se vio superado tras un duelo de calidad y que duró 1 hora y 56 minutos. Así, el líder del ranking mundial no pudo amarrar el título ni seguir la buena senda del castellonense Roberto Bautista, que había conseguido el primer punto de la eliminatoria batiendo por 7-5 y 6-1 a Dusan Lajovic.
La supervivencia del equipo serbio quedaba, por ese motivo, en manos de un Djokovic que tiene un valor añadido en su idilio con las pistas ‘aussies’. Sus grandes temporadas suelen comenzar muy temprano cada año, optando siempre a la corona de Melbourne para asustar desde el primer ‘Grand Slam’.
Así que no sorprendió que, para empezar su andadura en esta nueva y novedosa final, ‘Nole’ rompiese el primer turno de saque contrario. Casi 10 minutos de juego tardó el de Manacor en ceder el 1-0, lance que consolidó el balcánico de forma inmediata para tomar la delantera (3-1) y seguir inquietando al resto.
Nadal salvó dos bolas de ‘break’ en el quinto juego, pero no evitó que el séptimo cayera del bando rival (5-2). En blanco, Djokovic cerró la primera manga a su favor e involuntariamente dio un toque de atención al balear, que debía subir peldaños de intensidad en busca de la remontada.
Acostumbrado a muchísimas batallas de tanto calibre, Nadal así lo interpretó para solventar sin agobios cada turno propio de servicio. Enfrente, el jugador de Belgrado hacía lo mismo hasta llegar al sexto juego, cuando levantó cinco pelotas de quiebre a un contrincante ya envalentonado.
Poco después, las tornas cambiaron y fue Nadal quien impidió la rotura de Djokovic con 5-5 y 15-40. Se vio talento a raudales, por parte de ambos, y las gradas agradecieron que el set necesitase una muerte súbita. Flojeó entonces el balcánico, aunque recobró la cadencia en el golpe y arrasó especialmente con sus reveses, rubricando el 7-4 en dicho ‘tie-break’.
BAUTISTA ABRIÓ El CAMINO
Pero antes del intenso combate entre los dos mejores tenistas del circuito de la ATP, Roberto Bautista había dado a España su primera sonrisa a la hora del desayuno. En estado de gracia, el castellonense demostró que su condición actual de número 10 no es ningún farol.
Lajovic, con el apoyo de la grada, mostró su mejor versión en el set inaugural. Fue capaz de sobreponerse a un mal arranque, donde los golpes de derecha que hacía su rival eran demoledores. Bautista se colocó 2-0 y 40-0 arriba, cuando entonces su oponente despertó al salvar una bola peligrosísima desde el fondo de pista.
Pese a ceder finalmente ese juego (3-0), el balcánico ya había entrado en faena. Y lo demostró adjudicándose en blanco su posterior servicio, anotándose con dificultad su siguiente turno de saque y rompiendo entre medias el saque de Bautista (3-3).
Habiendo salvado dos oportunidades de ‘break’, Lajovic no quería que se le escapara tan rápido el primer encuentro de la gran final. Incluso salió ileso de un 4-3 abajo y 30-40 con su turno de servicio, lo cual mantenía la igualdad y abocaba el set a la muerte súbita.
Sin embargo, el castellonense apretó el acelerador en el duodécimo juego y aprovechó su primera opción de romper cuando iba 15-40, para certificar el 7-5 y empezar con confianza la segunda manga. Y hasta ahí llegó el combustible del serbio, quien se vio arrollado de inmediato.
Bautista se apuntó en blanco sus dos primeros turnos al saque, quebrando otros dos de su adversario y logrando con ello una amplia ventaja de 4-0. A la desesperada, Lajovic conectó un par de ‘drives’ certeros y consumó un ‘break’ que alargó un intercambio de bolas con evidente color español.
El de Castellón de la Plana prosiguió con su versatilidad y volvió a romper (5-1), consolidando tal situación para poner el 6-1 definitivo y encarrilar lo que sería un nuevo éxito del tenis español. El tropiezo de Nadal ante Djokovic aún se puede enmendar con una victoria en el dobles.