[por Patz Guerrero]
En estos días ha sido personal el asunto en las redes sociales. Como buena Relacionista, no he expresado mi impotencia y desencanto en respuesta a ningún comentario, en ninguna página, pero… ¿Qué podríamos esperar de alguien que no sepa quien fue siquiera Rafael Villalona, pero que si conoce, emplea, y pone frente a un micrófono cada día, a personas que desvirtúan el valor de la mujer en el entorno social y los medios de comunicación? … si no sabe la respuesta, yo se la refresco: NADA.
Ayer comentaba con algunos periodistas previo a la función de Marian Pabón (seguro tampoco han oído de ella), que “El poder corrompe”, y esto se aplica a cualquier gremio, persona, o situación. Hablábamos justo de los aportes inmensos de ciertas instituciones en su historia, y discutía yo con otro colega que opinaba que debía desaparecer, ya que en mi opinión esa no es la solución, pues con eso solo se borraría un trabajo de muchos años que si funcionó y aportó a muchos. Lo ideal sería renacer, volver al inicio, a lo que les hizo surgir, y para eso es necesario un acto puro de desprendimiento.
Y aquí vamos a mi punto anterior. El poder corrompe… Las redes por ejemplo hoy en día, son un poder. Pero la masa en la historia de la humanidad (busquen sus libros), siempre ha elegido de forma emocional, la masa ha creado monstruos antes, recuerden a Hitler… no es nada nuevo esto. Lo nuevo es el medio por el cual ahora se imponen las pasiones. Que muchas personas ciegamente te apoyen es el primer alimento para el ego de este tipo de individuos que fabrica la masa enardecida y la pasión, que son los mismos individuos que esa misma masa odiará años después.
Normalmente son personas “del pueblo”, que son “iguales que tú”, personas que han salido de abajo y con eso quieren justificar su falta de conocimiento. Normalmente son personas que aplauden las acciones simplificadas del entorno, y que señalan a los que si se toman el tiempo de hacerlo bien, como “elitistas”, porque pusieron el acento donde va, o escribieron revés bien, y eso según ellos es de elitistas. “Masa síganme! Y quitaré los acentos de las palabras” es más o menos su propuesta política.
El poder corrompe. Es muy probable que en sus inicios estas personas hayan tenido buenas ideas, y hayan sido grandes de verdad. Y con esto vuelvo al punto anterior y al título de este escrito. Se pierde la esencia, la perspectiva, cuando el ego y el poder crecen.
Voy a poner el caso nuestro. Tal vez como ven a mi hermano Josué Guerrero hoy, tan preparado, con una trayectoria de 16 años en áreas culturales y de prestigio (algo que increíblemente no tiene que ver con seguidores), con una forma de expresión limpia y cuidada, no se imaginan que nosotros, nacidos y criados en María Auxiliadora, que hicimos nuestra primaria y bachiller en el OMA allá en el barrio, atracados muchísimas veces cuando veníamos de estudiar en la UASD, también nos costó superarnos, y elegir esta cara de la moneda. Todo se elige en la vida. Es mentira que no puedes elegir, y que tienes que ser ladrón, o loco, o tecato, o hablar mal, o ser irresponsable, o lo que sea, porque eso fue lo que te tocó.
No me asombra que después de tantos años de trabajo, aparezca @laRealLecheQueTePoneRapida_4 (por poner cualquier user habitual que vemos hoy en las redes) y diga, “Que se presente primero”, refiriéndose a alguien que tiene probada trayectoria en las artes de nuestro país, que hasta posee un premio como mejor actor de Acroarte del 2015. Entras a su perfil, y te das cuenta de que tiene 6 faltas ortográficas en su descripción, y 10 emojis, y que sigue en siendo figuras, a todas, pero ni a un solo artista. No hay perspectiva.
Pero, toda época de la humanidad está marcada por una catarsis del pueblo, donde alguien como yo dijo “Estamos mal”, y aun así hubo que pasarla. Lo único que lamento es que perderemos mucha información, y trabajo cuando lleguemos al punto estable tras la euforia colectiva actual.
Espero que un rayo de luz nos recuerde quienes éramos, y recobremos nuestra esencia, lo que fuimos, en lo que creíamos, nuestros sueños… porque hoy, de ellos nadie se acuerda.