Siempre me he sentido identificada y conectada más con los niños que con los adultos y debe ser por eso que mi lado infantil se encuentra mucho más latente que el adulto.
Cuando tuve la mágica experiencia de ser madre, por partida triple, sentí la enorme responsabilidad de criar seres cariñosos, honestos, generosos, agradecidos y contentos de ser quienes eran. Tarea bien compleja considerando las prioridades que ofrece la sociedad para “pertenecer”, cada día más lejanas a lo verdadero y a nuestra esencia.
Cansada de la caperucita roja que peligra con el lobo feroz y otro ciento de historias trágicas donde finalmente el bien conquista al mal, elegí contarles mis propias historias con los mensajes que yo quería trasmitirles y así nació “El cangrejo que quería ser caracol”.
Un día de playa fantástico, como empieza este cuento, estaba con mis hijos y los hijos de una amiga jugando con la arena y de pronto se acercó a nosotros un cangrejo ermitaño. Allí, de la misma manera que había escuchado cientos de veces acerca del proceso creativo y la famosa musa, una fuerza inexplicable e incontenible me llevó a escribir lo que ese cangrejito tenía para contarnos.
“El cangrejo que quería ser caracol” cuenta esa historia que nos contó el cangrejito en la playa ese día acerca de la importancia de aceptarnos como somos y confiar en nuestra voz interna que siempre, siempre, siempre será la acertada.
Sobre Judith Kuj
Judith Kuj es Argentina. Ha vivido gran parte de su vida en Colombia y ahora reside en EEUU. Se ha desempeñado en diversos campos de la comunicación desde agencias de publicidad, investigación de mercados hasta pasando por un Zoológico dónde implementó el departamento de mercadeo, divulgó programas de conservación y creó y dirigió un programa de televisión “exploradores por naturaleza”, como también un magazín infantil relacionado con la naturaleza. Su amor por la naturaleza, por los niños, por la aventura y la vida la llevó a esta nueva etapa dónde escribir se ha convertido en la fuente creativa y de felicidad cotidiana.