Jimmy Carter se ha sumado a las condenas vertidas por el resto de expresidentes de Estados Unidos y ha tildado el asalto al Capitolio por parte de seguidores del actual mandatario, Donald Trump, como una “tragedia nacional” y ha mostrado su preocupación por la “violencia” en los incidentes, que se han saldado con al menos cuatro muertos.
“No es lo que somos como nación”, ha destacado Carter en un comunicado publicado por el Centro Carter a través de su cuenta en la red social Twitter.
“Tras haber observado elecciones en democracias en problemas en todo el mundo, sé que los ciudadanos podemos unirnos para alejarnos de este precipicio y mantener pacíficamente las leyes de nuestra nación, que es lo que debemos hacer”, ha manifestado.
Asimismo, ha abogado por “una resolución pacífica” para que “la nación pueda curarse y completar el traspaso de poder, como ese ha hecho desde hace más de dos siglos”.
Carter se ha sumado así a las críticas vertidas por los otros tres expresidentes estadounidenses vivos: Bill Clinton, George W. Bush –el único republicano entre ellos– y Barack Obama.
Previamente, el Centro Carter había publicado un comunicado en el que incidió en que “la orgullosa historia de transiciones pacíficas y democráticas estaba siendo puesta a prueba”. “Si bien el Centro Carter apoya el derecho de los estadounidenses a protestar pacíficamente, condena firmemente las amenazas y la violencia de cualquier tipo”, sostuvo.
El organismo incidió en que “los votantes participaron en las elecciones de noviembre de 2020 en un número récord” y en que “el proceso de contar y verificar la exactitud de los resultados ha sido completado y los extensos recursos legales han sido resueltos, lo que ha llevado a la declaración de Joe Biden como ganador”.
“Todos los estadounidenses deben estar orgullosos de lo que se ha logrado. Si bien no hay duda de que todo el proceso ha sido creíble, ha habido un esfuerzo dañino sin precedentes para negar y dar la vuelta a la voluntad expresado por la gente”, lamentó.
“Esto ha supuesto una carga significativa sobre nuestro sistema democrático y ha creado unas dudas infundadas en millones de estadounidenses sobre la integridad de las elecciones”, dijo, antes de destacar que “es momento de apoyar una transición pacífica y trabajar juntos hacia un futuro próspero y compartido”.