Nota: Por considerarlo de alto interes para las presentes y futuras Generaciones de nuestros dilectos lectores que nos dan el privilegio de servirle una mejor y veraz informacion, y con el permiso de nuestro querido hermano y amigo, el Veterano Periodista Dominicano Don Manuel Diaz Aponte reproducimos esta extraordinaria historia periodistica que no tiene desperdicio, por favor disfrute esta Joya de articulo acerca del lamentable Suicidio del Ex-presidente Peruano Alan Garcia.
“Dejo mi cadáver como muestra de desprecio hacia mis adversarios”, escribió Alan García, ex presidente de Perú, poco antes de accionar el gatillo para dispararse mortalmente.
Hecho temerario y penoso a la vez que proyecta gráficamente el punto de contradicción entre la felicidad del poder y la desgracia que implica ir a la cárcel cuando éste se apaga.
El presidente al tomar juramento asume la responsabilidad de respetar y hacer cumplir la Constitución y las leyes del país que representa.
Es un compromiso con Dios, su conciencia, y con su familia y el pueblo que lo llevaron al poder. Verdadero privilegio que pocos logran alcanzar.
En este mundo se originan muertes físicas y muertes morales, convirtiéndose éstas últimas en un arma letal particularmente para los políticos implicados en peculado. ¿Verdad que sí?
La inmolación es el final en la carrera de algunos líderes políticos que prefieren suicidarse antes que ir a prisión. Y es que las mieles del poder son efímeras aunque todavía algunos las creen eternas.
Es un triste drama que refleja también la fragilidad humana no importa la más alta posición que se obtente.
Las ráfagas del mayor escándalo de corrupción en la historia moderna de América Latina siguen causando destrozos.
El ex-presidente del Perú, Alan García, prefirió dispararse mortalmente para no acudir a los tribunales de justicia por supuestamente haber recibido sobornos de la mega corrupción que auspició la empresa brasileña Odebrecht.
Departamento de Justicia de Estados Unidos cita a doce países de haber recibido millonarios sobornos de la constructora suramericana, a cambio de contratos para edificaciones de obras viales, puertos, aeropuertos, entre otras infraestructuras.
Naciones y montos de las coimas entregadas:
-Colombia, más de 11 millones de dólares
-Guatemala, 18 millones de dólares
-México, 10.5 millones de dólares
-Perú, 29 millones de dólares
-Ecuador, más de 33.5 millones de dólares
-Argentina, 35 millones de dólares
-Panamá, más de 59 millones de dólares
-Brasil, 349 millones de dólares
-Venezuela, 98 millones de dólares
-República Dominicana, más de 92 millones de dólares.
Como se aprecia, fuera de Brasil, estos dos últimos países fueron los que recibieron los mayores montos en pagos ilícitos.
Angola y Mozambique son las dos únicas naciones que sin pertenecer al continente Americano bailaron en la fiesta de Odebrecht.
El ex presidente peruano Alan García no confiaba en el estado de derecho que rige actualmente el sistema judicial de su país, del cual dijo en reiteradas ocasiones que actuaba como simple perseguidor en contra de sectores políticos, y por tanto, prefirió sacrificar su existencia humana con tan solo 69 años de edad.
En la década del ochenta, Alan Gabriel Ludwig García Pérez, abogado, orador y político se proyectaba como una esperanza entre los peruanos y un firme defensor de los principios democráticos en Latinoamérica.
Corrupción y Principio
Para entonces, un joven político de notables condiciones intelectuales y magnífico orador que defendía la corriente socialdemócrata en la región a dientes y espada.
Heredero político del fundador de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) y líder histórico del Partido Aprista Peruano, Víctor Raúl Haya de la Torre.
Llegó a la Presidencia del Perú por primera vez en (1985-1990) con apenas 36 años, siendo uno de los políticos más joven en alcanzarlo en el Continente. El segundo mandato transcurrió entre (2006-2011).
A juzgar por las sentidas muestras de solidaridad durante su funeral especialmente de sectores empobrecidos de Perú, hay que concluir en que este político populista del APRA cultivó simpatía entre amplios sectores de esa nación Andina.
¿No sería más aconsejable para las presentes y futuras generaciones de políticos y gobernantes de América Latina seguir el hermoso y digno ejemplo de José Mujica, ex presidente de Uruguay?, quien enarbola la bandera de lucha contra la corrupción administrativa desde el Estado.
Mujica, a quien sus adversarios apodaron peyorativamente como el “presidente pobre”, gobernó sin sobresalto, sencillez y manejó con pulcritud los recursos públicos de su país en el mandato presidencial (2010-2015). Hasta el momento, nadie lo ha acusado de corrupto, y hoy es un referente como invitado a dictar conferencias en diversas academias e instituciones internacionales que combaten la corrupción, uno de los flagelos que genera mayor pobreza entre la ciudadanía.
En la República del Perú, los ex presidentes Ollanta Humala; Pedro Pablo Kuczynski, Alejandro Toledo y el fallecido Alan García han sido acusados de supuestamente haber recibido sobornos millonarios de la empresa Odebrecht mientras ejercían sus funciones de Estado.
Kuczynski, quien está hospitalizado en Lima por problemas cardiacos fue condenado a tres años de prisión preventiva después que la justicia peruana lo hallara culpable de cometer actos como lavado de dinero y ocultación de información en el caso de la trasnacional brasileña.
La historia de la humanidad registra los casos de otros ex presidentes y ministros que se han suicidados por diversas razones. Por ejemplo, en Francia, en 1993, el ex primer ministro, Pierre Bérégovoy, se disparó en la cabeza. Había recibido supuestamente un millón de franco en soborno de manos de un poderoso empresario financiero vinculado a negocios turbios y a varios escándalos.
Otros Suicidios Presidenciales
El presidente de Brasil, Getulio Vargas, se quitó la vida de un disparo en el corazón en su habitación del Palacio de Gobierno en Rio de Janeiro en 1965, donde gobernó por 19 años.
“Serenamente doy el primer paso en el camino hacia la eternidad y salgo de la vida para entrar en la historia”, escribió Getulio Vargas en su carta testamento.
Vargas recibía fuertes presiones de grupos de poder interno y externo que conspiraban contra su política populista que impulsaba en Brasil a favor de los trabajadores.
El 11 de septiembre de 1973 en el Palacio de La Moneda de la República de Chile, el presidente constitucional Salvador Allende, tomó una decisión. Fue el inicio de una etapa de mucho luto y dolor para sus conciudadanos.
En efecto, el general Augusto Pinochet con el apoyo de la Central de Inteligencia Americana (CIA), encabeza un cruento golpe de estado contra el gobierno socialista de Allende. Millares de chilenos fueron asesinados, encarcelados y deportados por el régimen de facto.
Siempre se ha planteado que Allende al verse acorralado por el ejército leal a Pinochet y sus unidades aéreas que bombardeaban incesantemente contra la mansión presidencial optó por dispararse mortalmente en la cabeza antes que entregarse a los golpistas. Otros afirman que luchó con un fusil en manos hasta caer en combate junto a un pequeño grupo de militares y civiles cercanos.
La Corte Suprema de Chile concluyó en 2014 una investigación afirmando que el presidente Allende se suicidó en el Palacio de La Moneda.
Antonio Guzmán Fernández
La madrugada del domingo 4 de julio del 1982 despertó a la población de República Dominicana con otro fatal y conmovedor acontecimiento en las esferas del poder político. El presidente Antonio Guzmán Fernández se suicidó tras descubrir actos de corrupción en su Gobierno.
El diario El País de España narra en una crónica de la época que el mandatario “estaba decepcionado porque muchos amigos le habían traicionado y se alejaban de él al acercarse el día en que debía entregar el poder”.
Demóstenes, el mejor orador de la antigua Grecia decidió suicidarse tras el emperador Antiprato de Macedonia aprobar un decreto para condenar a muerte a los “agitadores políticos”.
Estaba considerado como el padre de la oratoria y pese a su tartamudez lograba practicar sus discursos colocándose piedras en la boca.
Cleopatra, última reina del Antiguo Egipto se quitó la vida envenenándose luego de la derrota de su ejército contra las poderosas fuerzas de Octavio en Alejandría.
Adolfo Hitler, el genocida más famoso del mundo optó por suicidarse el 30 de abril de 1945 en Berlín, Alemania, junto a su esposa Eva Braun al contemplar como su régimen se debilitaba.