Las 3.220 medallas que se entregan desde hoy en los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe y que hacen emocionar a los 5.339 deportistas que las desean ver en su cuello fueron elaboradas en Colombia por una empresa que lleva cuatro décadas en esta labor con el Comité Olímpico del país.
Las preseas llevan el logo de los Juegos, por una cara, mientras que por la otra están imágenes de Barranquilla.
Fueron elaboradas en zamak importado, un material que -según la organización- es un material amigable con el medio ambiente.
Tienen 80 milímetros de diámetro por 7 milímetros de ancho y cada una pesa 200 gramos.
La cinta que las acompaña y reposa en el cuello de los ganadores es de color azul, de seda doble y tiene dos centímetros y medio de ancho.
Estas medallas carecen de baño de oro, plata y bronce, pese a que así es su denominación. Sin embargo, el tono o el color de dichos metales se debe a unos baños de electrolíticos.
Se fabricaron en total 3.520 preseas, pero se entregarán 3.220: 1.010 oros, 1.010 de plata y 1.200 de bronce. En reserva quedarán 300.
Su diseño fue obra del Comité Organizador de los Juegos (Cobar) con el visto bueno de la Odecabe.
Todos los competidores también se llevarán, aparte del cariño de los barranquilleros, unas monedas con las imágenes de los juegos por un lado y con la de Baqui, símbolo del evento, por el otro.
Y mientras desde este viernes varios deportistas de distintos países ya lucen y exhiben sus medallas con orgullo, el resto de participantes sueña y suspira con ellas. Les quedan catorce días de competencias para alcanzarlas.