La versión de los nuevos Warriors de Golden State, con el alero Kevin Durant de estrella, les ha permitido estar invictos en los playoffs y un triunfo de conseguir el segundo título de liga ante los actuales campeones, los Cavaliers de Cleveland.
Equipo que también está ante un hito histórico negativo dentro de las Finales de la NBA, ser el primero que fuese el primero que es barrido dos veces en el duelo por el anillo de campeones.
Ya sufrieron esa humillación de un 0-4 en las Finales del 2007 frente a los Spurs de San Antonio en las primeras que disputaron con el alero estrella LeBron James.
Además, esta vez, con mayor frustración deportiva porque en el campo han mostrado su clase y talento, pero insuficiente a la hora de hacerle frente al equipo que para muchos ya comienza a ser considerado como el mejor de la historia.
La realidad es que los Cavaliers llegan al cuarto partido, que van a disputar en su campo del Quicken Loans, con una marca de adversa de 0-3, a pesar que el tercer partido (113-118) lucieron mucho mejor que en los primeros dos, que perdieron por diferencia promedio de 21 puntos.
Toda una humillación para los actuales campeones, a los que les queda la esperanza de que el año pasado la historia fue muy similar al estar abajo 1-3 y luego consiguieron el primer título en la historia de la franquicia.
Ahora de nuevo están ante otro reto histórico, el intentar una remontada de 0-3 que hasta ahora nadie ha podido conseguir.
La misión no parece “fácil” porque enfrenten tienen a la mejor versión de los Warriors con Durant espectacular, para muchos el jugador más en forma que hay actualmente en la NBA, un base Stephen Curry en plan MVP, el escolta Klay Thompson con la inspiración encestadora recuperada y un Draymond Green, que impresiona por su madurez y juego de equipo.
Esa ha sido la causa que los Cavaliers fuesen apabullados durante la segunda mitad de los primeros dos partidos hasta que en el partido del miércoles brindaron un tercer periodo sensacional. Incluso a tres minutos de que concluyera el encuentro, tuvieron la ventaja de seis puntos (113-107).
Pero los Warriors cerraron con una racha de 11 puntos sin respuesta para llevarse el triunfo que les abrió las puertas a un segundo título en tres años, que podían asegurar en el cuarto partido a disputarse en viernes por la noche en el Quicken Loans.
“Creo que nuestro equipo sigue confiando en lo que hicimos en el tercer partido y si repetimos podemos conseguir la victoria”, declaró Tyronn Lue, entrenador de los Cavaliers. “No puedo estar decepcionado con el esfuerzo que hicimos”.
Lue reiteró tras el entrenamiento del jueves que su equipo no falló sino que fueron los Warriors los que supieron ejecutar mejor en la recta final del partido, además de aprovecharse de los fallos que cometieron.
James, que estuvo a las puertas de un triple-doble en el tercer partido (39 puntos, 11 rebotes y nueve asistencias), después de decir que no tenía ningún problema con que los Warriors consigan a los mejores jugadores, como Kevin Durant, el haría lo mismo si algún día llega a ser dueño, destacó que sólo piensan en el cuarto partido.
“Sabemos que no tenemos mañana, que como nos sucedió el año pasado, debemos salir al campo a jugar al máximo en el partido que nos toca, luego veremos a ver que es lo que sucede”, destacó James, que busca su cuarto título de liga como profesional. “Lo que ahora me preocupa es que elevemos a un más nuestro nivel de juego”.
Para nada está preocupado si puede sufrir la segunda barrida en unas Finales de la NBA.
“El título lo ganas cuando consigues cuatro triunfos y lo pierdes con cuatro derrotas”, señaló James.
Mientras que entre los jugadores de los Warriors y su entrenador Steve Kerr, la consigna para el cuarto partido es la misma que han tenido desde que comenzaron los playoffs y que no ha sido otra que salir al campo a darlo todo, hacer el mejor baloncesto y respetar a rival.
“No hemos ganado nada”, reiteró Kerr. “Tenemos ventaja de 3-0, pero nos falta una victoria más y esa es la única que nos interesa y necesitamos conseguir”.
Kerr reconoció que la posición que disfrutan puede inducir a que los jugadores se relajen y no sientan la presión, pero no es el caso de los Warriors, cuya filosofía es la de cada vez hacerlo mejor, sin importar lo que sucedió en los partidos anteriores.
“Nuestro lema es que siempre podemos tener la posibilidad de superarnos y eso fue lo que nos permitió conseguir la victoria en el tercer partido, cuando mantuvimos el mismo espíritu de lucha sin importar lo que mostraba el marcador”.