El Gobierno de Suecia ha propuesto una ley que le permitiría cerrar tiendas y controlar aforos si fuese necesario para contener la pandemia de COVID-19, una medida que se plantea como de último recurso y que contrasta con la laxa aplicación de medidas desde el comienzo de la emergencia sanitaria.
“No nos vamos a deshacer de la pandemia, aunque las vacunas obviamente mejoran la perspectiva”, ha advertido la ministra de Sanidad, Lena Hallengren, al defender la necesidad de “tener una regulación en vigor durante el próximo año”. Si supera los procesos de consultas, la nueva ley entraría en vigor en marzo, según la agencia Bloomberg.
Suecia ya contó con una ley temporal para cerrar negocios, pero esta expiró el 30 de junio y nunca llegó a aplicarse. Fue en plena primera ola, cuando el país ya sufrió datos peores que lo que de sus vecinos nórdicos después de depender básicamente de recomendaciones y esquivar el confinamiento domiciliario.
El Gobierno, en minoría, ha acelerado el paso en estas últimas semanas, al albor de un repunte de los contagios. Así, ha limitado a ocho el número de personas que pueden reunirse en espacios públicos y prohibido la venta de alcohol a partir de las 22.00, si bien ni antes ni ahora con la nueva ley plantea restricciones en el ámbito privado.
“Hemos adoptado fuertes restricciones en la forma de vida de la gente, pero no es posible cerrar por completo”, ha explicado la ministra de Sanidad, quien ha admitido que pueden ser necesarias “medidas concretas” que afectarían a lugares situados al margen de la regulación actual.
Suecia, que actualiza su balance de coronavirus únicamente dos veces a la semana, elevó el martes a 297.732 el dato de casos de COVID-19 hasta la fecha, 18.820 más que el viernes. La cifra de fallecidos ha aumentado hasta los 7.200, frente a los 7.067 registrados hasta el 4 de diciembre, informa ‘The Local’.