El expresidente de Colombia Juan Manuel Santos (2010-2018) ha defendido este jueves la necesidad de cambiar la perspectiva de la lucha contra las drogas, ya que la actual “ha fracasado” por lo que “los estados deben entender que, para ser más efectivos, hay que dejar atrás algo que es muy atractivo políticamente: la mano dura y la represión”.
Santos se encuentra esta semana presentando el informe anual de la Comisión Global de Política de Drogas, un organismo internacional que desde 2009 estudia y plantea otras formas de enfocar la lucha contra el narcotráfico y del que forma parte desde el año pasado.
El antiguo jefe del Estado colombiano ha concedido una entrevista al periódico ‘El Espectador’ en donde ha planteado algunas alternativas y ha repasado los errores que se han estado cometiendo en las últimas décadas en relación a la lucha contra las sustancias ilegales pues, sin ir más lejos, ha señalado que, pese a que la lucha contra las drogas data de hace 45 años, la situación a día de hoy está peor que antes.
Santos ha planteado la posibilidad de regular el mercado de las drogas, pues asegura que ya desde la época de la ley seca en Estados Unidos durante los años 20, “la prohibición lo que ha hecho es fortalecer y generar recursos a las mafias”.
“Las cifras de los últimos diez años nos muestran que el número de consumidores de drogas en el mundo ha subido de 208 millones a 275 millones y el valor del negocio del narcotráfico subió a los 625.000 millones de dólares. En este informe nos enfocamos en la necesidad de unas políticas más efectivas para pelear contra las mafias, porque el crimen organizado tiene un carácter transnacional y transectorial”, ha dicho.
Algunas de esas medidas, según se desprende de sus palabras, es atajar los negocios que las mafias utilizan para blanquear los beneficios que les reporta el mercado de la droga, así como perseguir no sólo a la cabeza de la organización criminal, sino también a toda la estructura que hay detrás, “políticos, Policía y jueces” incluidos, que colaboran y protegen “a través de la corrupción”.
“No basta con coger al Chapo Guzmán. Hay que coger a toda su estructura. El negocio del narcotráfico es uno de los muchos que las mafias internacionales controlan. Los países no entienden eso y no actúan frente al negocio en su totalidad, sino frente a la droga. Por eso llevamos 45 años luchando contra las drogas y estamos peor que antes”, ha afirmado.
“La Comisión dice que los estados deben entender que, para ser más efectivos, hay que dejar atrás algo que es muy atractivo políticamente: la mano dura y la represión. Trae muchos aplausos, pero agrava el problema, lo vuelve más violento y perjudicial, por todos los efectos colaterales”, ha expuesto Santos, que ejemplifica esta situación en el gran número de presos que hay a día de hoy en las cárceles de todo el mundo por delitos no violentos relacionados con el narcotráfico.
“HAY INTERESES MUY PODEROSOS QUE SE OPONEN AL CAMBIO”
El expresidente colombiano también ha asegurado que existen “intereses muy poderosos que prefieren que las cosas sigan como están, porque produce más plata”. Es por ello, ha explicado, que en Colombia muchos líderes sindicales y campesinos están siendo asesinados por el narcotráfico al defender acogerse a la sustitución voluntaria de cultivos ilícitos.
“Los criminales se dieron cuenta de que eso iba a acabar con su materia prima, entonces comenzaron a matar a los líderes campesinos. Hay intereses muy poderosos que se oponen a un cambio del statu quo”, ha detallado.
“Si se les quita a las mafias el control sobre el tráfico, regulándolo y legalizándolo, se les quita la plata. Mientras se continúe con la prohibición, la plata se va a generar y en lugar de llegar al Estado va a alimentar ese círculo vicioso del crimen organizado”, ha agregado.
No obstante, también ha reconocido que legalizar este sector trae consigo “el desafío” de vigilar en qué otra actividad lanzará sus redes el crimen organizado. Es por ello que aboga por “un enfoque transectorial”, en el que se estudie “cómo operan las grande mafias en relación con el tráfico de otros productos ilegales”.
Santos ha defendido que en esta nueva perspectiva de la lucha contra el narcotráfico, la oficina que Naciones Unidas dispone para ello debería fusionarse con la Organización Mundial de la Salud (OMS), pues “en el fondo es un tema de salud pública”.
“Es muy populista hacerse el macho, por eso digo que es más fácil hacer la guerra que la paz. A mí me eligieron con la mayor votación en la historia de Colombia por eso: porque era un héroe de guerra. Cuando fui a hacer la paz, mire con lo que me encontré”, ha añadido.
“FRACASAMOS EN LA ASAMBLEA GENERAL DE LA ONU”
Cuestionado acerca de su gestión al frente de Casa Nariño, Santos ha reconocido que se fracasó en intentar “avanzar mucho más en la Asamblea General de Naciones Unidas”, en donde, ha dicho, debió “hacer más presión y diplomacia”.
“En Colombia, avanzamos hacia la descriminalización del consumo de marihuana, pero habríamos podido avanzar mucho más. Si lo hubiéramos hecho, la marihuana podría reemplazar lo que estamos perdiendo hoy en petróleo y carbón. Pero creo que también nos faltó sofisticar la inteligencia contra las mafias”, expone.
DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS
En cuanto al uso del Ejército para combatir el narcotráfico, Santos ha explicado que “la Comisión siempre ha asumido una posición de defensa de los Derechos Humanos” y cree que los militares no deberían asumir las responsabilidades que les corresponden a la Policía “porque los soldados no están entrenados” para controlar el orden público.
Santos ha expuesto el ejemplo de Filipinas, donde, ha explicado que el hecho de militarizar la lucha contra la droga provoca “una violación enorme de derechos, un “genocidio contra consumidores y pequeños traficantes”. “Allá los agarran y los matan. Eso no va a solucionar nada, solo genera dolor y violencia”, ha aseverado.
Para combatir el ‘narcoterrorismo’, expresión que ha dicho que está siendo “sobredimensionada”, defiende el uso de otras herramientas que, a su juicio, son más efectivas “que mandar militares a los pueblos”, como “la inteligencia y la colaboración entre países”.
Al ser cuestionado por las similitudes entre el informe de la Comisión con lo pactado en 2016 en los acuerdos de paz de su Gobierno con la extinta guerrilla de las FARC, Santos ha insistido en que ese es el camino pues, como bien sabe la ONU, ha dicho, “en cultivos de coca lo único que funciona es dar a los campesinos una alternativa, porque ellos, en su mayoría, quieren salir de ahí”
“Cuando fui ministro de Defensa, fui quien más hectáreas de coca fumigó en la historia y la producción solo subió. Hemos agarrado a todos los capos habidos y por haber y ahí están las mafias operando”, ha apuntado.
Si bien Santos ha alabado estas iniciativas y propuestas que tuvieron cierta repercusión durante la Administración del expresidente Barack Obama, en cuanto al actual inquilino de la Casa Blanca se ha mostrado mucho más abatido.
“La política antidrogas de (Donald) Trump ha sido un absoluto y total fracaso. Cómo es posible que el mayor consumidor de drogas del mundo les exija a los países del sur que luchen con más efectividad contra el narcotráfico, cuando ese país se retira del tratado para controlar el tráfico de armas. Esa incoherencia hace de la lucha contra las drogas un chiste”, ha explicado.
“Por un lado, les vende armas a los narcotraficantes y, por otro, le exige a los estados que sean efectivos en vencerlos. Hágame el favor. Este es un tema que a nosotros nos concierne mucho, porque Colombia es la prueba del fracaso de la lucha contra las drogas. El costo que hemos asumido, la sangre que hemos vertido nos ha costado más que a cualquier otro país y seguimos como el primer productor y exportador de cocaína”, ha dicho.