El Gobierno ha reunificado a cerca de 260 familias migrantes en los últimos días en la zona de El Paso (Texas), informó hoy Rubén García, director de Casa Anunciación, uno de los cuatro refugios destinados a recibirlos.
En los últimos ocho días, más de 230 de esas familias, mayoritariamente procedentes de Centroamérica, han sido trasladas de la frontera de Texas con México al interior del país para reunirse con parientes residentes, aseguró García a Efe.
“Son familias que ya fueron reunidas. Aquí no está llegando ningún menor solo. Todas las reunificaciones toman lugar en las instalaciones del (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) ICE”, dijo.
Esa institución colocó sensores ajustados en el tobillo de la gran mayoría de los adultos inmigrantes para que continúen su proceso migratorio, pero fuera de centros de detención, afirmó.
Casa Anunciación, en El Paso, ha sido una de las cuatro organizaciones no gubernamentales de todo el país que han recibido a las familias reunificadas en cumplimiento de la orden judicial de reunir a todos los niños separados de sus padres antes de mañana jueves.
Las otras organizaciones son el Servicio Luterano de Inmigración y Refugiados de Phoenix (Arizona), Caridades Católicas de la Arquidiócesis de San Antonio (Texas) y una instalación de la Iglesia del Sagrado Corazón en McAllen (Texas).
El Gobierno del presidente Donald Trump informó el lunes de que casi 1.200 niños mayores de cinco años que fueron separados de sus padres en la frontera con México han sido reunidos con sus familias, pero aún hay cientos de casos pendientes antes de que se cumpla el plazo del tribunal.
El Departamento de Justicia señaló ante los tribunales que se han realizado 1.187 reunificaciones, tras haber identificado a 2.551 menores de entre 5 y 18 años que fueron separados de sus familiares.
El juez federal Dana Sabraw, de San Diego (California), dio hasta mañana jueves para que el gobierno reunifique a los demás menores con sus padres.
Más de 1.600 adultos reunieron los criterios para la reunificación familiar, incluidos 217 que las autoridades de inmigración dejaron en libertad dentro de Estados Unidos, y más de 500 eran investigados y más de 900 “no reunían los criterios o se desconocía si podrían hacerlo”.