Un total de 134 periodistas fueron asesinados en México desde 1992 y hasta el año 2021, según datos del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), lo que lo convierte en uno de los países más peligrosos para ejercer la profesión al ser el más mortífero del mundo para estos profesionales.
El Instituto Internacional de Prensa sitúa México como la nación más peligrosa para los periodistas, mientras que Reporteros Sin Fronteras (RSF) coloca a la nación azteca en la cima de su ránking de mortalidad de profesionales de la información por tercer año consecutivo. Según el informe anual de RSF, tras México se sitúan Afganistán, India, Yemen o Pakistán, conformando así un grupo de cinco naciones donde además la libertad de prensa está más que cuestionada.
Así pues, hasta la fecha se han sumado otros seis asesinatos de profesionales de la prensa y, aunque el CPJ a día de hoy aún solo reconoce cuatro de ellos, en apenas un mes y medio, el presente año 2022 ya es uno de los más mortíferos, aunque aún lejos de las cifras de años como 2019 o 2010, cuando se notificaron once y diez decesos, respectivamente.
Desde la organización mexicana Propuesta Cívica, que lucha por la defensa de los activistas de los Derechos Humanos y de los profesionales del periodismo, han trasladado a Europa Press su preocupación por el “patrón sistemático de violencia” que se vive actualmente en la nación centroamericano. La directora ejecutiva de la entidad, Sara Mendiola, ha puesto en foco no solo en la violencia física que sufren los periodistas, sino también en las “agresiones legales o digitales”.
“Constantemente periodistas en México están siendo amenazados de muerte a través de medios electrónicos. También estamos teniendo un aumento de demandas por ‘daño moral’ del que están haciendo uso, mayormente, funcionarios públicos y actores políticos para frenar investigaciones periodísticas”, ha lamentado.
La fórmula del daño moral, según el Código Civil mexicano, se da en aquellos casos que “se vulnere o menoscabe ilegalmente la libertad o la integridad física o psíquica de las personas”.
México se enfrenta también a unos altos índices de impunidad de los delitos contra los periodistas, no solo en lo relativo a los asesinatos sino también en las desapariciones que sufren los profesionales, donde la impunidad, según Mediola, es del cien por cien y “ninguna desaparición ha sido esclarecida”.
ATAQUES DE LÓPEZ OBRADOR A LA PRENSA
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se ha manifestado en reiteradas ocasiones en contra de algunos de los profesionales de la comunicación, a quienes incluso ha llegado a tildar como “adversarios”.
Además, el mandatario ha tildado recientemente de “mercenario” a un periodista que publicó un reportaje sobre la vida de lujos de uno de sus hijos y ha acusado a otra profesional de “engañar durante mucho tiempo”.
Todas estas críticas de López Obrador a la prensa mexicana se han dado en público durante las ruedas de prensa diarias que el mandatario celebra desde el Palacio Nacional, situado en el centro histórico de Ciudad de México.
Este es precisamente uno de los puntos que, desde la organización por la defensa de los periodistas más critican, el hecho de que el presidente lance ataques a la prensa desde una rueda de prensa que “tiene una apariencia de ejercicio democrático”, pero que “es todo lo contrario”.
“Es manipulación de la información, es para colocar en la agenda pública los temas, las cifras y la información que (López Obrador) quiere colocar”, según Mendiola. Los periodistas han respondido con investigaciones a las afirmaciones del mandatario, lo que ha derivado en la crítica en público de un presidente que ya ha sido cuestionado en varias ocasiones por arremeter contra la prensa.
Sin embargo, de acuerdo a Mendiola, el mandatario no carga contra la profesión periodística en general, sino solo contra aquellos individuos que, a través de sus investigaciones, están “descubriendo actos de corrupción del actual Gobierno”, que tiene precisamente la lucha contra la corrupción y la impunidad entre sus estandartes más promocionados.
LOURDES MALDONADO
Uno de los asesinatos de periodistas con mayor eco de la historia reciente ha sido el de Lourdes Maldonado, quien perdió la vida tras recibir varios disparos en 23 de enero junto a su casa en la ciudad de Tijuana, situada en el estado de Baja California.
Maldonado, que contaba con casi 50 años de experiencia, había llegado a solicitar ayuda la presidente pues “temía por su vida” después de estar durante varios años inmersa en un litigio contra un exgobernador de Baja California.
La periodista estaba amparada también bajo el Mecanismo de Protección Federal, sin embargo, a la luz de los hechos, se han hecho notorias las carencias de esta herramienta jurídica. “Es un mecanismo que ha resultado insuficiente, una política que no ha resultado eficaz frente a la violencia y la respuesta de los periodistas al presidente ha sido un reclamo para exigirle a la autoridad que deje de estar estigmatizando su trabajo”, ha puesto de manifiesto la activista mexicana.
Si bien es cierto que en los últimos días se ha dado a conocer la aprehensión de algunos presuntos responsables del homicidio de la periodista, desde Propuesta Cívica no se muestran convencidos de la veracidad de un proceso de investigación “tan rápido”.
“Han investigado con una rapidez pocas veces vista. El riesgo de esto es que se estén generando investigaciones que no estén basadas en la realidad, que pudiera existir fabricación de pruebas y de responsables frente a la incapacidad del Estado mexicano de poner un freno a las agresiones contra periodistas”, ha alertado Mendiola, quien teme que se esté intentando construir un discurso desde las autoridades para hacer creer que no existe impunidad ante este tipo de crímenes.
INVESTIGACIONES A LAS AUTORIDADES
Uno de los principales puntos en común de los periodistas fallecidos en los últimos tiempos en México es su labor de investigación sobre presuntos vínculos de las autoridades territoriales con grupos criminales dedicados al narcotráfico.
Según ha detallado Mendiola, incluso hay ciudades del país en las que ya se habla de la presencia de un “narcogobierno” al frente de las instituciones y algunas publicaciones periodísticas ligan a ciertos funcionarios con los colectivos narcotraficantes que imperan en México. Junto a Maldonado, este año ya han perdido la vida José Luis Gamboa, Roberto Toledo, Margarito Martínez, Marcos Ernesto Islas y, recientemente, Heber López.
La ciudad de Tijuana, fronteriza con Estados Unidos, es escenario de varios de estos asesinatos, en concreto tres de los sucesos se han dado en este territorio. El resto de muertes en lo que va de año se han dado en el estado de Veracruz, en Michoacán y en Oaxaca.
La profesión periodística vive en casi un constante clima convulso en la nación norteamericana, donde los profesionales de la información ven como todos los años algunos de sus compañeros pierden la vida por ejercer su trabajo, mientras las propias autoridades nacionales critican abiertamente, acosan y cuestionan a algunos de los periodistas más críticos.