Las personas con trastorno bipolar o que han padecido depresión previamente son más propensas a sufrir la depresión estacional o decembrina, dijo hoy a Efe el neuropsiquiatra Edilberto Peña.
“Aquellos con depresión bipolar son más susceptibles a que se acentúen sus síntomas en estas fechas, al igual que quienes ya han padecido depresión antes”, señaló el director general del Centro de Investigaciones en Sistema Nervioso Central (Cisne).
El maestro en ciencias médicas aseveró que aunque no se tiene una estadística a nivel mundial de la gente que sufre depresión estacional, se sabe que al menos 9,1 % de la población mexicana padece depresión, “así que sería la población susceptible a padecerla”.
Mientras que cerca de 1,6 % de los mexicanos sufren trastorno bipolar, por lo que ese número también podría ver acentuada su depresión en estas fechas.
“La depresión es una enfermedad del sistema nervioso central, donde los signos característicos son tristeza persistente por más de dos semanas y pérdida por la capacidad de sentir placer con las cosas que lo dan”, explicó Peña.
Indicó que aunque para muchas personas el fin de año es una de las mejores épocas, para algunos es una etapa en que resulta difícil sacudirse la tristeza.
“Esto puede deberse a diversos motivos, que van desde el incumplimiento de metas y propósitos, la pérdida de seres queridos, los malos hábitos de alimentación y bebida, hasta que los días sean más fríos, cortos y oscuros”, aseveró.
La depresión a final de año, explicó, tiene dos componentes, uno reconocido a nivel mundial que es la depresión estacional y se presenta por la diferencia que hay en la exposición de horas de luz solar. “Eso cambia patrones de secreción de neurotransmisores, que favorece que nos pongamos más tristes”, detalló.
El otro componente, abundó, es el emocional “el cual lleva un contenido de reflexión sobre cómo nos fue en el año, los seres queridos que ya no están con nosotros, nuestras frustraciones o que tenemos la sensación de que los días deben ser muy felices y entonces nos sentimos fuera de contexto”.
Peña refirió que muchas veces la gente percibe que se siente mal, pero no sabe qué tiene y la familia, los amigos y demás personas con poco conocimiento le suelen recomendar que “le eche ganas”.
“Sin embargo, se debe reconocer que la depresión es una enfermedad como la gastritis o la diabetes. Se debe hacer una historia clínica, ver si existen otras enfermedades correlacionadas como hipotiroidismo, cáncer, infartos, etcétera”, aseguró.
“La depresión es una enfermedad; no es solo un estado de ánimo normal o esperado por la época, y definitivamente no debe ser un motivo de debilidad o culpa”, indicó.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), para el año 2020 la depresión será la segunda causa de discapacidad en el mundo, y la primera en países en vías de desarrollo, como México.
Peña dijo también que es necesario quitar el estigma sobre el tratamiento y saber que hay diversidad de expertos en salud mental.
“No solo es el psiquiatra; hay psicólogos, consejeros, ministros religiosos, enfermeras, trabajadores sociales, todos están sensibilizados con la depresión y están capacitados para proporcionar primeros auxilios depresivos”, aseveró.
En cuanto al tratamiento, el experto explicó que depende de la severidad de la depresión.
“Cuando es leve o moderada se pueden utilizar solo psicoterapias y cambios en las conductas como mantener horarios de sueño bien cuidados, una dieta balanceada, activación física y una rutina de actividades”, dijo.
Mientras que, cuando es una depresión severa, es obligatorio combinar la psicoterapia con fármacos antidepresivos “generalmente entre 80 % y 90 % de los casos se dan de alta entre los 9 y los 12 meses”.
Finalmente, recordó que lo más importante es acercarse a un profesional para contar con un diagnóstico correcto, “pues con un buen diagnóstico y tratamiento los pacientes tienen una calidad de vida perfecta”.