El Papa ha advertido de que los efectos de la pandemia “serán terribles” sobre todo en el futuro próximo, si bien ha invitado a “no asustarse” al tiempo que ha instado a identificar las “nuevas formas de pobreza” en las ciudades.
“La pobreza de normal es pudorosa, hay que ir a descubrir dónde está. Las nuevas formas de pobreza son muchas y depende de nosotros saberlas ver con los ojos del corazón”, ha señalado el Santo Padre durante su discurso a los miembros de la organización católica, Círculo de San Pedro, que asiste por las calles de Roma a los más necesitados y que hace uso de los donativos que del óbolo de San Pedro para ejecutar las obras de caridad del Papa.
El pontífice les ha exhortado a responder con audacia y creatividad a las necesidades de los indigentes ya que –según ha señalado– “a una situación excepcional no se puede dar una respuesta habitual, sino que se requiere una respuesta nueva y diferente”.
Con esta premisa, el Papa ha dicho que para ayudar a los más necesitados es necesario tener un corazón que sepa “ver las heridas de la sociedad” y “manos creativas en la caridad activa”. “Estos dos elementos son importantes para que una acción caritativa siempre pueda ser fructífera”, ha manifestado.
Por otro lado, también ha centrado su reflexión en la palabra “acción”, evidenciando que la pandemia ha llevado a reconsiderar “las modalidades concretas de las obras de caridad que en lo ordinario llevan adelante en favor de los pobres de Roma”.
Así, ha agregado: “A las necesidades de las personas a las que sirven habitualmente se ha añadido la necesidad de responder a las necesidades urgentes de tantas familias, que se han encontrado en apuros económicos de la noche a la mañana”.
Asimismo, ha instado a poner en práctica la “misericordia” que también invita a tener “fantasía” en nuestras manos caritativas. En definitiva, ha llamado a seguir aceptando el reto de responder a la pandemia respetando “las nuevas necesidades impuestas por el virus”.
