Debbie Reynolds, la alegre actriz que cantó y bailó con Gene Kelly en el clásico “Singin’ in the Rain” de 1952 y fue nominada al Oscar como la indomable heroína de “The Unsinkable Molly Brown”, ha muerto. Tenía 84 años.
Su hijo Todd Fisher confirmó que Reynolds falleció el miércoles, un día después del deceso de su hija, Carrie Fisher, a los 60 años.
“Ahora está con Carrie y todos tenemos roto el corazón”, dijo Fisher desde el Centro Médico Cedars-Sinai, adonde su madre fue trasladada de emergencia durante el día. Indicó que el estrés por la muerte de Carrie “fue demasiado” para Reynolds.
Reynolds disfrutó la cima del éxito en el espectáculo, pero también tuvo que soportar los abismos de la tragedia personal y la traición. Perdió a un esposo que la dejó por Elizabeth Taylor y otros dos maridos le quitaron millones de dólares. Fisher, que halló la fama perdurable en el papel de la princesa Leia en “Star Wars”, tuvo problemas de adicción y salud mental gran parte de su vida y murió en diciembre de 2016 tras sentirse mal en un avión y ser hospitalizada.
Reynolds y Fisher estuvieron disgustadas por años, pero se habían reconciliado hacia el final de la vida de la hija.
En el cine Reynolds ya era una superestrella desde muy joven. Tras dos papeles menores en Warner Bros. y tres de reparto en MGM, el jefe del estudio Louis B. Mayer la eligió para “Singin’ in the Rain” (“Cantando bajo la lluvia”), a pesar de las objeciones de Kelly, quien era su compañero de reparto y codirector. Tenía 19 años y poca experiencia para bailar, y estaría en la pantalla con dos de los más grandes bailarines de la época: Kelly y Donald O’Connor.
“Gene Kelly fue duro conmigo, pero creo que tenía que serlo”, dijo Reynolds en una entrevista con The Associated Press de 1999. “Tuve que aprender todo entre tres y seis meses. Donald O’Connor había estado bailando desde que tenía tres meses y Gene Kelly desde que tenía dos años… Creo que Gene sabía que yo tenía que ser obligada a superarme”.
“The Unsinkable Molly Brown” (“La inconquistable Molly Brown”) estaba basada en la vida de una chica de Colorado que salió de la pobreza hasta volverse rica y logró triunfar a pesar de la tragedia, incluido el hundimiento del Titanic.
El musical de Meredith Willson de 1964, con la desafiante canción de Molly “I Ain’t Down Yet”, le dio a Reynolds su única nominación a un premio de la Academia. También fue nominada a un Tony en 1973 con una reposición en Broadway del musical “Irene”, en el que también actuó su hija.
Luego de su transición de estrella en ascenso a estrella consolidada, Reynolds se volvió inmensamente popular entre las adolescentes e incluso más cuando en 1955 se casó con Eddie Fisher, el cantante pop cuyas admiradoras eran igualmente devotas de él.
Hicieron una película juntos, “Bundle of Joy”, que parecía reflejar el nacimiento de su propia hija, Carrie, quien años después se haría famosa como Leia, como autora de libros populares y como humorista. Los Fisher también tuvieron a su hijo Todd, nombrado así en honor al amigo cercano de Eddie, el productor Mike Todd, esposo de Taylor.
Durante este periodo Reynolds tuvo una melodía que alcanzó el primer lugar en las listas de popularidad, “Tammy” de 1957, la canción nominada al Oscar de su película “Tammy and the Bachelor”. Previamente en su carrera “Aba Daba Honeymoon”, un dueto cómico con Carleton Carpenter de la película de 1950 “Two Weeks With Love”, también llegó a los primeros cinco puestos de las listas de Billboard.
Sin embargo, el matrimonio de ensueño se terminó cuando Mike Todd murió en un accidente de aviación en 1958. Fisher consoló a la viuda y al poco tiempo anunció que dejaba a su esposa y a sus dos hijos para casarse con Taylor.
El mundo de las celebridades se escandalizó. Taylor fue criticada como una robamaridos y Fisher como un desertor de su familia. Reynolds se ganó simpatías como la víctima inocente, un papel que enfatizó cuando aparecía ante las cámaras de los noticieros con broches para pañales sobre su blusa. Una portada de la revista Photoplay de finales de 1958 afirmaba: “Sonriendo a pesar de sus lágrimas, Debbie dice: Todavía estoy muy enamorada de Eddie”.
La carrera musical de Fisher nunca se recuperó tras esto, pero Taylor, quien lo dejó por Richard Burton en 1962, siguió siendo una gran estrella. Y la carrera de Reynolds floreció en el cine. Actuó con Glenn Ford en “The Gazebo”, con Tony Curtis en “The Rat Race”, con Fred Astaire en “The Pleasure of His Company”, con Andy Griffith en “The Second Time Around”, con el elenco estelar de “How the West Was Won” y con Ricardo Montalban en “The Singing Nun”.
Además prestó su voz para la araña Charlotte en la cinta animada “Charlotte’s Web” de 1973.
Pero sus problemas maritales persistieron.
En 1960 Reynolds se casó con el magnate zapatero Harry Karl. El matrimonio terminó en un desastre cuando ella descubrió que Karl, un apostador compulsivo, había devastado sus activos y la dejó muy endeudada. Se divorció de él en 1973 y realizó giras incansables con su espectáculo musical y de danza para pagarle a sus acreedores.
El tercer matrimonio de Reynolds, con el empresario Richard Hamlett de Virginia en 1984, resultó igualmente desastroso. En 1991, a pesar de los consejos de sus amigos, pagó 10 millones de dólares para adquirir el hotel Paddlewheel en Las Vegas, que había decaído, y lo convirtió en el hotel y casino Debbie Reynolds. Se presentaba cada noche y conducía recorridos para ver los objetos de sus películas, los cuales había coleccionado cuando MGM los subastó en 1970.
Reynolds, que terminó solicitando protección por bancarrota en 1997 y subastó la propiedad al año siguiente, acusó a Hamlett de robarle su dinero. Se vio obligada a salir de gira nuevamente.
“Todos mis esposos me han robado descaradamente”, dijo en 1999. “El único que no se llevó dinero fue Eddie Fisher. Él simplemente no pagaba los gastos de sus hijos”.
En los últimos años Reynolds seguía presentando su espectáculo y viajaba 40 semanas al año. También tenía participaciones regulares en televisión como la madre de John Goodman en “Roseanne” y una madre en “Will & Grace”. Entre sus libros destacan las memorias “Unsinkable” y “Make ‘Em Laugh”.
En 1996 fue aclamada por la crítica con el papel protagónico de la película “Mother” de Albert Brooks, en la que éste interpreta a un escritor en problemas que regresa a casa y trabaja en la fracturada relación con el personaje de Reynolds.
Años antes quería interpretar a la madre en la adaptación cinematográfica de la novela semiautobiográfica de Carrie Fisher “Postcards From the Edge”, en la que también hay una madre y una hija actrices. Pero el director Mike Nichols eligió a Shirley MacLaine.
Reynolds y Fisher aparecen juntas en el documental “Bright Lights” de HBO, estrenado en Cannes en 2016 y cuya transmisión en televisión está prevista para 2017.
Al final hizo equipo con Taylor —divorciada hacía tiempo de Fisher — y otras dos veteranas, Joan Collins y MacLaine, en la película para televisión de 2001 “These Old Broads”. El guion, coescrito por Carrie Fisher, presentaba a un grupo de actrices viejas y peleoneras que se reúnen para un espectáculo. Reynolds solía ver con ironía el asunto de Taylor, al tiempo que reconocía que ningún hombre podría haberse resistido a los encantos de ella y que de hecho votó por Taylor cuando competía por el Oscar a la mejor actriz en 1960. Las antiguas rivales románticas se reconciliaron años antes de que Taylor muriera en 2011 y Reynolds relató que ambas viajaron en el crucero Queen Elizabeth.
“Le mandé un recado y ella me respondió, y entonces cenamos juntas”, dijo a The Huffington Post unos meses después de la muerte de Taylor. “Para entonces ella estaba casada con Richard Burton. Para ese punto yo ya me había vuelto a casar, así que dijimos ‘terminemos con esto’. Y nos emborrachamos y tuvimos una gran noche, y seguimos siendo amigas desde entonces”.
En 2004 anunció sus planes para abrir un Museo Cinematográfico de Hollywood en el pueblo turístico de Pigeon Forge, Tennessee, para presentar su colección. Pero para mediados de 2009 no había museo y el proyecto estaba en la bancarrota, reportó el diario The Kansas City Star. Un plan previo para crear el museo en Los Ángeles también había fracasado.
Mary Frances Reynolds pasó lo primeros ocho años de su vida en medio de la pobreza por la Gran Depresión en El Paso, Texas, donde nació el 1 de abril de 1932. Su padre, un carpintero del Southern Pacific Railroad, fue transferido al sur de California y su familia se estableció en Burbank, cerca del estudio Warner Bros.
La chica floreció en California, donde obtuvo 48 insignias de las Girl Scouts, destacó en los deportes y tocó el corno francés y la viola en la Orquesta Sinfónica de Burbank. Sus amigas la convencieron de que entrara al concurso de belleza de Miss Burbank y se granjeó a los jueces al hacer la pantomima de cantar al compás de un disco de Betty Hutton.
Un buscador de talentos de Warner Bros. vio su presentación y la recomendó para un contrato con el estudio. Reynolds se desplazó en su bicicleta para una entrevista y la contrataron con un salario semanal de 65 dólares a la semana. El jefe del estudio, Jack L. Warner, consideró que el nombre de Mary Frances era demasiado sencillo para una actriz de cine y le puso Debbie.
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Por LYNN ELBER / AP Hillel