Siempre es mejor prevenir que lamentar. Hemos comentado en varios artículos el porque de prepararnos preventivamente en muchos sentidos para los acontecimientos que están sucediendo y los que están por venir en esta crisis económica, de salud, de escasez de alimentos y medicina, con anarquía, especulación, hiperinflación, división de la sociedad por problemas de ideologías políticas, poderes políticos enfrascados en no ceder a la lógica de la democracia o de una sociedad que quiere unión, paz, prosperidad y no peleas ideológicas y menos con algunos “comunistas primitivos”, resentidos y bandidos, de “demócratas” opositores con deseos de poder o militares corruptos y mafiosos. Mientra tanto el pueblo, el ciudadano común, las familias o la sociedad están aguantando esta inservible gobernabilidad de poderes y de ideologías fuera del contexto social y real.
A medida que pasan los días y el tiempo que no se para, las decisiones que se tienen que dar están esperando leyes, decretos ejecutivos o judiciales arreglados que a la larga traerán consecuencia funestas para todos los ciudadanos (chavistas o no y los independientes) del país.
Espero equivocarme por mi impaciencia de 17 años en espera de cambios de esta revolución, que me critiquen por este pesimismo o negativismo y que los positivos tengan fe en el cambio, en el porvenir y lo multipliquen a los demás; pero la maldad, la envidia y los resentidos políticos existentes en estos tiempo que son una minoría y que tienen el poder “por ahora”, pero no la razón mantienen un cerco por miedo a la libertad de expresión, de movimiento y de acción.
Cristo dijo en la cruz en una de sus últimas frases “Señor perdónalos, porque no saben lo que hacen”. No se, si la gente del gobierno sabe lo que están haciendo o sucediendo en las calles, en los hogares o en lo sitios trabajos. Y no se, si los políticos opositores están unidos y con metas precisas, lo que si se, es que si esto sigue así tendremos muchos problemas a nuestro alrededor, en nuestros hogares, en nuestra salud y en nuestro futuro.
Lo que más pienso es en los jóvenes y en mis hijos, que como dijo recientemente el papa y muchos otros, son el “futuro de cualquier país” y que deben tener “memoria y coraje” para resistir, educarse, prepararse y actuar.
En la calle está la salida para el cambio y el diálogo, como lo hizo Gandhi y el pueblo hindú con protestas pacíficas ante un imperio y sistema existente o como lo forjó Mandela y su gente con los votos en la urnas. ¿Si se da? el revocatorio y las elecciones libres en el tiempo previsto y que tienen que darse por derecho constitucional y respeto a un pueblo impaciente será uno de los caminos para un posible cambio de sistema o por lo menos de esperanza para mucha gente. El no darse esos acontecimientos futuros, el peligro, el caos y la incertidumbre persistirán. Es en esto último donde espero equivocarme para el bien de todos. Si no hay diálogo sincero es mejor pedir ayuda internacional para evitar lo que se viene.
Prevenir para no lamentarse en estos tiempos es: seguir los consejos de los mayores, su vivencia y experiencia, no a la violencia o venganza, no dejarse engañar con promesas de politiqueros, es tener fe y esperanzas sin deprimirse, es invertir en comida no perecedera, salud, seguridad, divisas, seguros, medicamentos según tus necesidades, preparase en primeros auxilios, canalizar la reacción ante el miedo, es unión y comunicación familiar, es evitar el vicio de todo tipo de drogas o sustancias tóxicas, es ir a las urnas de votación, además de estar en gracia de Dios entre otras muchas razones.
Rubén Lopera