Florida, uno de los estados electoralmente más indecisos de la nación, hace honor a esa tradición con el segundo recuento de votos tras las elecciones del pasado 6 de noviembre, que comenzó hoy manualmente para determinar un escaño al Senado federal y otros cuatro cargos estatales.
Así como el primer recuento, mecánico, que terminó el jueves sin despejar los nombres de cinco ganadores, el manual está sometido a demandas judiciales del senador demócrata Bill Nelson, que busca la reelección, y retos legales de su contendiente, el republicano Rick Scott, actual gobernador de Florida.
Los procesos judiciales, en el caso de Nelson, están encaminados principalmente a contar el mayor número de papeletas, como por ejemplo, aquellas con firmas que no concuerdan con las registradas, y verificar si hubo errores que evitaron el registro del voto por el Senado en el condado de Broward, un bastión demócrata.
Entre tanto, el republicano Scott, el vencedor por un margen de 12.603 votos (0,15 %), se ha mostrado en contra de un segundo recuento, ha instado a Nelson a aceptar los resultados y “respetar la voluntad de los votantes” e incluso ya se identifica como “senador elector por Florida” en su cuenta de Twitter.
La campaña de Scott pidió hoy a aquellos que conozcan a Nelson que le “muestren la verdad”, que, en su opinión, radica en que el demócrata parece ser la “única persona” que no sabe que llegó la hora de dar un “paso al costado”.
El republicano ha sido favorecido por fallos del juez federal Mark Walker, que no considera que como gobernador deba abstenerse de participar en el proceso de certificación de su propia elección.
“Scott ha pisado la línea entre la retórica imprudente y una acción estatal problemática, pero no ha cruzado la línea”, manifestó el juez.
Walker también se mostró contrario a las peticiones del demócrata de cambiar reglas de 2002 sobre recuento de votos que determinan la “intención” del votante, al considerar que crearía “dificultades”.
Las demandas y previsibles apelaciones deberán resolverse en tiempo récord, pues este domingo debe terminar el recuento manual, en el que se debe decidir sobre papeletas que no ha sido llenadas apropiadamente, y el martes está previsto que se certifique el ganador.
Tiempo que apremia también para los 67 condados de Florida, que ya vienen de un apretado proceso de recuento mecánico de más de 8 millones de votos que los dejó exhaustos y evidenció en algunos casos las maquinarias obsoletas certificadas por el estado, e incluso los arbitrarios plazos, cuando cargos como los de Senado federal toman posesión en 2019.
Condados como Broward y Palm Beach, ambos con mayor electorado demócrata, tienen el reto de cumplir con el recuento manual, tras fallar con el de las máquinas, el primero de ellos por una demora de dos minutos en el envío a las autoridades estatales.
Por esta demora, los resultados que fueron tenidos en cuenta correspondieron a los registrados una vez concluido el conteo inicial tras las elecciones, celebradas hace ya diez días.
La tarea ordenada por el secretario de Estado de Florida, Ken Deztner, subalterno de Scott, será revisar votos con errores para definir al vencedor de la apretada contienda entre Nelson y Scott, y contar aquellas que no hayan sido registradas por alguna tardanza del correo.
También verificar cuatro contiendas por cargos estatales, entre ellos el de la demócrata Nikki Fried, que le gana por un margen de 0,06 % al republicano Matt Caldwell para el puesto de comisionado de Agricultura estatal.
El recuento mecánico solo descartó que pasase al manual una contienda, la de la Gobernación, aunque no hay un ganador oficial.
El republicano Ron DeSantis se ha proclamado vencedor, mientras el demócrata Andrew Gillum, alcalde de Talahassee, capital del estado, insistió hoy en que hay que contar “todos” lo votos.
El recuento mecánico no reflejó grandes cambios en el resultado y el candidato avalado por el presidente Donald Trump sigue por encima de los 0,25 puntos porcentuales (0,41) que obligarían a un recuento manual.
Sin embargo, en un mensaje en las redes sociales, el demócrata hoy recordó que un fallo judicial amplió hasta la tarde del sábado el plazo para que aquellos que tuvieron problemas con su voto por correo o las papeletas provisionales puedan enmendar la situación.
Hasta entonces, si una nueva demanda judicial no lo impide, pocos se atreven ya a dar por ganador a un candidato, después de que Gillum reconociese la derrota el pasado día 6, pero se desdijese horas después al ver que se iba acercando en los resultados, aunque no lo suficiente para forzar el recuento manual.