Santo Domingo, R. D.-El Gobierno Haitiano que siempre se han querido hacer la Victima en cualquier situación que le pase, asunto que le ha dado muchísimos resultados, ha intentado de nuevo sorprender a sus Homólogos de la Republica Dominicana en ocasión de la construcción del ya famoso canal de riego que de manera unilateral ellos han arrancado a construir en su país.
Y con esa actitud diría yo que chantajista, dado que ellos no respetan ningún acuerdo que se haya echo con ellos de manera Oral o escrita, siempre tratando de denigrar a los Dominicanos que es el pais que mas le ha ayudado en todo, porque fíjese mi amigo lector, los haitianos nos traen sus mujeres a parir a nuestros hospitales a grado tal que la Republica Dominicana se gasta muchisimos millones solo en la partida del presupuesto que le toca al Ministerio de Salud Publica.
Y ni hablar de los aportes que se hacen en el Mercado Binacional en la Frontera de Dajabón y otras áreas de la Línea Fronteriza Dominico-Haitiana donde los Haitianos vienen a comprar todo tipo de mercancías y todo tipo de alimentos para abastecer a las familias Dominicanas.
Y ese mismo el gobierno haitiano, que ahora pasa por momentos difíciles por la inestabilidad social y la violación en su país, ha reclamado a las autoridades dominicanas retomar el diálogo bilateral sobre la construcción de un canal de riego que inició de manera unilateral en el río Masacre.
Parece una burla que el canciller y primer ministro, Claude Joseph, quiera culpar al Gobierno dominicano por la ruptura de unas conversaciones que Haití rompió desde el primer momento con la violación de los primeros acuerdos de la comisión bilateral.
Joseph no puede olvidar que entre los puntos figuraba paralizar la construcción de la obra hasta que se consensuara un acuerdo entre las partes.
Esa violación fue lo que determinó que por instrucciones del presidente Luis Abinader la parte dominicana se retirara de las conversaciones hasta que Haití paralice la construcción del canal en el río Masacre.
Es posible que por la situación interna que afronta y en víspera de un proceso electoral las autoridades haitianas busquen oxígeno con unas conversaciones que serían otra trampa para este país. Es mera retórica hablar de trampas y malentendidos que puedan dañar las relaciones de amistad y buena vecindad entre ambos países.
Una manera de escudarse para expiar sus responsabilidades en la ruptura de las conversaciones. Si el Gobierno de Jovenel Mose está interesado en retomar el diálogo bilateral, entonces debe suspender la polémica obra en lo que se llega a un acuerdo. Es muy simple.
El Tratado de Paz, Amistad Perpetua y Arbitraje firmado en 1929, hace más de 90 años prohíbe que Haití o República Dominicana hagan obras que desvíen el curso de alguno de los ríos que corren entre ambas naciones.
Su artículo número 10 prohíbe las obras que afecten los flujos o el curso de los ríos transfronterizos.
Pese a esto, el gobierno de Haití proyecta construir un canal de riego para suplir de agua a agricultores y personas en sus hogares provenientes del río Masacre, el cual divide a la Provincia Dajabón, en el lado dominicano, del Departamento Nordeste, en el lado haitiano.
En su segundo párrafo este acuerdo, firmado con Haití el 20 de febrero de 1929 por el presidente dominicano Horacio Vásquez, no prohíbe el consumo del agua de forma equitativa en su propio territorio para la irrigación, la agricultura o la industria.
Es decir, que si bien los dominicanos y haitianos pueden utilizar equitativamente el agua para el riego o irrigación; lo firmado en el acuerdo prohíbe desviar el curso del río.
La construcción del canal a orillas del río Masacre fue identificada a unos 58 metros de la línea fronteriza, en el lado haitiano.