Dónde está tu tesoro, ahí también está tu corazón, mat 6,23 (Biblia Cristiana).
Enfocarse es definir un punto al que se quiere llegar, poner tu corazón en dirección a ese punto, y estar dispuestos a recalcular las rutas cuando nos vamos alejando del mismo, podemos crear el objeto de enfoque con las funciones que nos provee la imaginación, los humanos tenemos la capacidad de recrear escenarios que aún no han ocurrido e incluso podemos sentir las emociones que estarán presentes en el momento que eso llegue a pasar.
El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) en su versión digital define enfocar como:Dirigir la atención o el interés hacia un asunto o problema desde unos supuestos previos, para tratar de resolverlo acertadamente. Del mismo modo que al entrar un artista en el escenario se prenden luces que iluminan de forma directa solo hacia el lugar donde se encuentre el protagonista del espectáculo, así mismo cuando determinamos hacia dónde queremos llegar, inicia su actividad en el cerebro el sistema reticular activador ascendente, que es un sistema de nervios que está implicado directamente en el ejercicio de la atención, o sea que, un enfoque inicial nos permite crear una realidad paralela, es decir, nuestra mente va a comenzar a generar ideas para acercarnos hacia aquello que anhelamos.
Antes de que podamos verlo y tocarlo en el mundo físico
Según la psicología cognitiva la mente humana genera pensamientos de acuerdo a la información que tiene la memoria (aquí se incluye la memoria genética), sobre todo toma en cuenta los aprendizajes recibidos, y la percepción del presente, lo que significa que siempre estamos pensando sobre lo mismo y por eso nuestra vida es siempre la misma, entonces para crear novedad en los diferentes aspectos de nuestra existencia tenemos que salir de los patrones conocidos conscientemente y con una intención clara.
La forma más rápida para dejar de vivir las experiencias que definimos como desagradables, es enfocarnos en una meta definida, clara y específica , siempre con la suficiente apertura mental para aceptar que solo nos pertenece disfrutar los pasos que podamos dar en el momento presente, porque el futuro es probable, más no seguro y con el sistema de enfoque colocamos las probabilidades más cerca de nuestro favor.
El proceso mental para enfocar lo podemos desarrollar en pasos muy simples:
Elegimos la realidad que deseamos cambiar, por ejemplo si te enfocas en comprar una casa es porque quieres cambiar la realidad de ser inquilino por la realidad de ser propietario o si ya tienes una casa y quieres comprar otra pues vas a cambiar la realidad de ser propietario de 1 a ser propietario de 2, cambiar la realidad tiene que ver con la pregunta: ¿Quién estás siendo ahora? y quién quieres llegar a ser? Seleccionamos cuál es el resultado final al que queremos llegar. Hacemos una foto mental clara y definida de nosotros disfrutando la cosa que deseamos.
Escribimos, dibujamos o maquetamos aquello que deseamos,lo importante es verlo fuera de nosotros, en el mundo físico, ya sea en letras, en dibujos, en maquetas, en planos. Mientras las ideas se mantienen dentro de nosotros están solo en la etapa de la esperanza, sin embargo cuando las sacamos hacia fuera ya se convierten en un acto de FE que nos da fuerza para movernos a seguir adelante con un proyecto. El siguiente paso es hacer algo en pos de aquello que buscamos,como hablar con alguien, preguntar acerca del tema,elegir mentores en ese aspecto.
Desde mi experiencia lo más común es durar mucho tiempo desenfocados, sin una dirección clara del lugar a donde queremos llegar, esperando a ver qué trae cada día y reaccionando a cada circunstancia como nuestro instinto nos lo permita, sin embargo por otro lado inconscientemente percibimos que la vida tiene más o menos valor en función de aquellos logros que consideremos importantes, esa contradicción interna es la mayor razón para vivir sin foco, sin razones intencionales para estar entusiasmados.
Todo lo que tienes hasta el día de hoy ha sido producto del enfoque que hasta ahora te ha guiado, sin embargo, existe un mundo de infinitas posibilidades al que puedes acceder a través de la amplitud de la percepción, que consiste en el ejercicio de la voluntad en el proceso de tomar nuevas decisiones. El doctor Puig, médico cirujano, miembro de la academia de ciencias de New York y
de la Asociación Americana para el avance de la ciencia, entre otras instituciones.
En su libro Reinventarse nos dice que: “La manera en la que enfocamos nuestra atención puede ser fuente de equilibrio o de desequilibrio en nuestras vidas”. Estas Las palabras nos recuerdan que para lograr experimentar una armonía entre aquello que tenemos y aquello que queremos, es necesario revisar a que le hemos estado prestando atención.
Poner atención es el ejercicio cognitivo, diario y continuo de hacer lo que se está haciendo, es decir que atender es lo mismo que decidir la calidad con la que vamos a hacer las cosas antes de iniciarlas. Cuando atendemos nos percatamos de los detalles.
Este ejercicio mental sirve para cuidar los detalles de cada paso que vamos dando hacia nuestro propósito enfocado, ya que solo una atención sostenida impregna nuestro cerebro de suficientes estímulos para generar ideas que nos lleven al destino deseado.
La calidad de la atención nos permite concentrarnos y descubrir los recursos que a simple vista no hemos sido capaces de encontrar, porque la atención mantiene el cerebro en un nivel de actividad diferente al nivel cotidiano.
«Son los que se concentran en una cosa a la vez los que avanzan en este mundo. El gran hombre o mujer es el que nunca sale de su especialidad o disipa tontamente su individualidad». Nos indica Og Mandino.
Las distracciones, la falta de confianza en uno mismo, las comparaciones y las quejas mueven nuestra atención hacia aquello que no queremos recibir y ese proceso también genera resultados aunque desagradables.
Enfocarse en un objetivo es el primer paso, sin embargo para que ese objetivo no se quede solo en el mundo de las ideas, es necesario prestar atención voluntaria para despertar nuevas capacidades de acción que han estado dormidas dentro de
nosotros. «Siempre que quieras lograr algo, mantén los ojos abiertos, concéntrate y asegúrate de saber exactamente qué es lo que quieres. Nadie puede alcanzar su objetivo con los ojos cerrados». Paulo Coelho