El Papa y el presidente de Irak, Barham Salí, a quien ha recibido en un encuentro privado en el Palacio Apostólico del Vaticano, han abordado los diferentes conflictos y las “graves” crisis humanitarias que se viven en esa región.
“Durante las cordiales conversaciones ambos alentaron la vía del diálogo y la búsqueda de soluciones adecuadas en favor de los ciudadanos y en el respeto de la soberanía nacional”, según ha informado la oficina de prensa de la Santa Sede.
Así se ha puesto de manifiesto que ambos líderes hablaron sobre los retos que actualmente enfrenta Irak y “la importancia de favorecer la estabilidad y el proceso de reconstrucción”.
En el comunicado, el Vaticano ha enfatizado que también dialogaron sobre otros temas sin hacer referencia a las tensiones que la región vive en estos momentos, sobre todo después de la escalada de tensión entre Irán y Estados Unidos, después de la muerte del general iraní Qasem Soleimani.
Según ha informado el Vaticano se analizaron “los diferentes conflictos y las graves crisis humanitarias que afligen a la región, subrayando la importancia de los esfuerzos realizados con el apoyo de la comunidad internacional para restablecer la confianza y la coexistencia pacífica”.
Asimismo se refirieron a la situación de las minorías religiosas como los cristianos que son perseguidos en la región. En este sentido el comunicado ha destacado “la importancia de preservar la presencia histórica de los cristianos en el país, del que son parte integrante, y su significativa contribución a la reconstrucción del tejido social”.
Y han subrayado la necesidad de garantizarles “seguridad y un lugar” en el futuro de Irak.
Por su parte el presidente iraquí ha señalado en su cuenta de Twitter que era un “honor” el encuentro con el Papa al tiempo que ha asegurado que ambos estudiaron “profundamente” la situación de Irak y las “graves tensiones” en la región.
Al término de su reunión con el Papa, Salí se reunió con el secretario de Estado, Pietro Parolin, y el secretario para las Relaciones con los Estados, monseñor Paul Richard Gallagher.
