La oposición, ante su evidente fracaso en el seno del pueblo, ha arreciado sus pronunciamientos tremendistas. Pero los inversionistas extranjeros, siguen haciendo caso omiso a esos dictámenes y siguen volcando sus capitales en nuestro país.
Los eternos enemigos vernáculos, siguen vaticinando nuestro inminente colapso económico, pero, por el contrario, según todas las agencias internacionales dedicadas al monitoreo de las economías a nivel global, como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la CEPAl, certifican que hemos crecido en los últimos 7 años a un ritmo de más del 6%, liderando los países de América Latina y manteniendo un excelente posicionamiento a nivel mundial, con muy buenas expectativas.
Esto se confirma cuando colocamos bonos soberanos en las bolsas de valores internacionales, la demanda siempre ha sido mayor a la oferta, pues es de todos sabido que solo se les presta a aquellos que tienen solvencia económica y que no representan un riesgo para los tenedores de esos bonos.
Hemos tenido visitantes de países vecinos, cuyas economías han colapsado, atraídos por ver de primera mano este milagro económico de la República Dominicana.
Mientras países como Guatemala, Honduras y El Salvador ven como gran parte de su población sale en desesperadas caravanas, huyendo de la espantosa miseria que los abate, en nuestro país, sigue creciendo la clase media mientras disminuye la pobreza.
A diario leemos noticias como las de la prestigiosa firma aeronáutica Boeing, que invertirá más de 200 millones de dólares en la instalación de un centro de mantenimiento de aviones comerciales en el aeropuerto Internacional María Montéz, en la ciudad de Barahona, con lo cual se crearán más de 2000 puestos laborales directos.
Leemos que ya han comenzado los trabajos para la construcción de dos hoteles de cinco estrellas con 1500 habitaciones, con una inversión de más de 400 millones en Playa Esmeralda en Miches, provincia de El Seibo.
A pesar de los pretendidos rugidos de fieras, que trataron de ahuyentar nuestro turismo, pero que resultaron ser inofensivos maullidos, la afluencia de visitantes extranjeros sigue creciendo, no solo en cantidad sino en calidad.
Al punto que hay nuevas solicitudes para la construcción, con inversión privada, de otros aeropuertos internacionales, al estilo de Punta Cana, famoso a nivel mundial, en la zona este de nuestro país y en el área de Pedernales.
Las buenas noticias no cesan. La puesta en funcionamiento de las dos plantas de Punta Catalina es el mejor paso que se haya dado en nuestro país para solucionar el eterno problema eléctrico.
Ya es un hecho el anhelado desarrollo del sur oeste, con la definitiva recuperación de Bahía de las Águilas y la construcción de la presa de Monte Grande, que controlará las avenidas del rio Yaque del Sur, a la vez que proporcionará energía limpia, agua potable y de riego.
Continúa la construcción en todo el país de generadores eólicos, de biomasa, de paneles foto voltaicos.
Suben las exportaciones, baja el desempleo.
Es muy poco el espacio que tenemos en estas cuartillas para enumerar los grandes avances que hemos logrado.
Esto ha dado lugar a un verdadero fenómeno inmigratorio.
Ya no solo la inmigración hacia nuestra nación es de ciudadanos haitianos, tenemos venezolanos, puertorriqueños, colombianos, peruanos, chinos, árabes, etc.
¿Cuál es la razón de esta afluencia de nacionales de esos países amigos?
Simple, que ellos ven desde fuera, el país que la oposición, nos quiere ocultar.