Gracias al desarrollo de la nueva tecnología existe un innovador problema para las prisiones del mundo. El uso de un dron como medio de transporte es una maravilla. Se usa para vigilar áreas de forma encubierta usando video, fotos y audio. El llevar alimentos y artículos a las casas usando drones como medio de transporte se ha extendido a los que transportan drogas ilícitas a sus clientes. Hemos podido constatar que en las prisiones se han hecho túneles para entrar y salir sin que nadie se de cuenta. También se han usado los medios de usar las comidas como transporte para teléfonos celulares. Esto incluye bizcochos de cumpleaños, lasagnas y hasta gallina rellena con celulares, fentanilo y cocaína.
Hace varios meses detectaron un dron que trasportaba drogas en la cárcel de Las Cucharas en Ponce. La situación de penetrar artículos, drogas y celulares usando el dron como medio de transporte no es particular de la isla de Puerto Rico. Ya anteriormente se había usado en Texas, USA, en prisiones de Georgia y en Carolina del Sur donde el cobro por entrar un teléfono puede costar $1,500 y una libra de producto de Tabaco puede costar unos $4,000.
Se reporta que el Canadá se han visto drones volando por encima de las prisiones y dejando productos como armas, drogas y teléfonos en 49 instituciones penales. Estos casos existen alrededor del mundo y por so es que se han desarrollado artefactos para detectar drones en los predios de las prisiones.
Las cámaras para detectar drones y otros equipos voladores son extremadamente caras. Los vuelos encima de las prisiones con un dron son totalmente ilegal con pena de 10 años de cárcel. Esta penalidad es debido a la ley federal de Drone Act de 2022. Esa pena es por volar los drones en un área restringida por el FAA. Hay otra pena de 3 años de cárcel por entrar contrabando a cualquier institución penal.
El volar un dron en el cielo con propósitos comerciales requiere una licencia y aprobar el Test Trust de la Administración Federal de Aviación-FAA. Esta licencia se obtiene por medio de un examen el cual se ofrece por la misma agencia federal. Esto es para estar seguro de que no se vuelan esos artefactos de manera loca, se sigue la reglamentación federal y que no estén vigilando en los edificios con cámaras a personas privadas.
La tecnología es buena cuando se usa de la forma correcta. En este caso ha sido un dolor de cabeza para los directores de las prisiones del mundo.