Por: Martina Soriano.-
“El problema de nuestra época, es que la gente no quiere ser útil sino importante”. Comienzo este artículo con esta frase de Winston Churchill. Esta interesante expresión, muestra la presión en la que viven diariamente las personas en esta sociedad.
Lo que determina que el individuo se sobre-enfoque en determinadas actividades, perjudicando otras áreas de la vida, olvidando lo que es realmente importante.
La sociedad moderna es exigente, le pasa cuenta a quien no muestra resultado. El deseo de mostrar que no eres un “perdedor”, crea un estado de estrés, tensión, ansiedad y de compromiso, que a veces hace que se pierda el equilibrio y el contacto con la realidad.
El carácter del hombre se construye con cada historia, paso a paso, con cada vivencia y experiencia, así se confecciona el carácter y su personalidad y aunque la genética juega un papel importante en la formación del carácter y la personalidad, la sociedad lo moldea.
La sociedad actual tiende a individualizar los proyectos de vida, los objetivos están enmarcados en: SI NO ES LO MIO, NO ME INTERESA.
La involución de valores reafirma: no importa como llegues, lo importante es llegar. Este concepto incorrecto e insano, envía un metamensaje a nuestros semejantes, de obtener lo que desea a cualquier precio, viendo como normal, la gratificación inmediata y sin medir las consecuencias.
Las limitadas respuestas de las instituciones y la sociedad, para resolver los problemas esenciales del hombre, crea personas más individualizadas, insensibles ante las necesidades de los demás, lo que contribuye a la deshumanización. “EL AMIGO MÁS FIEL ES UNA CONDUCTA CORRECTA”.
Periodista y escritora, reside en Miami