Monday, December 23, 2024
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Campaña de Trump gasta 6 millones de dólares para pagar a sus propias empresas y familiares

Donald Trump es uno de los hombres más acaudalados que hayan competido por la presidencia de Estados Unidos, pero su campaña parece estar en bancarrota. Es más, reportes de recaudación de fondos muestran que él utilizó unos seis millones de dólares de dinero de campaña para pagar a sus propias empresas y familiares.

Los infortunios financieros del magnate multimillonario fueron suficientes para inspirar el martes el burlón hashtag de Twitter “TrumpSoPoor” (“TrumpTanPobre”), y lo que es más grave, les dio a los donantes ya de por sí renuentes más razones para no que no le entreguen su dinero.

Los gastos de campaña de Trump difícilmente inspiran confianza entre la gente de la cual busca conseguir fondos. Las erogaciones incluyen un pago en mayo de 423.000 dólares a Mar-a-Lago, un club privado en Florida que utiliza como su casa vacacional, y suficiente cantidad de agua marca Trump para llenar una tina de baño.

Su rival demócrata Hillary Clinton se mofó del multimillonario el martes al tuitear a sus seguidores: “¿En qué está gastando Trump sus exiguos recursos de campaña? ¡Vaya!, en él, por supuesto”.

Una campaña presidencial es costosa: de aproximadamente 1.000 millones de dólares en años recientes. Ese dinero paga el crucial contacto del candidato con los votantes, incluidos costosos anuncios de televisión y detectar, convencer y hacer que los electores acudan a las urnas en noviembre.

Trump inició este mes con 1,3 millones de dólares en el banco, menos dinero de campaña que muchos candidatos al Congreso y que incluso que varios de los precandidatos republicanos a quienes derrotó. Los tres millones de dólares que recaudó por donaciones en mayo representan aproximadamente una décima parte de lo que consiguió Clinton el mismo mes.

Trump resta importancia a las críticas sobre su recaudación de fondos, y dice que apenas comenzó a hacerlo de manera seria el 25 de mayo, a pesar de que prácticamente es el candidato del Partido Republicano desde semanas antes. En gran medida, él financió su exitosa campaña de precandidato a través de préstamos personales, pero ahora está apoyándose fuertemente en el Comité Nacional Republicano para conseguir ayuda.

“Hasta la fecha, la recaudación de fondos de la oficina de campaña ha sido increíble, y continuamos viendo un tremendo flujo de apoyo para el señor Trump y dinero para el Partido Republicano”, afirmó el martes su oficina de campaña en un comunicado.

Tanto Trump como el partido dicen que él puede girar cheques si las donaciones no aumentan. Pero hay indicios de que está tomando la recaudación de fondos de campaña más seriamente.

El martes realizó su primer esfuerzo por correo electrónico en busca de donaciones, al escribir que igualaría hasta dos millones de dólares en contribuciones.

“Éste es el primer correo electrónico de recaudación de fondos que he enviado en nombre de mi campaña”, escribió Trump. “Así es. EL PRIMERO”.

Ese enfoque más personal ya les urgía a los financieros republicanos.

“Hay mucha renuencia” para donar, dijo Spencer Zwick, quien fue el principal recaudador de fondos de campaña para Mitt Romney hace cuatro años. “Algunos están diciendo que la organización financiera está sumamente desordenada”.

Defensores de Trump, incluido el donante Anthony Scaramucci de Nueva York, dicen que gran parte de su atractivo es que él “no es un político” y hace las cosas de manera diferente.

Eso se extiende a su propensión de mezclar los negocios con la política.

Reportes financieros presentados ante la Comisión Federal Electoral (FEC, por sus iniciales en inglés) detallan una campaña sin miedo de entremezclar propósitos políticos y empresariales de una manera sin precedente.

En el pasado, candidatos políticos adinerados, incluido el alcalde neoyorquino Michael Bloomberg y el aspirante a la presidencia Steve Forbes, separaron sus campañas de las compañías que ostentaban sus nombres.

No es así en el caso de Trump. Al final de mayo, su oficina de campaña había pagado alrededor de seis millones de dólares por productos y servicios del corporativo Trump, según muestra una revisión de los reportes financieros. Eso representa casi 10% de sus gastos.

No hay nada ilegal al respecto. Las regulaciones sí exigen que las compañías —aun las que son propiedad del candidato— cobren un valor justo de mercado para no ir en contra de una prohibición sobre contribuciones de las empresas a las campañas.

Y también exigen algunos registros contables complicados.

Por ejemplo, reportes de la FEC muestran que la campaña realizó un pago de aproximadamente 400.000 dólares a Trump. Pero ése es un subterfugio contable de finanzas de campaña. Lo que sucedió realmente es que Trump donó 400.000 dólares en espacio para oficina de campaña y algunos salarios de empleados de la compañía que han estado trabajando en su postulación presidencial.

No obstante, compañías de Trump también cobran a su oficina de campaña por productos y servicios, colocándolo en riesgo de aparecer como una persona que aprovecha su posición en una transacción y que actúa en busca de sus propios intereses. Esa es la razón por la que Forbes y Bloomberg evitaron ese asunto por completo, dijeron ex asistentes de ellos.

“Uno simplemente nunca quiere tener que preocuparse respecto a ninguna línea borrosa en la que se entremezclen el dinero personal, el corporativo, el de los contribuyentes y los donativos en especie”, dijo Bill Dal Col, quien manejo las campañas de Forbes a la presidencia en 1996 y 2000, las cuales no tuvieron éxito.

Una complicación más: Los préstamos por 46 millones de dólares que realizó Trump a su campaña pueden ser reembolsados con dinero de donantes, a pesar de que él insiste en que no hará eso.

La situación tiene atemorizados a algunos donantes, dijo Charlie Spies, un abogado republicano que ha trabajado con donadores importantes y que estaba ayudando a Jeb Bush, adversario de Trump en las elecciones primarias.

“¿Por qué donantes darían dinero cuando los primeros dólares van a ser usados para ayudar a un multimillonario a comprar productos de su propia compañía?”, preguntó Spies.

El mayor pago a una empresa de Trump es el de 4,6 millones de dólares a TAG Air, la compañía controladora de sus aeronaves.

Su sede de campaña está en la Trump Tower en Nueva York. La campaña ha pagado alrededor de 520.000 dólares en renta y uso de servicios a Trump Tower Commercial LLC y a Trump Corporation.

Para actos de campaña con frecuencia utiliza sus propiedades. La oficina de campaña pagó 26.000 dólares en enero para rentar una instalación en el Trump National Doral, su campo de golf en Miami. Él realizó un evento a finales de octubre en el salón de baile con tonalidad dorada ubicado ahí. La campaña pagó otros 11.000 dólares en el hotel de Trump en Chicago.

Incluso los refrigerios tienen un vínculo con Trump.

Aproximadamente 5.000 dólares de gasto de campaña fueron a parar a Eric Trump Wine Manufacturing LLC, que ofrece vinos de Virginia con el nombre “Trump” escrito con letras gruesas sobre las botellas.

Su hijo Eric Trump también está incluido en otro gasto grande de la campaña del magnate.

La oficina de campaña ha pagado aproximadamente 4,7 millones de dólares por gorras y camisas adquiridas a Ace Specialties, compañía propiedad de un miembro de la junta directiva de la fundación caritativa de Eric Trump.

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Julie Bykowicz y Chad Day

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