El Gobierno de Afganistán ha anunciado este lunes la muerte de más de 50 presuntos talibán, incluidos cerca de diez de nacionalidad paquistaní, en una serie de operaciones llevadas a cabo por las fuerzas de seguridad durante las últimas 24 horas en tres provincias del país.
El Ministerio de Defensa ha indicado a través de su cuenta oficial en la red social Twitter que “29 talibán, incluido su comandante, murieron y siete resultaron heridos en el distrito de Pushtrud, en la provincia de Fará, en ataques recíprocos y bombardeos de la Fuerza Aérea”.
Asimismo, ha manifestado que once talibán murieron y ocho resultaron heridos en combates en el distrito de Gizab, en la provincia de Uruzgán, mientras que catorce insurgentes, entre ellos nueve paquistaníes, murieron en un bombardeo en el distrito de Jashrod, en Nimruz.
El Ministerio afgano ha resaltado en este último caso que “está investigando las acusaciones sobre víctimas civiles en el incidente”, sin dar más detalles al respecto. Según las informaciones recogidas por la cadena de televisión afgana Ariana, 18 miembros de una misma familia murieron en el bombardeo.
Los familiares de las víctimas llevaron a cabo el domingo una protesta y llevaron los cuerpos de los 18 fallecidos a la ciudad de Zaranj, sede administrativa de la provincia. Las autoridades provinciales han defendido que todos los muertos son miembro de los talibán.
Afganistán ha experimentado un repunte de la violencia durante los últimos meses a pesar del acuerdo entre los talibán y Estados Unidos y de las conversaciones de paz entre el grupo y el Gobierno afgano, cuyas delegaciones pactaron en diciembre la ‘hoja de ruta’ para el proceso.
La delegación gubernamental viajó el 5 de enero a Doha para la segunda ronda de contactos con los talibán, que habían acusado un día antes a Estados Unidos de violar el histórico acuerdo de paz firmado el 29 de febrero de 2020 con sus últimos bombardeos contra posiciones de los insurgentes en Kandahar y otros puntos del país.
