El Papa ha bautizado a 32 recién nacidos en la Capilla Sixtina del Vaticano y ha invitado sus padres a no olvidar que la tarea fundamental que ahora tienen por delante es la transmisión de la fe.
“Bautizar a un niño es un acto de justicia para Jesús. En el bautismo damos a los niños un tesoro, una promesa: el Espíritu Santo. El niño sale (del bautismo) con el poder del Espíritu Santo. El Espíritu Santo que lo defenderá y lo ayudará a lo largo de su vida. Por eso es tan importante bautizarlos porque crecen con el poder del Espíritu Santo”, ha dicho Francisco.
“En una predicación bella escuchar el llanto de un niño en la Iglesia”, ha señalado a continuación en la breve homilía.
Una vez más, Francisco ha impartido el sacramento del bautismo a 15 niñas y 17 niños, hijos y empleados de las oficinas y dicasterios del Vaticano. La tradición pontificia de administración del bautismo comenzó con San Juan Pablo II para recordar el día en el que Jesús fue bautizado en el río Jordán. El Papa polaco bautizó a más de 1.400 niños durante su Pontificado.
El Pontífice celebra dos veces el sacramento del bautismo. Además de este domingo, que marca la conclusión del tiempo de Navidad, suele bautizar en la noche de Pascua a varios adultos catecúmenos.