Por Henry Chu.—-
Las muertes por COVID-19 en los EE. UU. han llegado a 200,000 mientras las autoridades de todo el país continúan luchando para frenar la transmisión de la enfermedad.
El número de muertos, registrado por investigadores de la Universidad Johns Hopkins, sigue siendo, con mucho, el más alto de cualquier país del mundo. Se produce cuando la economía estadounidense se tambalea, los científicos se apresuran a encontrar una vacuna y los estadounidenses se preparan para votar en las elecciones presidenciales.
Desde que el coronavirus golpeó a principios de este año, Estados Unidos ha registrado casi 6,9 millones de casos, o más de una quinta parte del total mundial de alrededor de 31,4 millones. Los estadounidenses representan aproximadamente la misma proporción de muertes por COVID-19 en todo el mundo.
Durante el mismo período, el desempleo alcanzó niveles no vistos desde la Gran Depresión cuando las empresas cerraron, los consumidores se quedaron en casa y el gobierno federal aprobó un paquete de ayuda para el coronavirus por valor de más de $ 2 billones.
Aproximadamente 1 de cada 13 muertes por COVID-19 en los EE. UU. Ha ocurrido en California, que registró un total de 15.070 el lunes. Pero eso es menos de la mitad del número de muertes relacionadas con el coronavirus en Nueva York, que sigue siendo el estado más afectado.
A pesar del número de muertos en todo el país, el presidente Trump dijo en un mitin en Ohio el lunes que el coronavirus “no afecta prácticamente a nadie. Es algo asombroso”. También animó a los funcionarios a reabrir las escuelas.
