Por JORGE RUEDA |
Rosales estuvo recluido desde octubre de 2015 en una sede de la policía política en un juicio por presuntos hechos de corrupción y recientemente el Tribunal Supremo de Justicia cambió su condición a arresto domiciliario.
“Seguimos en la lucha por la liberación de todos los presos políticos y el regreso de los exiliados”, dijo Rosales en otro tuit.
Junto a Rosales también fueron liberados otros cinco activistas opositores cuyo arresto fue criticado ampliamente por organizaciones defensoras de los derechos humanos nacionales e internacionales, entre ellas Human Rights Watch, que repetidamente expresó una profunda preocupación por las detenciones.
Rosales —un connotado dirigente opositor— fue arrestado en octubre del 2015 tras retornar al país luego de pasar seis años fugitivo de la justicia.
Alfredo Romero, directivo de la organización Foro Penal Venezolano, confirmó que en total fueron puestos en libertad seis personas, algunas de los cuales estaban detenidas desde las violentas protestas gubernamentales registradas en 2014.
Romero explicó que no hubo libertad plena, por lo que los liberados quedaron sujetos a medidas restrictivas como prohibición de salir del país y régimen de presentación ante tribunales, sin dar otros detalles.
Entre los otros activistas liberados destaca Gerardo Carrero, que encabezó el grupo de estudiantes que durante semanas acamparon fuera de las oficinas de Naciones Unidas en Caracas para llamar la atención sobre la represión del gobierno contra las protestas que causaron decenas de muertes en 2014.
La Mesa de Unidad Democrática —organización sombrilla que cobija a los partidos de oposición— calificó las liberaciones como “un paso positivo, un paso en la dirección correcta” hacia el restablecimiento del orden político, pero sostuvo que “no basta”. Reclamó la puesta en libertad de más de un centenar de presos políticos que permanecen en diferentes cárceles, el retorno de los exiliados y el respeto por la lucha social.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, también saludó las liberaciones en su cuenta de Twitter. “Es deber del gobierno #Venezuela liberar a todos los presos políticos, restablecer derechos de la gente y funcionamiento de la democracia”, escribió.
Tras una marcha opositora, en la que murió el manifestante opositor Bassil Da Costa, de 23 años, y otras dos personas, entre febrero y mayo de 2014, sucesivos incidentes violentos ocurrieron en Caracas y otras ciudades, dejando 43 muertos, 873 heridos y más de 2.500 detenidos, según registros de la Fiscalía General.
Según grupos de derechos humanos, al menos 100 personas permanecen encarceladas por oponerse al gobierno socialista del presidente Nicolás Maduro.
“No hay duda alguna que Venezuela vive (una) crisis social muy grave y de alguna manera liberar los presos abre la válvula de escape un poco para Maduro”, dijo a The Associated Press Romero, destacando que la cifra de encarcelados en 2016 fue 55, mientras que en el ínterin fueron liberadas 43. “El efecto del ‘revolving door (puerta giratoria) ‘ está más presente que nunca”, agregó.
El excandidato presidencial era considerado por la oposición uno de los “presos políticos” más prominentes al igual que el líder Leopoldo López, condenado a casi 14 años de prisión por los delitos de “instigación pública, asociación para delinquir, daños a la propiedad pública e incendio intencional” por ser uno de los promotores de la marcha opositora de 2014, y el alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, que desde el año pasado cumple arresto domiciliario.
Rosales, quien fue derrotado por el fallecido presidente Hugo Chávez en las elecciones de 2006, enfrenta un proceso judicial desde hace ocho años, cuando la Fiscalía General lo acusó del delito de “enriquecimiento ilícito” cuando ejerció como gobernador del estado occidental del Zulia entre 2002 y 2004.
Tras el anuncio del proceso el también exalcalde de Maracaibo huyó de país en 2009 y se refugió en Perú, donde permaneció por un tiempo hasta que se trasladó a Panamá. Rosales ha negado los cargos.