Friday, November 8, 2024
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Trump vive un solitario periodo inicial en la Casa Blanca

Alrededor de las 6:30 de cada tarde, agentes del Servicio Secreto se reúnen en los sombríos pasillos del Ala Oeste para escoltar a Donald Trump a su residencia.

Para algunos presidentes, la corta caminata entre la Oficina Oval y la residencia de la Casa Blanca escaleras arriba es un camino hacia la familia y una semblanza de vida normal. Otros han utilizado la imponente residencia para entretenimiento a altas horas de la noche y para llegar a acuerdos con legisladores.

Para Trump, la vida en la residencia de la Casa Blanca es hasta este momento una existencia mayormente solitaria. Con su esposa y su hijo menor viviendo en Nueva York, y sus hijos mayores ocupados con sus jóvenes familias, Trump ha pasado sus primeras noches prácticamente solo, atado al mundo exterior sólo por su teléfono y su televisión. El drástico cambio de escenario ha dejado al mandatario de 70 años, una conocida criatura de hábitos, un poco a la deriva durante las tardes, según una persona que habló con él recientemente.

Otra persona que mantiene contacto con el presidente regularmente regular lo describió como alguien que todavía se está adaptando a estos nuevos aposentos y a su agenda un tanto más apretada. Sus asesores dijeron al principio que esperaban que pasara sus tardes en cenas de trabajo, como la agendada el jueves con el donante republicano Sheldon Adelson.

Aunque Trump se ha maravillado ante la historia y belleza de su nueva casa, “es no obstante una residencia de gobierno”, recalcó Christopher Ruddy, director general de Newsmax y amigo del presidente.

Media decena de amigos, asesores y asociados del presidente pidieron no ser identificados a condición de ofrecer detalles sobre conversaciones privadas.

Las entrevistas pusieron de relieve el número relativamente grande de personas que han hablado con el nuevo presidente, a pesar de la ocupada agenda y enormes presiones del cargo. Trump ha dedicado sus noches a realizar y atender llamadas telefónicas a una creciente red de viejos amigos, legisladores y otros.

Las llamadas llegan con frecuencia al teléfono celular personal de Trump, por el cual luchó por conservar con personal y el equipo de seguridad. En lugar de sostener largas conversaciones en la línea no segura, Trump suele devolver las llamadas, en ocasiones usando el conmutador de la Casa Blanca.

El presidente, quien reveló que ha estado durmiendo cuatro o cinco horas por noche, llama por teléfono a asociados ya muy tarde por la noche o muy temprano por la mañana, antes de regresar al Ala Oeste de la Casa Blanca. Trump se comunicó recientemente con el presidente de la Cámara de Representantes Paul Ryan mientras el legislador republicano realizaba sus ejercicios matinales.

Ryan se ha convertido en un factótum frecuente para el presidente, que ha estado pregonando su mejorada relación con el líder legislativo en conversaciones con asesores y asociados. Se dice que sus discusiones se enfocan mayormente en política, incluyendo atención de la salud y reforma fiscal; en este segundo asunto la oficina del presidente de la cámara baja está tratando de que la Casa Blanca se acerque más a la posición de la Cámara de Representantes.

Trump ha admitido en privado algunos traspiés después de un turbulento inicio de su período, incluyendo la introducción llena de defectos de su controversial plan de refugiados e inmigración y una falta de líneas claras para sus principales asesores. Pero a pesar de que las encuestas de opinión pública muestran que menos de 50% de los estadounidenses aprueban su presidencia hasta ahora, Trump ha sonado confiado sobre su postura.

Durante una discusión una noche, Trump de antemano hablaba sobre buscar un segundo período presidencial. Cuando un asociado le insinuó que estaba debilitando a los demócratas al usurpar algunas de las mejores ideas de política del partido, el presidente estuvo de acuerdo sin reparos.

Cuando no habla sobre su joven presidencia, Trump —que en ocasiones está acompañado por Keith Schiller, su jefe de seguridad desde hace mucho tiempo— con frecuencia observa a otros hablar.

Los asesores del presidente han tratado de reducir su consumo de noticias por televisión de cable durante el día laboral; pero no hay límites cuando el mandatario regresa a la residencia. Durante otra conversación telefónica reciente, Trump dejó un momento el teléfono para poder subir el volumen durante un reporte de CNN. Cuando regresó a la llamada telefónica, se estaba quejando respecto a “noticias falsas”.

De alguna manera, su nuevo estilo de vida en la Casa Blanca se asemeja a las rutinas que creó durante décadas en las que vivió en la cima de la Torre Trump. Él ha preferido desde hace mucho tiempo las comodidades de casa, evitando mucha de la escena social de Manhattan por noches en su penthouse con amigos cercanos, la familia y su televisión.

La primera dama Melania Trump y el hijo de ambos de 10 años, Barron, permanecen en Nueva York al menos hasta el final del año escolar. La señora Trump no ha sido vista en Washington desde el fin de semana de la juramentación al cargo presidencial, y Trump no ha regresado a Nueva York. Los Trump ciertamente pasaron juntos el fin de semana pasado en Mar-a-Lago, la palaciega residencia del presidente en su club del sur de Florida.

La hija de Trump Ivanka y el esposo de ésta, el asesor de alto rango de la Casa Blanca Jared Kushner, se mudaron a Washington, pero se han enfocado en conseguir que su joven familia adapte su vida en una ciudad nueva. La pareja dedicó además algunas noches a cenar con contactos empresariales y políticos.

Trump regresará a Mar-a-Lago nuevamente el viernes, acompañado del primer ministro japonés Shinzo Abe y quizá continúe realizando viajes de fin de semana durante el resto del mes. Amigos que vieron al presidente en la propiedad costera el pasado fin de semana lo describieron como relajado, particularmente en una gala de etiqueta para la Cruz Roja y en el campo de golf con algunas de las personas con quien juega regularmente.

A pesar de las escapadas de fin de semana de Trump, los asesores afirman que el presidente se está adaptando a la Casa Blanca. El mandatario dijo a asociados que se siente como en un set cinematográfico y ha dedicado tiempo en asegurarse que luzca según sus estándares, según una persona que ha estado en contacto con él. Los Trump contrataron a Tham Kannalikham, una discreta diseñadora de interiores, para que ayude a poner su toque en la residencia de la Casa Blanca.

Durante una entrevista reciente con Fox News, Trump dijo que un día caminaba hacia la entrada principal de la Casa Blanca y se dijo, “esto es en cierto modo sorprendente”.

“Es, de cierta manera, como una experiencia surrealista”, comentó Trump. “Pero uno lo tiene que superar”.

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Por JULIE PACE y JONATHAN LEMIRE

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