CLEVELAND, Ohio.- Unidos por una noche, los republicanos nominaron el martes a Donald Trump como el abanderado presidencial de su partido, lo que representa la culminación del empresario de su ascenso por los rangos republicanos y lo proyecta a las elecciones presidenciales de noviembre contra la demócrata Hillary Clinton.
“Esto es un movimiento, pero debemos ir por todo”, dijo Trump en declaraciones en video que se transmitieron en la sede de la convención.
Para Trump, esta fue una muy necesaria oportunidad para reagruparse tras un caótico inicio de la convención, con acusaciones de plagio en el discurso de Melania Trump en la ceremonia inaugural. El martes no hubo polémicas, pero el evento no tuvo el toque de brillo y Hollywood que había prometido el magnate, con varios cargos republicanos desfilando sobre escenario con agudas pero repetitivas críticas a Clinton.
El gobernador de New Jersey, Chris Christie, fue uno de los pocos oradores que animó a la audiencia, con duras críticas a Clinton y pidiendo a los delegados que gritaran “Culpable” mientras enumeraba acusaciones contra la demócrata.
“Nosotros no descalificamos a Hillary Clinton para ser presidenta de Estados Unidos, los hechos en su vida y su carrera son los que la descalifican”, dijo Christie.
La familia de Trump volvió a ocupar el escenario central, subrayando la urgente tarea de campaña para transformar la imagen de un candidato que a menudo es visto como áspero y divisivo. Dos de los hijos de Trump hablaron de su carácter, presentándolo como un hombre que no se intimida ante los desafíos.
“Para mi padre, imposible es tan solo el punto de partida”, comentó Donald Trump Jr., el mayor de los cinco hijos del candidato republicano.
La sombra del plagio volvió a ceñirse sobre la convención cuando el programa “The Daily Show” destacó en Twitter las similitudes entre dos frases del discurso de Donald Trump Jr. y un artículo de F.H. Buckley en The American Conservative. Ambos pasajes comparan las escuelas estadounidenses con grandes almacenes de la época soviética gestionados para beneficiar a los empleados, no de sus clientes.
Buckley dijo a The Associated Press que fue uno de los principales responsables del discurso de Trump Jr., “por lo tanto no es un problema”.
Para algunos republicanos, la noche también ofreció una idea de lo que pudo haber sido. El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, que se resistió a los llamados para unirse a la campaña presidencial, hizo un elocuente llamado a la unidad del partido, aunque su mensaje se centró más en los riesgos de permitir que los demócratas permanezcan en la Casa Blanca y avancen en el Congreso, que en respaldar a Trump.
“Compitamos en todas partes de Estados Unidos y salgamos a votar como si hasta el último voto contara, porque así será”, afirmó Ryan.
Muchos líderes republicanos se mantuvieron lejos de la convención, aún temerosos de ser vinculados con su divisivo candidato e inseguros sobre cómo su nominación afecta su propio futuro político.
Los asistentes a la convención reflejaron la creciente insatisfacción de algunos republicanos con la élite del partido. El líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, que ha ofrecido un tibio apoyo a Trump, fue recibido con abucheos cuando tomó el escenario.
Se dieron algunas muestras de disidencia cuando los estados que Trump no ganó registraban sus votos, pero el empresario se distanció rápidamente de sus rivales en las primarias.
Su estado natal, Nueva York, fue el que le dio la cifra requerida para la nominación. Cuatro de sus hijos formaron parte de la delegación del estado en la convención para el histórico nombramiento y parecían sobrecogidos por la emoción.
Tiffany Trump, la hija de 22 años del candidato con su ex esposa Marla Maples, adornó sus declaraciones con raras anécdotas de su padre, incluyendo las notas escritas a mano que le dejaba en su reporte de calificaciones.
Melania Trump fue elogiada por resaltar las cualidades personales de su marido durante su discurso del lunes. Habló de su “simple bondad”, su lealtad y el amor hacia su familia, mientras subrayaba el “drama” que se genera con Trump en la política.
Pero su discurso fue también objeto de acusaciones de plagio. Dos pasajes de su intervención, cada uno de al menos 30 palabras, coincidieron casi literalmente con uno que pronunció Michelle Obama en la convención demócrata de 2008.
La campaña de Trump mantuvo viva la polémica en el segundo día de la convención al insistir en que no había evidencias de plagio y no ofreció más explicaciones sobre cómo esos dos fragmentos terminaron en el discurso de la esposa de Trump. El tema copó la actualidad desde Cleveland hasta la votación vespertina, eclipsando el gran esfuerzo de Melania Trump por mostrar un lado más amable de su esposo.
Clinton aprovechó la polémica y dijo que, hasta el momento, la convención republicana ha sido “surrealista” y la comparó con la película “El Mago de Oz”.
“Cuando se abre el telón, solo es Donald Trump sin nada que ofrecerle al pueblo estadounidense”, comentó Clinton durante su discurso en Las Vegas.
El principal asesor de Trump, Paul Manafort, dijo que el asunto “se ha salido totalmente de proporción”.
“Ni siquiera son oraciones. Literalmente son frases”, dijo Manafort a The Associated Press.
Las convenciones son enormes compromisos logísticos, con miles de asistentes que organizar y decenas de oradores a supervisar. Pero la reunión de cuatro días palidece en comparación con el alcance de las responsabilidades presidenciales al frente del gobierno de Estados Unidos.
Los líderes republicanos se encontraron respondiendo preguntas no deseadas. El presidente del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus, dijo que “probablemente” habría despedido a quienes escriben sus discursos si estuviera en una situación similar, y reconoció que el asunto era una distracción.
No quedó claro si la controversia tendrá consecuencias en la manera en que los votantes ven a Trump. El empresario ha sobrevivido a varios momentos políticamente peligrosos que podrían haber sentenciado a otros candidatos.
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Julie Pace