El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dado finalmente marcha atrás este domingo y ha firmado el acuerdo de ayuda económica contra el coronavirus, valorado en 900.000 millones de dólares, días después de que millones de hogares estadounidenses dejarán de percibir los subsidios al desempleo tras la finalización del plan de emergencia sellado durante el pasado mes de marzo.
A principios de semana el todavía jefe de la Casa Blanca había lanzado duras críticas contra un acuerdo al que finalmente llegaron republicanos y demócratas del Congreso tras varios meses de desavenencias, considerando que las ayudas económicas eran “ridículamente bajas” y que se estaba “derrochando” en otras cuestiones en detrimento de los estadounidenses.
Junto al plan de estímulo contra la COVID-19 valorado en 900.000 millones de dólares (más de 735.000 millones de euros), el Congreso aprobó también un importante proyecto de financiación hasta septiembre de 2021 para la Administración del presidente electo, Joe Biden, el cual fue cuestionado y criticado por Trump, al considerar que se destinaban para ciertas misiones en el extranjero cantidades “mucho más grandes que las que se les da a los estadounidenses”.
“Le estoy pidiendo al Congreso que enmiende este proyecto de ley y aumente los ridículamente bajos 600 dólares a 2.000 o a 4.000 para las parejas”, escribió en Twitter. Una idea en la que volvió a insistir este fin de semana, mientras algunas voces republicanas comenzaron a cuestionar la actitud del presidente.
“Creo que, cuando deje el cargo, entiendo que quiere ser recordado por abogar por cheques más altos, pero el peligro es que lo recordarán por el caos, la miseria y el comportamiento errático”, consideró el senador republicano por Pensilvania, Pat Toomey durante una entrevista para la cadena FOX.
El texto que finalmente ha ratificado Trump incluye ayudas económicas de hasta 600 dólares (490 euros) en función de los ingresos del destinatario, y un bono por desempleo de hasta 300 dólares (245 euros) por semana, así como una partida de 284.000 millones de dólares (232.000 millones de euros) para que las empresas y negocios afectados por la crisis de la pandemia puedan hacer frente a los alquileres y a la nómina de sus trabajadores.
ACUERDO TRAS VARIOS MESES DE DESAVENENCIAS
Las negociaciones se habían roto en varias ocasiones en los últimos meses en relación a varios aspectos del acuerdo, como la cuantía de los cheques individuales por desempleo, un punto que volverá a ser debatido después de concluir el año.
El texto también incluye una inversión de 82.000 millones de dólares (unos 67.000 millones de euros) para los pagos de universidades y escuelas, además de otros 25.000 millones de dólares (cerca de 20.500 millones de euros) para las ayudas de alquileres e hipotecas, y 69.000 millones de dólares (casi 56.500 millones de euros) para la compra y distribución de las vacunas contra el coronavirus.
Sin embargo, el texto también ha dejado finalmente fuera los dos puntos que han causado más polémica durante las negociaciones, como son las exigencias republicanas de proteger al sector privado de posibles demandas relacionadas con la crisis de la pandemia, así como la petición de muchos gobiernos estatales y locales de invertir en sus sistemas educativos y de salud públicos.
El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, criticó a principios de la semana pasada la actitud mostrada por algunos republicanos, y aseguró que “este proyecto de ley no puede y no será la última palabra sobre el alivio del Congreso” a la crisis provocada por la pandemia, pues es tan solo “un paquete de supervivencia de emergencia”.