Varios senadores del Partido Republicano, con Mitt Romney a la cabeza, han repudiado en las últimas horas los intentos del equipo de asesores legales del presidente saliente, Donald Trump, para revertir los resultados de las elecciones en Estados Unidos por considerar que se tratan de una iniciativa “antidemocrática” que erosiona “la confianza de la opinión pública” en las instituciones.
“Tras fracasar a la hora de presentar un caso creíble de fraude generalizado ante los tribunales, el presidente (Trump) está recurriendo ahora al ejercicio de una presión descarada sobre las autoridades locales y estatales. Me cuesta imaginarme una acción más grave y más antidemocrática por parte de un presidente estadounidense”, ha hecho saber Romney, senador por Utah y antiguo candidato a la Presidencia del país, en un contundente mensaje publicado en su cuenta de Twitter.
Romney se pronunció poco después de la rueda de prensa de este jueves por la noche abanderada por el principal asesor de Trump, el alcalde de Nueva York Rudy Giuliani, quien puso sobre la palestra teorías conspiratorias sin fundamento alguno para denunciar un presunto “fraude nacional” en las “grandes ciudades controladas por los demócratas”, de las que ha dicho que “tienen una larga historia de corrupción”.
Romney no ha estado solo en las críticas. El también senador republicano por Nebraska Ben Sasse — a quien las quinielas apuntan como un posible candidato presidencial en 2024 — ha avisado de que “salvajadas de ruedas de prensa” como la vista este jueves “erosionan la confianza de la opinión pública”. “Somos una nación de leyes, no de tuits”, ha hecho saber en un comunicado.
Sasse ha recordado además que “los abogados de Trump se han negado a repetir ante un juez estas sospechas de fraud porque conocen las consecuencias legales que comporta decir una mentira ante un tribunal”. “El presidente Trump ha perdido las elecciones en Michigan por más de 100.000 votos”, ha recordado, “y su campaña y sus aliados han perdido o abandonado las cinco demandas presentadas allí por carecer de prueba alguna”.
De igual modo ha opinado la senadora republicana por Iowa Joni Ernst, quien ha expresado su repulsa sobre unas declaraciones formuladas por el abogado Sidney Powell, asociado a la campaña de Trump, que había acusado a candidatos demócratas de segunda fila de “pagar para manipular el sistema”; una declaración “ofensiva” cuando no “absolutamente indignante”, según la senadora.
A pesar de esta reacción republicana, el líder del partido en el Senado, Mitch McConnell, todavía tiene que explicar abiertamente su postura al respecto, a la espera de que termine el ciclo de demandas abierto por el presidente. “En este país hay una forma de lidiar con las disputas: se llama ‘ir a los tribunales'”, declaró durante una rueda de prensa a principios de semana.
McConnell se limitó a añadir que el Partido Republicano, llegado el caso, garantizará “una transferencia de poder tranquila” entre esta administración y la que venga, pendiente de las decisiones de los jueces. “Cualquier otra cosa que digamos al respecto será francamente irrelevante”, concluyó.