Este 25 de mayo se cumplen 60 años del compromiso del presidente de Estados Unidos Jophn Fitzgerald Kennedy de llevar seres humanos a la Luna, hito de la carrera espacial.
En plena Guerra Fría y solo unas semanas después del primer vuelo espacial tripulado de la Unión Soviética con Yuri Gagarin, Kennedy lanzó su objetivo durante un discurso ante el Congreso:
“Creo que esta nación debería comprometerse a lograr el objetivo, antes de que termine esta década, de llevar a un hombre a la Luna y devolverlo sano y salvo a la Tierra. Ningún programa espacial en este período será más impresionante para la humanidad o más importante en la exploración del espacio a largo plazo; y ninguno será tan difícil o costoso de lograr.
Nosotros elegimos ir a la luna. Elegimos ir a la Luna… Elegimos ir a la Luna en esta década y hacer las otras cosas, no porque sean fáciles, sino porque son difíciles; porque esa meta servirá para organizar y medir lo mejor de nuestras energías y habilidades, porque ese desafío es uno que estamos dispuestos a aceptar, uno que no estamos dispuestos a posponer, y otro que pretendemos ganar, y los demás”.
Pero el interés de Kennedy por llegar a la Luna no era científico. Un año más tarde, confesó al entonces administrador de la NASA, James Webb, que no le interesaba llegar a la Luna sino hacerlo antes que los rusos, según contó el propio presidente en unas grabaciones que han sido recopiladas en un libro por la biblioteca Kennedy.
El principal impulsor de este proyecto, el director de la biblioteca, Thomas Ptnam, explicó en 2012 al New York Times que se trata de unas memorias que el expresidente de Estados Unidos nunca llegó a escribir.
Las más de 260 horas de grabaciones que realizó Kennedy contenían algunas de las conversaciones que el mandatario mantenía en su despacho de la Casa Blanca. Entre ellas las que mantuvo con Webb y en las que mostraba su “obsesión” por la guerra fría.
Así, en una reunión celebrada en noviembre de 1962, el presidente le dijo al administrador de la NASA que poner un hombre en la luna era su principal prioridad. Durante la conversación, Webb habla de la importancia de este hecho de cara a comprender el entorno del espacio, a lo que el presidente contesta: “si llegamos segundos a la Luna estará bien, pero seremos los segundos para siempre”.
Además, ante la insistencia de Webb sobre las posibilidades científicas de una misión al satélite de la Tierra y Kennedy apuntó: “yo no estoy interesado en el espacio, sólo en la batalla contra los rusos”.
En cualquier caso, el programa espacial estadounidense recibió decenas de miles de millones de dólares para llegar hasta las naves Apolo y conseguir que Neil Armstronng fuera el primer humano en pisar la Luna solo ocho años después del compromiso de Kennedy.