El Cuerpo de Ingenieros del Ejército (USACE, en inglés) reanudó hoy las descargas controladas del lago Okeechobee a ríos y estuarios de Florida para evitar su desbordamiento pese a las críticas por la floración de algas tóxicas que genera su agua contaminada.
A partir de hoy están programados catorce días continuos de desagüe de unos 3.000 pies cúbicos por segundo, precisó el Distrito de Jacksonville de USACE, en el norte de Florida.
Tras las descargas, el agua contaminada con nutrientes de los cultivos situados al norte del lago que ayudan a la aparición del alga azul verdosa, fluyen hacia el este por el río y estuario de St. Lucie y hacia el oeste por el Caloosahatchee.
Eric Eikenberg, presidente de la Fundación Everglades, criticó en su cuenta de Twitter que las descargas sean la única opción planteada por los gobiernos estatal y federal.
El ambientalista es partidario de almacenar agua del lago en su parte sur, como un estuario, que además devolvería el flujo natural de agua dulce, del Okeechobee hacia el sur de estado, que se ha visto interrumpido por obras de infraestructura y el crecimiento poblacional en las últimas décadas.
Esta semana el gobernador de Florida, Rick Scott, decretó la “emergencia” en siete condados por los que fluyen los ríos Caloosahatchee y St. Lucie, que entre ambos atraviesan de este a oeste el estado.
La aguas del Okeechobee, el séptimo lago más grande del país, ayudan a la floración del alga o cianobacteria, capaz de envenenar la fauna terrestre y marina, y ocasionar trastornos al hombre.
En niveles altos, esta alga, capaz de producir toxinas, puede “afectar el tracto gastrointestinal, el hígado, el sistema nervioso y la piel”, según el Departamento de Salud de Florida.
Las descargas contaminantes del acuífero viajan por los canales del dique, ríos y estuarios hasta llegar a varios condados del centro de Florida y finalmente a las playas en ambas costas.
La emergencia emitida por Scott por ahora abarca los condados Glades, Hendry, Lee, Martin, Okeechobee, Palm Beach y St. Lucie, lo que permite a las autoridades estatales descargar y almacenar agua en áreas adicionales al sur del lago.