El magnate, quien durante su campaña ha adoptado un ácido discurso contra los mexicanos y ha prometido construir un muro en la extensa frontera entre los dos países si gana la presidencia, aceptó una invitación que Peña le envió a él y a la candidata demócrata, Hillary Clinton.
La cita está prevista para las 14.30 hora local (1930 GMT) en Ciudad de México.
“¿En qué cabeza cabe invitar a Donald Trump? Los mexicanos tenemos memoria y dignidad. @realDonaldTrump no es bienvenido a México.”, dijo en su cuenta de Twitter Ricardo Anaya, líder del Partido Acción Nacional (PAN), la principal fuerza de oposición en el Congreso.
El ex presidente Vicente Fox, también miembro del PAN, publicó en Twitter: “No hay vuelta atrás, Trump, tus ofensas hacia los mexicanos, musulmanes y más, te han llevado al hoyo donde estás hoy ¡Adiós, Trump!”.
El viaje a México parece ser el tipo de evento espectacular que aseguraría que Trump domine los titulares, en momentos en que trata de cerrar una brecha en las encuestas nacionales de opinión que actualmente favorece a su rival Clinton.
Por su parte, el grupo parlamentario del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), también opositor, dijo en un comunicado que la reunión es “indigna”.
“La entrevista privada que tendrá con Donald Trump no tiene ningún beneficio para nuestro país y sólo favorece las aspiraciones políticas de este demagogo y antimexicano”, dijo.
La reunión ocurrirá horas antes de que el candidato republicano pronuncie un discurso sobre sus propuestas de política de inmigración en Phoenix, Arizona, un estado fronterizo con México.
Enrique Krauze, un respetado historiador, dijo a la cadena Televisa que a los tiranos se los combate, no se los apacigua, y se manifestó muy preocupado por el carácter privado de la reunión.
“Ya que se ha invitado a Trump a México, lo mínimo que se puede esperar es que ofrezca una disculpa pública por los insultos que ha lanzado en contra de los mexicanos llamándonos ‘violadores’ y ‘criminales’”, dijo.