Hillary Clinton y Donald Trump han recrudecido la batalla por Florida. Tanto la candidata demócrata como el republicano han pisado el acelerador de su campaña en el llamado «estado del sol», multiplicando en los últimos días su presencia en distintos actos a lo largo y ancho de su territorio.
No es de extrañar este empeño si se tiene en cuenta que se trata del «swing state» -«estado oscilante», es decir, donde el resultado suele variar de unos comicios a otros- donde más votos electorales hay en juego. Florida aporta nada menos que 29 de los 538 compromisarios que integran el llamado Colegio Electoral, el órgano que, por delegación de la voluntad de los ciudadanos expresada en las urnas, decidirá quién es el próximo presidente de Estados Unidos. Para alcanzar la Casa Blanca se necesitan 270. Como en la gran mayoría de estados, el ganador en Florida se llevará el total de votos electorales en juego en su territorio.
Barack Obama venció en Florida en 2008 y 2012 y su antecesor en la Casa Blanca, George W. Bush, no habría logrado la presidencia en 2000 y 2004 si no hubiera ganado en ese estado. En el caso de 2000, la victoria de Bush sobre el demócrata Al Gore se decidió por una diferencia de algo más de 537 papeletas en Florida, después de que el país estuviera en vilo durante más de un mes, pendiente de un polémico recuento que finalmente zanjó el Tribunal Supremo de los Estados Unidos.
En las elecciones de 2016, el papel de Florida seguirá siendo determinante, con ingredientes añadidos que tener en cuenta y cuyo impacto en el resultado son aún inciertos. La población total del estado aumentó un 7,8% entre 2010 y 2015, lo que supone 1,47 millones de habitantes más y rebasar el umbral de los 20 millones, de acuerdo con los últimos datos del censo.
De este incremento, más de la mitad (51%) corresponde al ascenso de la población hispana, un colectivo que en estas elecciones está teniendo especial protagonismo por el debate de la inmigración que Trump ha agitado con sus provocadores comentarios y propuestas como la de construir un muro en la frontera con México. En Florida, ya casi uno de cuatro habitantes es latino, llegando al 66,8% en el caso del condado de Miami-Dade. Se trata, de hecho, del tercer estado del país con más hispanos, con 4,8 millones, solo por detrás de California y Texas.
La incorporación al electorado de jóvenes y de puertorriqueños han inclinado el voto hispano de Florida hacia los demócratas
El votante latino de Florida, donde la inmigración cubana tiene un importante peso, ha sido tradicionalmente de ideología conservadora en su mayoría, pero en los últimos años las nuevas generaciones han propiciado un cambio. Hasta 2006 se registraban más hispanos como republicanos que como demócratas, mientras que a partir de las elecciones de 2008 -cuando Obama llegó al poder-, la balanza se inclinó hacia el otro lado. Esa tendencia, junto con la proporción de no comprometidos ni por unos ni por otros, no ha hecho sino acentuarse desde entonces. Para 2016 un 38% de los latinos registrados para las elecciones lo ha hecho con el Partido Demócrata y un 27% con el Republicano.
En este viraje ideológico ha influido, por una parte, la incorporación de nuevos votantes jóvenes al cuerpo electoral, menos conservadores que sus mayores, así como la llegada masiva de puertorriqueños, también más inclinados hacia el bando demócrata y que por su condición de ciudadanos estadounidenses tienen derecho a participar a los comicios al pisar Florida. En la actualidad, ya hay más de un millón de residentes en el estado de origen boricua.
Más abstención entre los hispanos
Sin embargo, los votantes hispanos suelen registrar mayores tasas de abstención. En el caso de Florida, a pesar de que suponen el 24,5% de la población total, solo son un 14,9% de los votantes que se han registradopara ejercer su derecho. Con todo, supone un aumento notable respecto a diez años antes, cuando solo eran el 10,7%, y los latinos han dejado atrás el porcentaje de los votantes registrados afroamericanos (en la actualidad, el 13,3%).
Sea como fuere, tanto Trump como Clinton se están volcando en hacerse con su apoyo. En su intenso recorrido por Florida, el candidato republicano acudió el pasado a la sede en Miami de la asociación de veteranos de la fallida invasión de Bahía de Cochinos, en Cuba, que le había dado su respaldo. Para tratar de afianzar la adhesión de los cientos de miles de exiliados de la isla, el candidato republicano elogió a los veteranos de la Brigada 2506 -que protagonizó aquella acción llevada a cabo en 1961 por anticastristas cubanos con apoyo de EE.UU.-, por ser «auténticos luchadores por la libertad» y criticó la política de Barack Obama hacia el régimen cubano, añadiendo que Clinton «lo haría igual o incluso peor».
La candidata demócrata, que aboga por una reforma migratoria «integral», también participó en numerosos actos en el estado, incluyendo en su periplo su presencia en «El gordo y la flaca», exitoso programa de variedades de la cadena en español Univisión, en el que incluso se arrancó a bailar al ritmo de «Vivir mi vida», de Marc Anthony, y el dominicano Prince Royce le cantó «Cumpleaños feliz» por su 69 aniversario.
Aumento de jubilados de raza blanca
Ahora bien, el aumento de población latina no es el único factor demográfico relevante ante las elecciones. Calificada de forma macabra como «la sala de espera de Dios», Florida es desde hace tiempo el destino escogido por miles de jubilados para pasar la última etapa de su vida y en los últimos años ha experimentado un gran aumento el número de personas mayores de raza blanca y alto poder adquisitivo, en buena medida potenciales votantes republicanos. De hecho, ya el 19,4% de la población tiene al menos 65 años, el porcentaje más alto de todo el país.
De hecho, una ciudad situada en el centro del estado, The Villages, lleva tres años siendo la que registra mayor aumento de población de EE.UU., gracias a la afluencia de nuevos residentes de edad avanzada en busca de su retiro dorado.
De acuerdo con las encuestas, las espadas están en alto en Florida. Mientras que a nivel nacional Hillary Clinton aventaja a Donald Trump por más de cinco puntos, según la media de encuestas realizada por Real Clear Politics, en este estado la distancia se estrecha a tan solo 1,6, en concreto 46,4% para la candidata demócrata frente a 44,8 del republicano. Las esperanzas del magnate neoyorquino por alcanzar la Casa Blanca pasan en buena medida porque finalmente pueda superar aquí a su adversaria.
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Fuente:
MANUEL TRILLO – @manueltrillo Madrid
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