Políticos neoyorquinos hicieron hoy un llamado a que los niños separados de sus padres en la frontera reciban un trato humano en los centros donde han sido ubicados.
El concejal Ydanis Rodríguez y la asambleísta estatal Carmen de la Rosa criticaron que los menores que fueron ubicados en un albergue en esta ciudad, cuya cifra en concreto desconocen, se les haya cubierto el rostro en un lugar público.
“Debemos proteger su confidencialidad sin quitarles su dignidad”, dijo Rodríguez, un educador, al afirmar que esa acción tiene impacto a largo plazo en los menores, que creerán que “tuvo vergüenza o que no era aceptado y por esa razón andaba escondido en las calles”.
De acuerdo con datos del Departamento de Seguridad Nacional, entre el 5 de mayo pasado y el 9 de junio más de 2.300 niños han sido separados de sus padres en la frontera entre Estados Unidos y México y llevados a diversos albergues en el país.
Mientras, sus progenitores han sido procesados judicialmente por entrar de forma ilegal a EE.UU.
Nueva York ha sido uno de esos destinos y de acuerdo con el gobernador Andrew Cuomo, más de 70 menores han sido traídos al estado. Cuomo anunció que demandará al gobierno federal por violar los derechos constitucionales de los niños y sus padres por ser separados.
El concejal indicó, durante una conferencia de prensa conjunta frente al centro que presuntamente cubrió el rostro de los niños, que la crisis migratoria en el país, que llevó a que menores fueran traídos a esta ciudad desde Texas, a miles de millas separados de sus padres, ya sobrepasó el límite.
“Es un crimen llevar a un niño a miles de millas de distancia” de sus padres, sostuvo y agregó que esa crisis requiere una solución urgente con la aprobación de una reforma migratoria que sea viable para las familias separadas y para los jóvenes soñadores, que fueron traídos a este país cuando eran niños.
Tanto Rodríguez como De la Rosa afirmaron que no están en contra del centro que alberga algunos de los menores en la ciudad, del que dijeron ha brindado servicios a niños por años, pero pidieron un trato humano para los chicos.
De la Rosa indicó que estos centros operan con licencia del estado y que tienen derecho a saber cuándo les envían, cuántos son y dónde les están albergando para brindarles servicios.
“No puedo imaginar el miedo de estos niños en un país extraño y solos. Queremos que sepan que no están solos y que se les trate con dignidad”, señaló.
La asambleísta hizo un llamado a la comunidad para apoyar con una recaudación de fondos que realiza una coalición de organizaciones, entre ellas la Unión de Libertades Civiles, para sufragar el coste de servicios legales para los niños traídos a Nueva York.
Alida Álvarez, una vecina de la comunidad donde ubica el albergue, cree que es “injusto” la separación de las familias y no pudo evitar el llanto al hablar de los niños.
“Eso me partió el corazón. Les taparon la cara como si fueran delincuentes”, dijo a Efe la mujer, una de varios vecinos que se acercaron al culminar la conferencia para expresar su desacuerdo con la separación de familias.
“Mi hija está destruida. Soy madre y abuela y pienso en el dolor de los padres”, indicó y agregó que “ese hombre no merece ese puesto”, al referirse al presidente Trump.
El gobernador Cuomo visitó hoy uno de los centros que alberga menores en esta ciudad, y antes envió una carta al secretario del Departamento Salud y Servicios Humanos federal, Alex M. Azar, exigiendo se le informe cuántos niños ha sido enviados a este estado para asegurar que reciben los servicios que necesitan.