La policía de Tampa informó hoy de está interrogando a un empleado de una cadena de comida rápida por su posible relación con la serie de asesinatos que tienen aterrorizado a un barrio de esa ciudad de la costa oeste de Florida.
El jefe de policía de Tampa, Brian Dugan, dijo que el hombre que está siendo interrogado, del que se ha informado que trabaja en un restaurante de la cadena McDonald’s en Ybor City, localidad de la periferia de Tampa, no está detenido.
Sin embargo, se declaró “optimista” de poder hallar alguna conexión entre esa persona y los cuatro asesinatos registrados en el barrio de Seminole Heights desde comienzos de octubre, que la policía atribuye a una misma persona, señaló el diario Tampa Bay Times.
Según este medio, el empleado de McDonald’s le dejó hoy una pistola de 9 mm cargada al gerente del restaurante para que se la guardara porque iba a cobrar un cheque y cuando regresó se encontró con que la policía, que estaba siguiendo una pista relacionada con un automóvil de color rojo, le estaba esperando.
El empleado que, de acuerdo con el canal 10 de Tampa, llevaba trabajando en ese local desde hace dos meses y tiene “mal carácter” según otros trabajadores, fue llevado a la sede de la policía para ser interrogado.
La Policía de Tampa, una ciudad de más de 336.000 habitantes, considera que los cuatro asesinatos registrados en Seminole Heights desde el 9 de octubre pasado son obra de la misma persona.
La última víctima fue un desempleado de 60 años, cuyo cuerpo sin vida fue hallado en una calle el pasado 14 de noviembre.
Un testigo de este asesinato describió al asesino como un hombre negro de 1,85 metros de altura y complexión delgada que vestía totalmente de color negro y empuñaba una pistola, de acuerdo con las informaciones suministradas por la Policía.
Cuando el 14 de noviembre agentes policiales hallaron el cuerpo sin vida de Felton, el jefe de Policía de Tampa, Brian Dugan, dijo que por el lugar donde se produjo el asesinato, en la misma zona que los otros tres, y la manera en que actuó el asesino, se puede deducir que los cuatro crímenes “están ligados”.
Las cuatro víctimas no estaban relacionadas entre sí y estaban solas cuando encontraron la muerte por disparos de un arma de fuego.
La primera víctima fue Benjamin Mitchell, de 22 años, a quien el asesino disparó mortalmente el 9 de octubre cerca de una parada de la línea 9 de autobuses.
Dos días después, aunque su cadáver no fue encontrado hasta el 13, Mónica Caridad Hoffa, de 32 años, caminaba por el barrio para encontrarse con un amigo cuando murió a causa de varios disparos.
El 19 de octubre, Anthony Naiboa, de 20 años, buscaba una parada de autobús cuando fue asesinado a tiros.
El padre de Naiboa, que era autista, había llamado poco antes a la Policía para reportar que su hijo estaba desaparecido.
La policía pidió la colaboración ciudadana para hallar al asesino y ha recibido más de 5.000 informaciones.
Además, hay una recompensa de más de 100.000 dólares, reunidos por entidades públicas y privadas, para quien contribuya efectivamente a su captura.