El ministro dominicano de Relaciones Exteriores, Roberto Álvarez, reiteró el constante llamamiento que hace la República Dominicana a la comunidad internacional para que ayude al pueblo haitiano en la solución de la calamitosa situación de violencia incontrolada en la que ha caído ese país. hasta ahora, la callada ha sido la actitud generalizada.
Desgraciadamente, esta vez tenemos un par de respuestas y decimos que desgraciadamente porque las mismas no han sido lo que se esperaba. Todo lo contrario.
Según destaca el periódico haitiano le Nouvelliste, Brian Nichols, subsecretario de estado de los Estados Unidos de América para el hemisferio occidental, en su más reciente visita a esa nación anunció que, “no hay apoyo concreto de EE. UU. para ayudar a llevar la paz a Haití”
Por otro lado, Wayne Eyre, el jefe de Estado Mayor del ejército canadiense, expresó a Reuters en su oficina de Otawa que no hay suficientes recursos para todos, esto sería un reto. “lo que me preocupa es nuestra capacidad”. Sin embargo, Canadá, como parte de las fuerzas de la OTAN tiene desplegados 540 soldados en Lituania para colaborar con Ucrania en el conflicto que tiene con Rusia.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha dicho repetidamente que la solución está en manos de los haitianos, una posición que reiteró Eyre.
Como podemos advertir, si la solución está en manos de los haitianos, los dominicanos tenemos que cambiar nuestra actitud.
Hasta ahora nos hemos concentrado en pedir soluciones a los organismos internacionales, así como a Francia, Estados Unidos y Canadá. ya debemos descartar esa pasiva actitud y según aconsejaba Dale Carnegie, en cualquier problemática situación que nos encontremos, lo mejor es, prepararse para lo peor.
¿Qué sería lo peor? Que ante la hambruna que se vislumbra, la población haitiana, como única forma de comer, se una a las bandas criminales y al no haber producción ni comercio, acaben totalmente con las provisiones existente y con la disyuntiva de morir de hambre o buscar provisiones en el lugar más accesible para ellos, la desesperación los empuje a atacar los pueblos fronterizos dominicanos.
En esa misma edición del periódico Le Nouvelliste, aparece un artículo firmado por Patrick Saint-Pré, titulado,
Croquis de la defensa de la República Dominicana y el equipamiento de su ejército
En este artículo se destacan las siguientes informaciones.
las fuerzas armadas dominicanas están compuestas por 58,349 miembros, con 28,300 soldados activos en el ejército, 18,049 en la fuerza aérea y 12,000 en la marina. Estos datos provienen del Ministerio de Defensa dominicano y datan de 2022.
“La Fuerza Aérea Dominicana ha adquirido 10 aeronaves TP-75 “Dulus” para patrullaje fronterizo y entrenamiento. También por primera vez, la FAD adquirió 4 helicópteros bimotores para operaciones de búsqueda y rescate en aguas profundas, y 6 BellUH-1H “Huey” II para múltiples misiones
“Por su parte, la Armada adquirió un guardacostas de 87 pies y recibió otro de regalo.
Es perentorio que los dominicanos nos preguntemos, ¿A quién o quiénes van dirigidas estas informaciones? ¿Qué se busca con esta publicación?
Ante este panorama, ¿Qué podemos hacer?
No perder tiempo y comenzar nuestra preparación para la defensa, pues el ataque parece inminente. Mantener en alerta roja a nuestras Fuerzas Armadas.
Establecer en la República Dominicana de forma urgente e inmediata el Servicio Militar Obligatorio, para los jóvenes de 18 a 25 años, Empezando con los llamados Ninis.
Darles Semanalmente, por 52 semanas consecutivas, Entrenamientos militares completos. Al final de ese entrenamiento intensivo, pasarlos a las reservas activas de las Fuerzas Armadas Dominicanas y asignarle todos los pertrechos necesarios para la defensa de la patria incluyendo armas de fuego de reglamento. Ese equipo debe ser mantenido en el cuartel militar o policial más cercano a la vivienda del conscripto.
En caso de emergencia, el reservista, inmediatamente debe ir en busca de sus instrumentos bélicos y ponerse a las órdenes del comandante del área listo para la defensa de nuestra soberanía.
Esta sí sería una forma bien clara y contundente de decirle al mundo que la República Dominicana no es ni será la solución al problema haitiano. Todo lo demás es cháchara y verborrea.
Si no comenzamos a crearle conciencia a nuestra juventud y esta siga en reggaetón, trap, taquillas, conejos malos, teteos y hookahs vamos a perder la patria. Así de sencillo.