En su visión estratégica, el Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), es de la convicción, que las pautas que actualmente traza el correcto encauzamiento del progreso, la paz y la sanidad social, impone a nuestras instituciones y al Estado, proponerse un accionar, que permita consolidar en cada uno de los dominicanos y dominicanas un corazón puro, equilibrado y lleno de compasión, que les conduzca no solamente regir sus vidas por la verdad y el honor, sino también, por los sanos frutos y sentimientos que engendra la vocación de bien.
Cuyos objetivos, asume que llaman a dignificar y reivindicar nuestras familias y la sociedad que pertenecemos, procurando hacer parte íntegra de nuestro diario vivir, que el amor y el don de servicio vayan al unísono, por ser alas fundamentales de cuya ayuda requerimos, para hacer una realidad firme la armonía colectiva que urgimos, para el bienestar personal, como factor motorizador del desarrollo nacional.
Añadiendo a lo expuesto, que si nos ponemos al servicio de los demás, construiremos las columnas que harán posible sanear nuestros sentimientos y apetencias personales, para procurar con eficacia alejarnos de los egoísmos y sectarismos, creadores de la corrupción y las debilidades institucionales que a todos sin excepción nos afectan, además, lograremos convertir en hecho palpable, la unidad espiritual y social que requieren las transformaciones que necesita el país, para erradicar los males que le corroen y estancan.
Asume al respecto, que estos cometidos obligan en forma particular a cada uno de los componentes de la sociedad dominicana, hacer del cultivo del don del amor, el estandarte de sus acciones y comportamientos, a fin de que por su intermediación, poder tomar un camino que facilite la eliminación de los antivalores, que no les permiten crecer y desarrollarse adecuadamente.
Dimensiona, que de asumirse como pieza vital de nuestro presente y futuro lo expuesto, se ofrece una oportunidad a nuestra nación de rejuvenecerse, en virtud de que si se cobija en el mismo, dará paso como una responsabilidad de todos y para todos, la vital practica obligatoria de amar, dar y servir, como instrumento canalizador, de un entorno social confiable, que garantice los niveles de confiabilidad y esperanza, que exigen la ejecución de las pequeñas y las grandes metas del desarrollo institucional y personal en República Dominicana.
Asumiendo las directrices señaladas, para el CRD, la principal fuente que tenemos a disposición para delinear mejores horizontes, es la vocación de servicio, debiendo ésta ser asumida por las presentes y futuras generaciones, sin satisfacer egos ni para impresionar a otros, sino como una ofrenda a Dios y a la sociedad, para obtención de la voluntad y fuerza moral que permitan la erradicación de las barreras, que obstaculizan el rol activo y decisivo, en el empoderamiento, que colectivamente se debe tomar, para subsanar y corregir las diversas problemáticas que actualmente debilitan al Estado y a nuestras instituciones.
Para convivir en los lineamientos señalados, el Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), sugiere aprovechar ésta época de navidad y las tareas que reclama el nuevo año, para cultivar y desarrollar en los núcleos familiares y en las diferentes instituciones, la vocación de bien fundamentada en la unidad y la confraternidad, bajo el entendido que Dios nos la ha puesto a nuestra disposición, para servir de motor y guía al desarrollo de República Dominicana, como resultante de los frutos beneficiosos, que nos puede arrojar la práctica colectiva y permanente del amor y la misericordia.