La vida de muchas personas en este planeta se ve afectada por la crisis climática y la degradación del medio ambiente. Tener un derecho a un medio ambiente sano cambia la perspectiva de la gente, que pasa de rogar a los gobiernos a exigirles que actúen.
A finales de julio, se espera que la Asamblea General de la ONU vote un proyecto de resolución que reconozca el derecho humano a un medio ambiente limpio, sano y sostenible.
Costa Rica, Maldivas, Marruecos, Eslovenia y Suiza presentaron un proyecto de resolución de texto a los 193 miembros de la Asamblea, el órgano más representativo de la ONU, el pasado mes de junio, tras la histórica aprobación de un texto similar adoptado en octubre de 2021 por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
La resolución reconoce el derecho a un medio ambiente limpio, sano y sostenible como un derecho humano esencial para el pleno disfrute de todos los derechos humanos y, entre otras cosas, pide a los Estados y a las organizaciones internacionales que adopten políticas que intensifiquen los esfuerzos para garantizar tal derecho de manera universal.
Pero, ¿por qué es importante que los miembros de la ONU en general reconozcan este derecho? ¿Y qué significó la adopción de esta resolución para la gente de todo el mundo? Noticias ONU habló con el relator especial sobre Derechos Humanos y Medio Ambiente, David Boyd, y le preguntó sobre estas y otras cuestiones.
¿Por qué debería reconocerse el derecho a un medio ambiente sano como un derecho humano universal? Esta debe ser la posición de la ONU, sin ambivalencia.
David Boyd: La vida de muchas personas en este planeta se ve afectada por la crisis climática y la degradación del medio ambiente. Literalmente, miles de millones de personas respiran hoy un aire tan contaminado que reducirá su esperanza de vida en años.
Miles de millones de personas en todo el mundo aún no tienen acceso a agua limpia o a suficiente agua. Miles de millones de personas en todo el mundo no comen alimentos sanos y producidos de forma sostenible, y todos nosotros sufrimos por el declive de la biodiversidad.
La gente tiene que entender que la biodiversidad es realmente la base de la vida en este planeta. Si no fuera por las plantas y los árboles que producen oxígeno, no podríamos respirar. Si no fuera por los ecosistemas que filtran el agua, estaríamos en graves problemas.
Y la realidad es que necesitamos un clima seguro y habitable para poder prosperar como humanos.
Por eso este derecho es tan importante. Los gobiernos han prometido limpiar el medio ambiente y hacer frente a la emergencia climática durante décadas, pero tener un derecho a un medio ambiente sano cambia la perspectiva de la gente, que pasa de rogar a los gobiernos a exigirles que actúen.
¿Qué medidas va a tomar la Asamblea General?
Probablemente habrá una votación sobre el reconocimiento del Derecho a un Medio Ambiente Limpio, Saludable y Sostenible. Este derecho no se incluyó en la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948. Por tanto, se trata de una resolución realmente histórica que cambiará la naturaleza misma del derecho internacional de los derechos humanos.
¿Por qué es importante que los países voten “sí” a esta resolución?
Como diplomático veo la importancia, porque ante la triple crisis medioambiental a la que nos enfrentamos -el rápido cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la omnipresente contaminación tóxica que mata a nueve millones de personas cada año- necesitamos cambios transformadores en la sociedad, necesitamos pasar rápidamente a las energías renovables.
También necesitamos pasar a una economía circular, y necesitamos desintoxicar la sociedad, y el derecho a un medio ambiente sano es una de las herramientas más poderosas que tenemos para hacer que los gobiernos rindan cuentas.
Cómo se pueden pedir cuentas a los países si las resoluciones de la Asamblea General no son vinculantes. Los países no tienen una obligación legal, pero sí una obligación moral. Tenemos un historial en el que podemos fijarnos: en 2010, la Asamblea General aprobó la resolución que reconoce por primera vez que todo el mundo tiene derecho al agua y al saneamiento.
Esa resolución tampoco era jurídicamente vinculante ni exigible, pero fue un catalizador de una cascada de cambios positivos que han mejorado la vida de millones de personas.
Esto se debe a que los países respondieron a esa resolución cambiando sus constituciones, sus leyes más altas y fuertes. Así lo hicieron Costa Rica, Fiyi, México, Eslovenia, Túnez y otros. Y lo que es más importante, los Estados realmente hicieron una prioridad absoluta el cumplimiento de sus obligaciones de proporcionar a la gente agua potable. Así, [por ejemplo] en México, el Gobierno no sólo ha reconocido este derecho en su Constitución, sino que ha trabajado con las comunidades rurales para proporcionar agua potable a más de 1000 comunidades rurales en la última década.
Canadá también ha trabajado con las comunidades indígenas para mejorar la infraestructura de agua y saneamiento y más de 130 comunidades en la última década.
Así pues, estas resoluciones pueden parecer abstractas, pero son un catalizador para la acción, y facultan a los ciudadanos de a pie para exigir a sus gobiernos que rindan cuentas de una manera muy poderosa.
El Consejo de Derechos Humanos adoptó el derecho a un medio ambiente sano el año pasado, ¿ha visto algún cambio a nivel nacional desde entonces?
Creo que ha habido algunos avances positivos. Ciertamente, se habla más que nunca del derecho a un medio ambiente sano.
Hay países que están empezando a incorporarlo a sus sistemas legales y hay un montón de gente de base que está utilizando este derecho para argumentar que su gobierno debería tomar medidas más fuertes contra el clima, limpiar la calidad del aire y cuidar mejor la biodiversidad y los ecosistemas.
Siento preocupación y no puedo dejar de decirlo, hemos y estamos haciendo algunos planteamientos muy serios, pero hay quienes no le prestan las atenciones que merecen y eso es doloroso.
No es un efecto de la noche a la mañana, pero ya estamos empezando a ver algunos beneficios. ¿Cuál es su llamamiento a los países antes de la votación?
Sería ideal que todos los países del mundo co patrocinen esta resolución y voten a favor. Eso demostraría que todos entienden lo importante que es un medio ambiente sano para el futuro de la humanidad.
¿Votará algún país “no”? ¿Existen dificultades para aplicar esta resolución?
Los países tienen diferentes desafíos. Hay algunos países que tienen una perspectiva muy conservadora sobre los derechos humanos.
Hay otros países que son grandes productores de petróleo y gas y que quizá teman las implicaciones del reconocimiento de este derecho, así que esos podrían ser algunos de los países que se planteen si pueden apoyar esta resolución.
¿Qué hará usted si se aprueba la resolución?
Estaré saltando de emoción. Estaré muy feliz y absolutamente emocionado por la forma en que esto va a aumentar y mejorar la calidad de vida de la gente en todo el planeta.
Un llamamiento dentro de la ONU
Otros expertos y relatores especiales de la ONU, la jefa del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Inger Andersen, y la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, han expresado su apoyo al reconocimiento del derecho a un medio ambiente sano en los últimos meses.
El pasado mes de junio, el resultado de la conferencia Estocolmo+50 también recomendó a los Estados “reconocer y aplicar el derecho a un medio ambiente limpio, sano y sostenible”. Mi única preocupación es que la ONU aprueba resoluciones y muy pocos países las cumplen a cabalidad.
He dicho que como diplomático y un ser humano preocupado por nuestro mundo, estoy escribiendo sobre este y otros temas de interés mundial, buscando que apoyo y solidaridad, el momento los demanda, así también es el interés del XXIV Congreso Hispanoamericano de Prensa, que tendrá efecto del 11 al 18 de septiembre en New York.
Esta acción también se incluye como una prioridad para el Secretario General de la ONU, António Guterres, tal y como se refleja en Nuestra Agenda Común y en el Llamamiento a la Acción sobre Derechos Humanos.