No liberen a Leopoldo, tampoco a Ledezma; no liberen a Venezuela. No los liberen porque aquí no tenemos cacique, y nadie tiene la facultad de mandar. No los liberen, pues lo que abunda es una falta de compromiso y, sobre todo, de igualdad.
¿Qué harán cuando estén libres? ¿Qué pensarán apenas sepan que alguien los mandó a liberar? ¿A quiénes van a agradecer cuando desconozcan cómo se abrió la puerta de aquel lugar? ¿Por qué el llamado ha sido “liberen”, y nunca fue “liberemos” o “démosle libertad”?
Nuestra ruina se ha basado en la necesidad de tomar ventaja sobre los demás, y así darle entrada a la corrupción y a la impunidad; lo mismo respecto a ese mal hábito de esperar que otros resuelvan nuestra problemática vivencial.
¿Que los liberen quiénes? ¿Los mismos que los encerraron? ¿O tus compatriotas hermanos, mientras tú esperas al campeón en la meta, para entregarle el trofeo y tomarte la foto de rigor?
Que no los liberen hasta que algo cambie primero, pues me daría mucha pena que, una vez afuera, vean todo tan igual que decidan volver a entrar.
Zaki Banna / @ZakiBanna