Más de 475.000 personas fallecieron en el mundo a consecuencia de fenómenos meteorológicos extremos desde el año 2000
Mozambique, Zimbabue y Bahamas, seguidos por Japón, Malaui y Afganistán, fueron los países más golpeados por fenómenos meteorológicos extremos en 2019, y sufrieron especialmente por tormentas fuertes y ciclones tropicales de alto impacto, según concluye el ‘Global Climate Risk Index 2021’ (Índice de Riesgo Climático Global 2021) que la ONG Germanwatch presenta este lunes, pocas horas antes del inicio de la Cumbre Global de Adaptación al Cambio Climático.
España, por su parte, se sitúa en el puesto número 32 en el ranking, lo que empeora por segundo año consecutivo su posición, ya que hace un año ocupaba el puesto número 38 y hace dos se situaba en el puesto número 47, según el análisis que Germanwatch suele presentar cada año en el marco de la Cumbre de Cambio Climático de la ONU, algo que no pudo hacer a final de 2020 por el aplazamiento del encuentro multilateral hasta noviembre de 2021.
El informe calcula que un total de 475.000 personas fallecieron en todo el mundo entre los años 2000 y 2019 a consecuencia directa de 11.000 fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones, olas de calor y, sobre todo por tormentas y ciclones tropicales, que fue el evento que más perjuicios ocasionó.
Si además de 2019 se tiene en cuenta los países que más han sufrido los efectos de los fenómenos meteorológicos extremos entre 2000 y 2019 son Puerto Rico, Myanmar y Haití los más perjudicados y los que más pérdidas han tenido a consecuencia de eventos extremos, según el Índice de Riesgo Climático Global. En ese ranking, el que tiene en cuenta el presente siglo (2000-2019) España se sitúa en el puesto 29, por detrás de El Salvador (28) y delante de Croacia (30).
Un año más, el documento de Germanwatch reitera que las personas más vulnerables en los países en desarrollo son las que más sufren los eventos meteorológicos extremos como tormentas, inundaciones y olas de calor, mientras que el cambio climático es visible ya en todo el globo.
Siendo el más mortífero y costoso de los ciclones tropicales en el suroeste del océano Índico, el ciclón tropical Idai fue etiquetado como “una de las peores catástrofes relacionadas con los efectos meteorológicos en la historia de África”, según recuerda el secretario general de la ONU, António Guterres.
‘Idai’ provocó daños catastróficos y una crisis humanitaria en Mozambique, Zimbabue y Malaui, y los dos primeros se han convertido en los más afectados por estos fenómenos en todo el planeta en 2019. Se trató de ciclón tropical más mortífero y costoso en la región, con daños por un valor de unos 2.200 millones de dólares (unos 1.807 millones de euros). Además, afectó a unos tres millones de personas y dejó más de mil víctimas mortales.
Bahamas ocupa la tercera plaza después de que sufriera la devastación del huracán ‘Dorian’, que en septiembre de ese año se convirtió en el huracán de categoría 5 más fuerte jamás registrado en el país. Tras su paso, con vientos de más de 300 kilómetros por hora, acabó con la vida de 74 personas, dejó daños por más de 3.400 millones de dólares (2.794 millones de euros) y afectó a 13.000 viviendas.
A este respecto, la directora del Centro de Investigación sobre el Cambio Climático de la Universidad de las Bahamas e investigadora y autora principal del V Informe de Evaluación del IPCC, Adelle Thomas, ha manifestado que “desafortunadamente, ‘Dorian’ es un ejemplo de las características cambiantes de los ciclones tropicales que se puede esperar como resultado del cambio climático”.
“El calentamiento global está relacionado con el aumento de la temperatura de los océanos y la elevación del nivel del mar, lo que da lugar a tormentas que se intensifican rápidamente, se mueven lentamente, tienen altas mareas de tormenta y niveles elevados de precipitación. Dorian exhibió todas estas características con efectos devastadores para nuestra gente, el medioambiente y la economía”, explica.
Por su parte, el director adjunto del Centro de Investigación del Medio Ambiente Mundial del Instituto Nacional de Estudios Ambientales de Japón y uno de los autores principales de los informes V y VI del IPCC, Seita Emori, recuerda que los dos tifones que azotaron Japón en 2019 causaron un daño récord. De hecho, el país del sol naciente ocupa la cuarta posición en el ranking.
“El aumento de las temperaturas de la superficie del mar, impulsado por el calentamiento global inducido por el hombre, fortaleció los tifones de 2019”, señala el investigador que considera que, mientras el calentamiento global continúe, Japón necesita estar preparado para los daños causados por tifones aún más fuertes.
MÁS DAÑOS A LOS MÁS VULNERABLES
Uno de los principales resultados del documento del instituto de análisis, según el consultor senior de Germanwatch David Eckstein, es que refleja que los países pobres son los más vulnerables y los que enfrentan mayores retos en la gestión de las consecuencias de los eventos meteorológicos extremos.
“Necesitan urgentemente financiación y asistencia técnica. Por lo tanto, es preocupante que estudios recientes muestran que los 100.000 millones de dólares anuales prometidos por las naciones industrializadas no se han alcanzado y, en segundo lugar, señalan que solamente una pequeña proporción de esta financiación se ha destinado a la adaptación climática”, ha apostillado.
Por eso, apela a que la Cumbre de Adaptación al Cambio Climático que comienza este lunes aborde estos problemas. “Ocho de cada diez países más afectados entre 2000 y 2019 son países en desarrollo con ingresos per cápita bajos o medios”, añade el consultor.
Además, la también investigadora de Germanwatch Vera Kuenzel subraya que los países más pobres son los más azotados por los daños y riesgos y tienen una capacidad menor de superación.
“Países como Haití, Filipinas y Pakistán son repetidamente golpeados por eventos meteorológicos extremos y no tienen tiempo de recuperarse de uno antes del siguiente. Por consiguiente, reforzar su capacidad de resistencia debe abordarse en la adaptación pero también es necesario proporcionarles un apoyo para gestionar las pérdidas y daños”, valora.
El informe añade también que, desde el año 2000, cerca de 480.000 personas han perdido la vida como consecuencia de 11.000 eventos extremos y las pérdidas económicas alcanzan aproximadamente 2,56 trillones estadounidenses (2.100 millones de euros) –en paridades de poder adquisitivo–. Las tormentas y sus implicaciones directas, como precipitaciones, inundaciones y corrimientos de tierra, fueron la principal causa de los daños en 2019. De los diez países más afectados en 2019, seis fueron golpeados por ciclones tropicales, según el estudio.
Germanwatch recuerda que diferentes estudios científicos recientes sugieren que tanto la severidad, como el número de los ciclones tropicales aumentarán con cada décima de grado que aumente la temperatura media global.
Para Laura Schaefer de Germanwatch, la pandemia global del COVID-19 ha reiterado el hecho de que los países vulnerables están más expuestos a varios tipos de riesgos –climáticos, geofísicos, económicos y sanitarios– y que la vulnerabilidad es sistémica y está interconectada”.
Por ello, añade que es sumamente importante atajar estas interconexiones y reforzar la resistencia climática de los países como parte crucial de este reto y subraya que, en ese sentido, la Cumbre Global de Adaptación que comienza este lunes proporciona la oportunidad de dar un paso importante en esta dirección.
El Índice de Riesgo Climático de Germanwatch se realiza cada año con datos anuales que calculan este nivel de riesgo a partir de la base de datos NatCatSERVICE de la compañía aseguradora Munich Re junto con los datos socioeconómicos del Fondo Monetario Internacional.
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