El nuevo responsable de la Alianza de Civilizaciones, Miguel Ángel Moratinos, considera que esta iniciativa es hoy “más necesaria que nunca” y debe ofrecer “más resultados sobre el terreno” ante el aumento del discurso del odio y de la xenofobia.
“La actual situación merece que la Alianza se despliegue con más capacidad”, defendió Moratinos en su primera conferencia de prensa desde que este mes asumió el cargo de alto representante para el organismo, que está integrado dentro del sistema de Naciones Unidas.
El exministro español de Asuntos Exteriores reconoció que hay en el mundo actual ciertas “tendencias” que apuntan paralelismos con los años previos a la Segunda Guerra Mundial e insistió en que los problemas son “serios”.
En respuesta, Moratinos quiere que los valores de entendimiento y tolerancia que promueve la Alianza de Civilizaciones lleguen a los ciudadanos para lograr una mayor cooperación entre culturas y religiones.
Según apuntó, no se buscan “declaraciones generales”, sino que esos principios sirvan como una forma para gestionar la vida cotidiana, por ejemplo trabajando con autoridades locales.
“Quiero más resultados sobre el terreno y más especificidad en los proyectos y programas”, explicó a Efe Moratinos, que aseguró que está tratando de dar una “mayor coherencia” al organismo y dotarlo de una “narrativa más enfocada” a las cinco dimensiones que quiere darle.
A los cuatro ámbitos en los que la Alianza de Civilizaciones centraba hasta ahora sus esfuerzos (educación, juventud, medios de comunicación y migración), el diplomático español ha sumado una quinta área con el foco puesto en el género y el papel de la mujer.
Moratinos adelantó que quiere que la Alianza cuente con grupos de expertos capaces de desplegarse rápidamente ante ciertas situaciones para ofrecer su apoyo.
Como ejemplo, apuntó la utilidad que podría haber tenido este tipo de actuación cuando el Gobierno alemán decidió acoger a grandes números de refugiados procedentes de Oriente Medio, aportando su conocimiento sobre cómo tratar con distintas culturas y para evitar malentendidos.
Se tratará, según dijo, de una suerte de “mediación sociocultural” que buscará ayudar a que la gente se entienda mutuamente.
Además, adelantó que tiene previsto recuperar las iniciativas de “respuesta rápida” utilizadas durante los primeros años de la Alianza de Civilizaciones para responder ante ciertas crisis, como ocurrió en el caso de la polémica por las caricaturas de Mahoma publicadas en medios europeos.
“En aquel momento, la Alianza tuvo un papel muy importante”, destacó.
Moratinos sustituyó este mes al frente del organismo al catarí Nassir Abdulaziz Al-Nasser, pero ya había participado directamente en los inicios del proyecto, propuesto en 2004 por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y luego asumido por la ONU.
Entonces, el foco de la Alianza estaba en la relación entre Occidente y las sociedades árabe-musulmanas, tras atentados yihadistas como los del 11M en Madrid.
Aunque el terrorismo sigue siendo una de las prioridades, el diplomático español quiere prestar mucha atención ahora a la situación de los migrantes y en ir a las raíces de las tensiones a su alrededor.
Moratinos aseguró a Efe que hay una preocupación importante por el crecimiento de los discursos de odio, racismo y xenofobia que están ganando fuerza en muchos países.
En ese ámbito, la Alianza está trabajando con otras ramas de la ONU en la preparación de una gran estrategia para contrarrestar esos mensajes encargada por el secretario general, António Guterres.
En el caso de España, consideró que el auge del partido ultraderechista Vox es una “señal de alerta” que muestra que “hay sectores en España que consideran que el rechazo del otro y la exclusión puede dar votos”.
“Desde luego, desde la Alianza nosotros trataremos de mantener lo que es el marco democrático, el marco constitucional, de convivencia”, apuntó.