El partido conservador de la canciller alemana, Angela Merkel, sufrió el domingo su segundo revés electoral en dos semanas en una votación estatal en Berlín y su apoyo alcanzó su nivel más bajo en la era posterior a la reunificación de 1990, debido a la impaciencia que ha generado la política migratoria del Gobierno.
El partido antiinmigración Alternativa para Alemania (AfD) logró un 12,9 por ciento de los votos, lo que implica que tendrá representación en 10 asambleas regionales de los 16 estados del país.
A un año de las elecciones nacionales, el resultado eleva la presión sobre Merkel y profundiza las divisiones dentro de los conservadores.
El Ministro de Finanzas de Baviera, Markus Söder, del partido Unión Social Cristiana (CSU) -un aliado de Merkel-, dijo que se trata de la “segunda llamada de atención masiva” en dos semanas.
“Una enorme pérdida de confianza a largo plazo entre los votantes tradicionales amenaza al bloque conservador”, dijo Söder al diario Bild, agregando que la coalición nacional de Merkel debe recuperar el respaldo popular cambiando el rumbo de la política de inmigración.
Hace dos semanas, la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Merkel sufrió otro golpe en las elecciones estatales de Mecklemburgo-Pomerania Occidental, lo que había motivado peticiones del CSU para que endureciera su política migratoria.
El resultado mostraría una represalia a la decisión que la canciller tomó el año pasado de mantener abiertas las fronteras para los refugiados.
Proyecciones del canal de televisión ZDF dan a la CDU un 18 por ciento de las preferencias en Berlín, lo que representa una caída desde el 23,3 por ciento de la elección de 2011.
Por su parte, el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) se mantuvo como el mayor conglomerado, lo que le permitiría romper la coalición que tiene con la CDU en la capital. Sin embargo, también cedió terreno al caer a un 22,4 por ciento de los votos desde un 28,3 por ciento en la elección previa.
Los reveses electorales hacen dudar que Merkel pueda ser elegida el próximo año para un cuarto período como canciller, pero su partido cuenta con pocas alternativas buenas por lo que ella sigue siendo la candidata más probable.